Inseguridad jurídica, la guinda del pastel

La verdad que este gobierno no deja de sorprender. Si no fuera porque la ineptitud es un mal endémico entre los gobiernan el mundo –se salvan cuatro-, los españoles nos lo tendríamos que hacer mirar.

La noticia que ayer soltaba como una bomba El Confidencial sobre la posibilidad que las eventuales rebajas en las ayudas a la energía renovable tenga carácter retroactivo, de confirmarse –por el momento el Ministerio de industria mantiene un silencio preocupante- es un torpedo en la línea de flotación de la seguridad jurídica española. Y la guinda que le falta al “lindo” pastel que, hoy por hoy, constituye España como destino de inversiones.

Y sin embargo, es una decisión justa –porque el actual marco no tiene ni pies ni cabeza- e inevitable porque de donde no hay –el Tesoro español- no se puede sacar. La razón detrás de esta decisión es muy sencilla: el descontrol evidente e imparable del déficit de tarifa, hace que tengan que meter mano a los costes del sistema que el gobierno controla: trasmisión, distribución y primas a las renovables entre otros.  

Sin ninguna duda, donde más pueden rascar es de las renovables porque es la partida más grande. Para 2010, las primas a la energía verde se van a situar en torno a los 6.800 millones de euros –probablemente por encima- por lo que tienen mucho de lo donde recortar. Y si analizamos cuál fue el desglose dentro de renovables en 2009 de megavatios generados y prima recibida, podemos intuir por dónde van a venir los recortes: el fotovoltaico se llevo el 43% de la subvención y generó el 8% de la energía, frente por ejemplo al eólico que generó el 45% siendo receptor de la mitad.

Estas noticias no creo que sorprendan a nadie. La regulación eléctrica en España es insostenible y una revisión en profundidad de todo el marco regulatorio inevitable. Y probablemente tenga carácter retroactivo por varias razones: porque lo ha tenido en anteriores ocasiones y es una práctica habitual en el sector; las renovables son las que más presión meten a la tarifa; y, por último, una vez que el déficit de tarifa está por encima de los 6.000 millones de euros, la única forma de atajarlo es cambiando las normas a la mitad del partido.

En cualquier caso, dudo mucho que el gobierno haga nada antes de las próximas elecciones, tanto por los intereses creados en torno a esta actividad –lo más granado del panorama – o era páramo- empresarial español chupan del bote de las renovables (entrecas, florentinos, galanes,… vamos la clac que acompaña al ministro del ramo hasta los domingos a misa)-, como porque sería un acto de gobierno y no creo que todavía estén preparados para ello.