Las constructoras salen al exterior ¿Y sus seguros?

El sector de la construcción es uno de los pilares más importantes de la economía española, pero constituye también uno de los más vulnerables. En un escenario de crisis económica como el actual, las empresas de nuestro país, especialmente las constructoras, necesitan internacionalizarse y diversificar su negocio.

 

En 2007, el negocio de la construcción en el extranjero proporcionó a las compañías españolas unos ingresos de más de 6.000 millones de euros, un 15% más respecto al año anterior. La Unión Europea representa el 60% de este volumen de negocio, seguida de América Latina, con un 22,6% y de Estados Unidos y Canadá con un 10%.

A la hora de invertir en América Latina,  las constructoras españolas se han encontrado con grandes cantidades de suelo disponibles, situadas principalmente en primera línea de playa, de alto atractivo turístico. El escaso desarrollo urbanístico experimentado hasta este momento por estos países ha facilitado la búsqueda de suelo barato.

Para las constructoras españolas, Europa del Este constituye una de las zonas con mayor potencial de crecimiento. Se trata de una zona con un manifiesto déficit en infraestructuras, que ha recibido recientemente una importante inyección de capital, gracias a los Fondos Europeos de Compensación. Por su parte, Estados Unidos se encuentra en pleno proceso de renovación de sus infraestructuras de transporte, lo que supone una oportunidad muy atractiva para nuestras empresas.

A la hora de contratar un seguro de esta complejidad, hay que tener en cuenta:

1. Aspectos legales: las diferencias entre todas las normativas aplicables en cada caso

2. Aspectos fiscales: cada país puede presentar diferencias significativas entre sus normas impositivas

3. Seguridad Jurídica: si hemos obtenido una adjudicación pública en un país extranjero, podemos estar expuestos a impugnaciones

4. Proceso lento y a largo plazo: las adjudicaciones en el exterior requieren unas estimaciones de costes que, en realidad, pueden elevarse notablemente una vez comenzados los trabajos.

5. Solvencia del mercado:  cada país puede valorar de forma diferente a una misma empresa

6. Negociación con las Administraciones involucradas: en muchos casos, podemos tener que negociar con el propio asesor de seguros de la administración competente

7. Pliegos y contratos: si no han sido redactados por un especialista en seguros, pueden ser confusos o directamente irrealizables

8. Coordinación de recursos entre países: no siempre es fácil conciliar los intereses de la compañía a nivel general con los de los responsables del proyecto a nivel local.

A la hora de introducirnos en un nuevo mercado, tenemos que saber adaptar los factores de éxito de nuestra gestión a las características de cada mercado exterior. Para ello, necesitamos tener la flexibilidad necesaria para saber operar en cada país y adoptar las herramientas que sean necesarias, teniendo en cuenta su regulación y características propias.

En un proyecto de carácter internacional, con modos de actuación tan dispares de un país a otro, la experiencia es clave a la hora de programar la proyección y el posterior desarrollo de los planes de expansión. Asimismo, es fundamental tener conocimiento y acceso a la situación del sector en estos países, ya que esto termina afectando a los proyectos en tiempos y costes. Contar con un broker que tenga capacidad y experiencia internacional, y sepa adaptarse y reaccionar de forma ágil a cualquier cambio, soluciona en gran medida muchos de estos inconvenientes en tanto minimiza el impacto y los riesgos, lo cual es primordial cuando se planifica la inversión en mercados tan variados.

 Alicia López-Berges, Directora de Negocio de Construcción Internacional de Willis Iberia