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El atractivo de los bonos convertibles en 2009
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Ignacio Rodríguez Añino

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El atractivo de los bonos convertibles en 2009

Estamos a finales de un terrible 2008 para los inversores. La verdad es que casi nada ha funcionado aparte de los depósitos bancarios que a tantos

Estamos a finales de un terrible 2008 para los inversores. La verdad es que casi nada ha funcionado aparte de los depósitos bancarios que a tantos inversores han atraído durante los doce meses que están cerca de acabar.  Incluso algunos productos financieros, como Madoff, con retornos estables desde hacía décadas se han descubierto como auténticos fraudes aumentando la aversión al riesgo de muchos pequeños ahorradores.

 

Pero si miramos los fundamentales de la Bolas o de los bonos corporativos vemos que han sido ignorados totalmente desde que empezó la crisis financiera, debido en muchos casos al pánico provocado por la misma. Este pánico ha provocado errores de valoración que no se habían visto en el último siglo y creado oportunidades de inversión muy buenas en la renta variable y en los bonos convertibles. 

En cuanto la incertidumbre de los inversores respecto a la ralentización económica y la crisis financiera desaparezca, la situación puede ser muy favorable para una importante revalorización de estos tipos de activos.

Para el inversor en bonos convertibles, se han combinado diversos factores que han  creado oportunidades extremadamente atractivas.

1.- La importante caída de los precios de convertibles se debe en gran medida a ventas forzadas por parte de los hedge-funds, de los que se estima que poseen entre el 30% y el 50% del mercado total de bonos convertibles.

2.- La prohibición de tomar posiciones cortas en acciones (principalmente de entidades financieras). Esto ha hecho que los hedge-funds hayan sido incapaces de proteger su riesgo en renta variable.

3.- Las fuertes caídas de los mercados de renta variable también han tenido un efecto directo en la caída del valor de los convertibles. Desde principios del verano de 2008 la opción para convertir los bonos en renta variable cada vez vale menos. Además la volatilidad de las acciones ha aumentado de una manera significativa. Esta caída del precio de la opción de los bonos convertibles y la subida de la volatilidad real de las acciones ha hecho que los convertibles estén muy infravalorados.

4.- La gran ampliación de los diferenciales de los bonos corporativos como resultado de la crisis financiera. Los inversores han buscado liquidez y refugio en los bonos de gobiernos a corto plazo desdeñando la fortaleza de los balances de algunas compañías emisoras de bonos convertibles

Estos factores combinados han hecho que existan oportunidades extremadamente atractivas en los bonos convertibles.

Sin embargo, aunque las valoraciones son muy convincentes, es probable que el débil entorno macroeconómico continúe y los mercados financieros sigan dominados por los titulares macroeconómicos y por el sentimiento negativo.  En un entorno así, hay que centrarse en la selección individual de bonos convertibles, buscando que el razonamiento que justifica la inversión a largo plazo en la acción permita rentabilidades positivas, según el análisis fundamental. Negocios generadores de liquidez, con poco apalancamiento y cuyas acciones están infravaloradas.

Hoy en día hay muchos bonos convertibles que están cotizando ya a niveles muy bajos. Por lo tanto la bajada es limitada, mientras que existe un importante potencial de subida si se revalorizan la renta variable, el crédito o la volatilidad. Esta abundancia de bonos mal valorados por el mercado y de elementos que se pueden revalorizar van a ofrecer en 2009  muchas oportunidades para los inversores en fondos de bonos convertibles.

Ignacio Rodríguez Añino, responsable de M&G en España

Estamos a finales de un terrible 2008 para los inversores. La verdad es que casi nada ha funcionado aparte de los depósitos bancarios que a tantos inversores han atraído durante los doce meses que están cerca de acabar.  Incluso algunos productos financieros, como Madoff, con retornos estables desde hacía décadas se han descubierto como auténticos fraudes aumentando la aversión al riesgo de muchos pequeños ahorradores.