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¿Está funcionando la reforma laboral? Va a ser que no
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Álvaro Anchuelo

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¿Está funcionando la reforma laboral? Va a ser que no

Han transcurrido ya cinco meses desde la entrada en vigor de la reforma laboral. Estas últimas semanas han ido apareciendo algunos datos importantes sobre el mercado

Han transcurrido ya cinco meses desde la entrada en vigor de la reforma laboral. Estas últimas semanas han ido apareciendo algunos datos importantes sobre el mercado de trabajo, como la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2010, o la estadística mensual de octubre del Servicio Público de Empleo. En su comparecencia ante el Congreso, el jueves pasado, el Sr. Zapatero atisbaba en esos datos “algunos resultados incipientes” de la reforma. Les invito en este artículo a acompañarme en la contemplación directa de esas estadísticas oficiales, para así contagiarnos todos del optimismo presidencial y compartir su alegría.

Los principales resultados de la EPA se recogen en una nota de prensa del INE. Es cierto que el desempleo cae en 78.000 personas durante el trimestre, dato al que se ha aferrado el gobierno. Olvida señalar, sin embargo, que esa leve mejoría obedece, en gran medida, a efectos estacionales (por coincidir el tercer trimestre con la campaña de verano, en la que se realizan más contratos relacionados con el sector turístico). Si nos fijamos en la variación anual del paro en vez de en la trimestral, lo que resulta más adecuado a la hora de hacer valoraciones sobre la evolución del mercado de trabajo, encontramos un incremento de 451.400 parados. Su número total sigue siendo un monstruoso 4.574.700.

Parecidos comentarios pueden realizarse respecto a la tasa de paro: es cierto que baja 3 décimas, fundamentalmente por motivos estacionales, pero sigue siendo del 19,79% (duplicando el 9´6% de la UE-27). Un hecho relevante poco comentado es que la población activa se mantiene estable, lo que ha ayudado a la reducción del paro (al no incorporarse nuevas personas al mercado de trabajo). Esto probablemente se deba a efectos de desánimo y abandono de la búsqueda de empleo.

Si no está claro, según los datos de la EPA, que la reforma laboral haya contribuido significativamente a la creación de empleo ¿tal vez haya servido al menos para cambiar su composición, favoreciendo la contratación indefinida frente a la temporal? No se olvide que éste era uno de los objetivos esenciales de la reforma. Pretendía reducir la dualidad entre contratos temporales y fijos, disminuyendo la temporalidad y permitiendo la creación de empleos más estables.

La respuesta que proporcionan a este interrogante los datos del tercer trimestre de la EPA es demoledora: los asalariados con contrato temporal aumentan en 127.800, los indefinidos caen en 34.900 y, por tanto, la tasa de temporalidad sube 68 centésimas, hasta el 25,56%. Es decir, el problema de la temporalidad se agrava tras la reforma.

Antes de terminar con la EPA, es necesario resaltar otros datos preocupantes que contiene. Al finalizar el tercer trimestre, había en España 61.200 parados de larga duración más, y su aumento anual era de 664.800. Se trata de parados que llevan más de un año en esa situación, lo que implica una mayor dificultad para salir de ella.

Diferencias Regionales

Un segundo dato que da que pensar es el de que el número de hogares con todos sus miembros en paro asciende a 1.292.300. Finalmente, un hecho muy poco comentado: las diferencias regionales en la tasa de paro son enormes. Van desde un 9,98% en el País Vasco a un 28,67% en Canarias. Esto pone de manifiesto la existencia de problemas graves en la movilidad de los trabajadores y en la unidad del mercado de trabajo. Sorprende, en vista de lo anterior, el tratamiento tan favorable que el gobierno ha otorgado en el tema de las políticas activas de empleo a la Comunidad donde el problema del paro es menos grave, o el que eso no haya provocado un mayor escándalo social.

La otra fuente importante de datos laborales que se ha publicado recientemente es la estadística mensual de octubre del Servicio Público de Empleo Estatal. La información que proporciona parece corroborar la interpretación arriba realizada de los datos de la EPA. El paro aumentó en octubre en 68.200, lo que confirma la importancia del fin del verano. El volumen de contratación ha sido escaso comparado con el de meses similares de años anteriores, tanto para el caso de los contratos indefinidos como para el de los temporales. Por modalidades de contratación, de los 1.346.087 contratos registrados en octubre, nada menos que un 91,2% fueron temporales y sólo un 8,8% indefinidos.  El contrato de fomento de la contratación indefinida, la gran apuesta de la reforma, ha sido usado en el 0,9% de los nuevos contratos, y su uso disminuye un 31,64% en términos interanuales, tras 5 meses con la reforma laboral en funcionamiento.

Puede decirse que ha pasado poco tiempo para juzgar la reforma, lo que es cierto. No obstante, también lo es que las reformas anteriores hicieron notar sus efectos pronto, y que los “resultados incipientes” de ésta no justifican en absoluto el triunfalismo presidencial.

Han transcurrido ya cinco meses desde la entrada en vigor de la reforma laboral. Estas últimas semanas han ido apareciendo algunos datos importantes sobre el mercado de trabajo, como la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2010, o la estadística mensual de octubre del Servicio Público de Empleo. En su comparecencia ante el Congreso, el jueves pasado, el Sr. Zapatero atisbaba en esos datos “algunos resultados incipientes” de la reforma. Les invito en este artículo a acompañarme en la contemplación directa de esas estadísticas oficiales, para así contagiarnos todos del optimismo presidencial y compartir su alegría.

Los principales resultados de la EPA se recogen en una nota de prensa del INE. Es cierto que el desempleo cae en 78.000 personas durante el trimestre, dato al que se ha aferrado el gobierno. Olvida señalar, sin embargo, que esa leve mejoría obedece, en gran medida, a efectos estacionales (por coincidir el tercer trimestre con la campaña de verano, en la que se realizan más contratos relacionados con el sector turístico). Si nos fijamos en la variación anual del paro en vez de en la trimestral, lo que resulta más adecuado a la hora de hacer valoraciones sobre la evolución del mercado de trabajo, encontramos un incremento de 451.400 parados. Su número total sigue siendo un monstruoso 4.574.700.

Parecidos comentarios pueden realizarse respecto a la tasa de paro: es cierto que baja 3 décimas, fundamentalmente por motivos estacionales, pero sigue siendo del 19,79% (duplicando el 9´6% de la UE-27). Un hecho relevante poco comentado es que la población activa se mantiene estable, lo que ha ayudado a la reducción del paro (al no incorporarse nuevas personas al mercado de trabajo). Esto probablemente se deba a efectos de desánimo y abandono de la búsqueda de empleo.

Si no está claro, según los datos de la EPA, que la reforma laboral haya contribuido significativamente a la creación de empleo ¿tal vez haya servido al menos para cambiar su composición, favoreciendo la contratación indefinida frente a la temporal? No se olvide que éste era uno de los objetivos esenciales de la reforma. Pretendía reducir la dualidad entre contratos temporales y fijos, disminuyendo la temporalidad y permitiendo la creación de empleos más estables.

La respuesta que proporcionan a este interrogante los datos del tercer trimestre de la EPA es demoledora: los asalariados con contrato temporal aumentan en 127.800, los indefinidos caen en 34.900 y, por tanto, la tasa de temporalidad sube 68 centésimas, hasta el 25,56%. Es decir, el problema de la temporalidad se agrava tras la reforma.

Antes de terminar con la EPA, es necesario resaltar otros datos preocupantes que contiene. Al finalizar el tercer trimestre, había en España 61.200 parados de larga duración más, y su aumento anual era de 664.800. Se trata de parados que llevan más de un año en esa situación, lo que implica una mayor dificultad para salir de ella.

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