Es noticia
El coste de actuar tarde
  1. Economía
  2. Información privilegiada
Jesús Sánchez-Quiñones

Información privilegiada

Por

El coste de actuar tarde

A las bolsas les ha gustado la música de las medidas adoptadas este fin de semana. Tras la debacle de la semana pasada, los mercados de

A las bolsas les ha gustado la música de las medidas adoptadas este fin de semana. Tras la debacle de la semana pasada, los mercados de renta variable recogen con fuertes alzas las decisiones anunciadas por las autoridades europeas y americanas.

 

Por fin parece que hay un plan común de las autoridades que pretende asegurar las condiciones de liquidez de las entidades financieras, facilitar la financiación bancaria a largo plazo e incluso apoyar la recapitalización de aquellas entidades financieras que lo necesiten, así como flexibilizar las reglas de valoración de los activos.

De no haberse adoptado medidas que se entendieran contundentes, el lunes podríamos haber asistido a un nuevo descalabro de los mercados. Afortunadamente, el anuncio de las medidas ha permitido una relajación de la prima de riesgo y una ligera moderación de la percepción del riesgo sobre las entidades financieras.

Pensar que está todo hecho sería ilusorio. Ahora hay que poner letra a la música del anuncio de las medidas. La paciencia es una virtud inexistente en la actualidad, por lo que la concreción de las medidas y su puesta en marcha ha de ser inmediata y sin dilación. El problema de la economía real sigue siendo la carencia absoluta de crédito. En este sentido, el efecto de las medidas sobre la relajación de las tensiones del mercado interbancario será un termómetro del éxito de las medidas.

El coste de no haber actuado antes  ha sido enorme, no sólo en términos de caída de los índices bursátiles sino también en deterioro de las expectativas de los agentes económicos. El efecto pernicioso de los acontecimientos de las últimas semanas sobre el crecimiento económico es significativo. La Bolsa al igual que la confianza baja en ascensor pero sube por la escalera.

En la coyuntura actual parece ridículo seguir blandiendo el riesgo de inflación. El Banco Central Europeo se ha equivocado sistemáticamente en sus últimas decisiones. Fue un error subir tipos en junio, como también lo fue seguir hablando del riesgo inflacionista el 4 de septiembre. Deberían mirar algo más allá del último dato de precios.

Algo inevitable en el proceso en el que se encuentra la economía es continuar con el desapalancamiento de empresas y familias. En este ajuste, una rebaja sustancial de tipos de interés tendría un efecto muy beneficioso para la economía. No es momento de esperar a utilizar la munición de las bajadas de tipos a situaciones más extremas de las actuales.

El prestigioso economista Martin Wolf reconocía (FT y Expansión 8 de octubre) que “el aumento del pánico me ha hecho cambiar de opinión”, mostrándose a favor de un “rescate exhaustivo de los sistemas financieros”, mientras que hasta entonces era totalmente contrario. “Cuando la situación cambia, cambio de opinión”.

Sería deseable, por el bien de todos, que el BCE también cambie de opinión y de discurso. En el coyuntura actual cualquier ayuda es poca para minimizar el daño ya hecho sobre la economía. Más vale un mayor riesgo de inflación a medio plazo que no apoyar el crecimiento en este momento.

Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4

A las bolsas les ha gustado la música de las medidas adoptadas este fin de semana. Tras la debacle de la semana pasada, los mercados de renta variable recogen con fuertes alzas las decisiones anunciadas por las autoridades europeas y americanas.

Finanzas Bancos centrales Economía sumergida