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España y Alemania: dos caras del euro
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Jesús Sánchez-Quiñones

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España y Alemania: dos caras del euro

La incorporación de España en el euro ha traído consigo beneficios indudables para la economía española. La creación de la moneda única hizo creer que había

La incorporación de España en el euro ha traído consigo beneficios indudables para la economía española. La creación de la moneda única hizo creer que había desaparecido el riesgo cada uno de los Estados integrantes del euro. Ya no importaban las cifras macroeconómicas nacionales sino las del conjunto de la Zona Euro. Así, se produjo una convergencia total de tipos de interés, llegándose a financiar el Estado español en algunos momentos incluso a tipos inferiores  a los pagados por el Estado alemán.

 

La fuerte bajada de los tipos de interés en España junto con una ingente cantidad de financiación exterior, entre otros por parte de los inversores alemanes, propició un entorno de elevado crecimiento de la economía española pero con un elevado nivel de dependencia de la inversión exterior. Nuestro déficit por cuenta corriente (o necesidad de financiación exterior) llegó a alcanzar el 10% del PIB. Tras tres años de crisis y ajustes, “sólo” se ha conseguido reducir a niveles del 4,4% del PIB. Seguimos dependiendo del exterior para que financie nuestra economía.

Pese a las turbulencias vividas en los dos últimos años, pese al aumento de los costes de financiación de la Deuda Pública, y pese a no poder realizar devaluaciones competitivas de la moneda, España disfruta de muchos más beneficios que inconvenientes por pertenecer al euro. Fuera de la moneda única, los inversores internacionales previsiblemente habrían dejado de financiar nuestros desajustes abocando a España a una situación similar a la de Islandia  o Letonia.

La otra cara del euro es Alemania. Algunos observadores, y parte de la propia opinión pública alemana, consideran que los alemanes no estarán dispuestos a pagar los platos rotos de sus socios del euro, pudiendo incluso llegar a plantearse abandonar la moneda única. Este tipo de pensamiento ignora las enormes ventajas que el euro ha tenido y tiene para la economía alemana.

-          La economía alemana es netamente exportadora. Dos tercios de su crecimiento de la última década proceden de la demanda externa. Sus socios del euro contabilizan el 40% del total de sus exportaciones. Mientras España presenta un déficit por cuenta corriente del 4,4%, Alemania cuenta con un superávit del 5,2%. En conjunto la zona euro apenas tiene un déficit del 0,3% del PIB. Alemania ha conseguido tener un mercado cautivo, satisfaciendo un porcentaje importante de la demanda interna europea.

-          La menor competitividad de otras economías europeas, como la española, ha facilitado la entrada de los productos alemanes en estos países, a costa de aumentar sus desequilibrios. Durante el primer semestre ha aumentado la demanda interna en España, pero al mismo tiempo aumentan las importaciones, en parte de productos alemanes.

-          El euro sufre por los problemas de financiación de algunos de sus integrantes, haciendo su tipo de cambio mucho más competitivo para las exportaciones alemanas. De existir todavía el marco alemán, su revalorización habría reducido sensiblemente la ventaja competitiva que la actual valoración del euro ofrece al sector exterior germano. A su vez, su algún país abandonase el euro, su tipo de cambio se derrumbaría, convirtiendo las importaciones de productos alemanes en prohibitivas.

-          La Deuda Pública alemana se emite a tipos históricamente bajos. Al actuar como activo refugio, el nivel de tipos de interés exigido a las emisiones estatales alemanas se encuentra en niveles que difícilmente podrán mantenerse en el futuro. Mientras tanto, la carga de intereses se reduce.

-          El fuerte superávit por cuenta corriente alemán de la última década y el escaso crecimiento de la demanda interna les ha llevado a ser los principales financiadores de los Estados y bancos de los países periféricos del euro.  Así, se podría llegar a considerar que el rescate de Grecia fue también, en cierto modo, un rescate de la banca alemana (y francesa) con elevado nivel de activos en dicho país.

La percepción actual de la crisis en Alemania dista mucho de la percepción española. Mientras la economía germana espera crecer al 2,9% este año y al 2,5% los dos próximos, en España todavía tendremos caída del PIB este ejercicio y muy suaves crecimientos los dos próximos años. La bolsa alemana es un reflejo de dichas previsiones. Mientras el IBEX 35 se deja un 11% en 2010, el Dax alemán se revaloriza más de un 4%. Las compañías exportadoras alemanas han dejado la crisis atrás, beneficiándose de un euro “bajo presión”. Todo apunta a que esta tendencia se mantendrá en el futuro cercano.

La incorporación de España en el euro ha traído consigo beneficios indudables para la economía española. La creación de la moneda única hizo creer que había desaparecido el riesgo cada uno de los Estados integrantes del euro. Ya no importaban las cifras macroeconómicas nacionales sino las del conjunto de la Zona Euro. Así, se produjo una convergencia total de tipos de interés, llegándose a financiar el Estado español en algunos momentos incluso a tipos inferiores  a los pagados por el Estado alemán.

Banco de España Euro