Es noticia
Los peligros de la recuperación económica
  1. Economía
  2. Información privilegiada
Jesús Sánchez-Quiñones

Información privilegiada

Por

Los peligros de la recuperación económica

La recuperación de las bolsas de los dos últimos meses ha venido acompañada de una multitud de mensajes positivos, o menos negativos, sobre las expectativas económicas

La recuperación de las bolsas de los dos últimos meses ha venido acompañada de una multitud de mensajes positivos, o menos negativos, sobre las expectativas económicas mundiales. Desde la reunión del G-20 a primeros de abril el temor al colapso del sistema financiero internacional, y por ende de la economía, se ha mitigado enormemente. Las autoridades monetarias y los principales gobiernos del mundo se han convencido de inyectar tantos estímulos a la economía como sea necesario para evitar que la actual recesión se convirtiera en una situación más dañina.

 

Es difícil determinar, a nivel de economía global, si lo peor de la recesión ya lo hemos vivido o si solamente “empeoramos a menor ritmo”. Los datos económicos conocidos durante 2009 referidos a las distintas zonas geográficas han sido pésimos. Adicionalmente, las previsiones de crecimiento emitidas por los organismos internacionales (FMI, OCDE, CE) para este ejercicio y el siguiente se han reducido sensiblemente respecto a los anteriores pronósticos. Pese a ello, los distintos índices de confianza empresarial y de consumidores, indicadores adelantados de la evolución económica, se recuperan desde los mínimos alcanzados hace algunos meses.

A falta de una política fiscal unitaria en la Unión Europea cada país está aumentando a su libre albedrío el déficit público gastando en lo que cada uno entiende más adecuado. Así, Reino Unido espera tener un déficit del 12% del PIB este ejercicio. En España dicha cifra podrá rondar el 10%. Adicionalmente, el Banco Central Europeo no sólo ha bajado los tipos de interés al 1% sino que ha anunciado la inyección de hasta 60.000 millones de euros en la compra de Cédulas hipotecarias. En definitiva más liquidez disponible para el sistema bancario.

El objetivo de todas estas medidas es revitalizar la economía, aunque sea con “dosis medicinales” que acarreen  fuertes efectos secundarios. Ahora lo principal es salvar al enfermo, el tratamiento de los nocivos efectos secundarios ya se afrontará más adelante. En el momento en que las principales economías de la zona euro comiencen la recuperación no es descartable que tanto estímulo acabe provocando tensiones inflacionistas. En ese momento el BCE subirá los tipos de interés. Por otro lado, aunque ahora el cumplimiento de los criterios de convergencia (inflación, déficit público y deuda pública) sean completamente ignorados, la Unión Europea no tardará en obligar a los países miembros del EURO a reducir sus déficits y controlar el volumen de su deuda bajo la amenaza de fuertes sanciones económicas.

Como consecuencia de todo lo anterior, cualquier país miembro del euro que por no tomar las medidas adecuadas en estos difíciles momentos se quede atrás en la recuperación, afrontará un futuro nada halagüeño. Cuando todavía su economía no se haya recuperado tendrá que afrontar subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (subidas de hipotecas, de préstamos, reducción de la inversión,...) y ajustes internos vía reducción del gasto público y deuda pública.

Parece prematuro pensar en los efectos secundarios de la recuperación económica. Todo parece indicar que, cuando tenga lugar, la recuperación de la economía será suave durante un periodo prolongado. Los ingentes estímulos inyectados en la economía tienen fecha de caducidad. Como cualquier tratamiento de choque, las dosis tolerables son finitas. En algún momento habrá que revertir las mismas, subiendo tipos de interés, drenando la liquidez inyectadas y volviendo a un disciplina de déficit y deuda pública.

Cuando las principales economías se recuperen, el verdadero problema lo tendrán las economías que no hayan sabido aprovechar las políticas monetarias expansivas y el aumento coyuntural del gasto público para situarse al frente de la recuperación económica.

Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4

La recuperación de las bolsas de los dos últimos meses ha venido acompañada de una multitud de mensajes positivos, o menos negativos, sobre las expectativas económicas mundiales. Desde la reunión del G-20 a primeros de abril el temor al colapso del sistema financiero internacional, y por ende de la economía, se ha mitigado enormemente. Las autoridades monetarias y los principales gobiernos del mundo se han convencido de inyectar tantos estímulos a la economía como sea necesario para evitar que la actual recesión se convirtiera en una situación más dañina.