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¿Siguen siendo los bonos corporativos una opción?
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Ignacio Rodríguez Añino

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¿Siguen siendo los bonos corporativos una opción?

Esta cantinela la repetí muchas veces durante el 2009 porque ese año fue excepcional para la renta fija corporativa. Y eso que quería oír hablar de

Esta cantinela la repetí muchas veces durante el 2009 porque ese año fue excepcional para la renta fija corporativa. Y eso que quería oír hablar de bonos de empresas cuando parecía que nuestro mundo iba a desaparecer encabezado por los bancos. Pero ese año se consiguieron rentabilidades récord en renta fija tanto de alta calidad crediticia (muchas rentabilidades cercanas o superiores al 20%) como en high yield (no fue raro ver 60% o 70% a final de año). Fue una ocasión única en la vida, que no parece que se vaya a repetir.

Sin embargo, este año también puede ser un buen año para la renta fija corporativa. No veremos las mismas rentabilidades que el año pasado, pero sí es bastante factible que tengan rendimientos atractivos y superiores a los que ofrecen la liquidez en los próximos meses.

Podemos encontrar 10 razones para estar optimistas en renta fija corporativa:

Fundamentales

1. Entorno de crecimiento económico positivo,  bajo pero positivo. Quizás entre el 1% y el 3% en Europa y en Estados Unidos hasta 2015, como pronostica el FMI.  En este entorno, la renta fija corporativa lo suele hacer bien, batiendo

2. Baja Inflación. Con unos niveles de paro muy elevados y la utilización de la capacidad productiva todavía muy lejos de máximos, no parece que la inflación vaya a suponer un problema.

3. Bajos tipos de interés. Si sumamos un crecimiento económico débil y una baja inflación no parece razonable que veamos subir mucho los tipos de interés en los próximos años. El FMI espera hasta finales de 2011 tipos muy bajos (aunque puedan subir algo desde los niveles actuales en Estados Unidos)

4. Tasas de impagados a la baja. En high yield los impagados llegaron a ser cercanos al 15% en la segunda mitad de 2009, pero llevan bajando desde entonces.

Técnicas

5. Cupones atractivos si los comparamos con la liquidez. Aunque en España menos debido a la guerra de pasivos que hemos visto con los bancos intentando mejorar sus balances.

6. Caída en las emisiones de bonos. Desde los máximos de 2009 cuando la financiación bancaria estaba totalmente cerrada para muchas empresas. Que haya menos emisiones hace que las que ya están en mercado sean más atractivas.

7. Desapalancamiento empresarial. Muchas empresas están saneando sus balances, reduciendo sus deudas y aumentando su generación de caja (con la que se paga a los bonistas)

8. Flujos positivos en el mercado de bonos:  ha aumentado el interés por los bonos de high yield y los de alta calidad también están teniendo flujos positivos.

Por Valoración

9. Diferenciales atractivos. No tan atractivos como el año pasado, pero todavía descontando una recesión. Con esto todavía hay posibilidades que los diferenciales se estrechen cuando se vayan viendo noticias económicas positivas. Los bonos corporativos están pagando de más por el riesgo de impago que asumimos.

10. Comparativa con los bonos de Gobiernos. La enorme deuda de los Estados va a tener que salir al mercado a buscar financiación. Ese exceso de papel va a hacer que sea más atractivo por comparación invertir en empresas que ofrecen más rentabilidad y una expectativa de revalorización de sus bonos (al contrario que los de los Gobiernos)

Lo que hay que tener es cuidado en elegir los bonos que queremos tener en cartera. Evitar los impagados es la clave para obtener esa rentabilidad atractiva que comentamos. Y es más bien cosa de especialistas, que tengan recursos de análisis y de construcción de carteras apropiados. Un fondo de inversión de renta fija corporativa me parece la mejor opción para intentar aprovechar esta oportunidad.

Ignacio Rodríguez Añino, responsable de M&G Investments en España

Esta cantinela la repetí muchas veces durante el 2009 porque ese año fue excepcional para la renta fija corporativa. Y eso que quería oír hablar de bonos de empresas cuando parecía que nuestro mundo iba a desaparecer encabezado por los bancos. Pero ese año se consiguieron rentabilidades récord en renta fija tanto de alta calidad crediticia (muchas rentabilidades cercanas o superiores al 20%) como en high yield (no fue raro ver 60% o 70% a final de año). Fue una ocasión única en la vida, que no parece que se vaya a repetir.