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Inflación negativa, pero no deflación
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Inflación negativa, pero no deflación

La tasa de inflación armonizada de España se ha situado en marzo en terreno negativo por primera vez desde que se elabora este índice. Significa que

La tasa de inflación armonizada de España se ha situado en marzo en terreno negativo por primera vez desde que se elabora este índice. Significa que el coste de la cesta de la compra recogida en el índice es inferior al de hace un año. No tardarán en surgir voces alertando de las terribles consecuencias de la deflación.

 

Que la inflación sea negativa no implica necesariamente que asistamos a una caída generaliza y permanente de los precios de bienes y servicios. Es cierto que la recesión genera presiones deflacionistas en los precios. Al caer la demanda baja la inflación porque las compañías se ven obligadas a rebajar el precio de sus productos para reducir inventarios. Es innegable que la actual coyuntura ha provocado una desaceleración de la actividad más brusca de lo esperado que se ha traducido en una caída de los precios o al menos en un mantenimiento de los mismos.

No obstante, los datos de inflación negativa que conoceremos en los próximos meses pueden provocar una lectura engañosa. Previsiblemente se alcancen tasas negativas de hasta el 1,5% a mediados de año. Pese a ello, la inflación subyacente, descontando energía y alimentos no elaborados, los elementos más volátiles del índice , se situará en el entorno del 1%, lejos de niveles negativos.

La caída de los índices de inflación serán considerables en los próximos meses por varios motivos.

En primer lugar, por el efecto base de comparación. La inflación se calcula comparando el nivel de precios de un mes respecto al mismo mes del año anterior. Así, tras la fuerte subida de los precios de materias primas y alimentos durante la primera parte de 2008, habría bastado que sus precios se mantuvieran durante 2009 al nivel de finales del año anterior para asistir a una notable desaceleración de la inflación.

En segundo lugar, por la caída de los precios de las materias primas, principalmente el petróleo. La media anual del precio del petróleo durante 2008 fue de 97 dólares el barril, comparado con los 50 dólares actuales. El efecto comparativo de las materias primas comenzará a ser menos beneficio para la inflación a partir del verano.

En tercer lugar, la propia recesión actuará como factor mitigante de las subidas de precios, e incluso en determinados sectores supondrá una reducción de precios, pero difícilmente será generalizada.

Aun considerando los mencionados factores no es previsible un escenario de deflación, entendiendo por tal una caída generalizada y continuada de los precios. Varios motivos avalan esta afirmación:

- La inflación subyacente, que recoge el comportamiento más estable de los precios, está lejos de mostrar tasas negativas.

- El precio del petróleo y de otras materias primas se ha alejado de los mínimos alcanzados en el primer trimestre de este año. En el caso del petróleo los incrementos de precios alcanzan casi el 50% desde su cotización mínima, augurando un repunte de la inflación a comienzos del año próximo.

- El efecto base que favorecerá la reducción de la inflación en los próximos meses, al compararse con los peores meses de 2008, se convertirá en un impulsor del índice de precios en la última parte del año.

- La enorme cantidad de liquidez inyectada en el sistema por los bancos centrales, principalmente por la Reserva Federal, supone un alto riesgo de inflación a dos o tres años vista.

Un escenario de deflación prolongada a la japonesa sería muy pernicioso para las expectativas de los agentes económicos. No tardaremos en encontrarnos titulares anunciando su llegada. Pese a ello, en cuanto se observen unos cuantos datos que muestren una mínima recuperación económica (en EE.UU.), volveremos a temer al fantasma de la inflación.

Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4

La tasa de inflación armonizada de España se ha situado en marzo en terreno negativo por primera vez desde que se elabora este índice. Significa que el coste de la cesta de la compra recogida en el índice es inferior al de hace un año. No tardarán en surgir voces alertando de las terribles consecuencias de la deflación.