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Comprar protección contra la inflación está barato
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Ignacio Rodríguez Añino

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Comprar protección contra la inflación está barato

Después de un verano extrañamente tranquilo en tema de mercados, hemos vuelto a la dura realidad de la economía europea. Poco o nulo crecimiento económico, planes

Después de un verano extrañamente tranquilo en tema de mercados, hemos vuelto a la dura realidad de la economía europea. Poco o nulo crecimiento económico, planes de reducción del gasto, incluso en economías con “grandeur” como la francesa, y un horizonte que todavía no se puede ver con optimismo.

La reducción del déficit mediante el control del gasto es totalmente necesaria, y se puede y debe complementar con un incremento de los ingresos. Cuando este incremento se busca casi exclusivamente mediante el aumento de la presión impositiva sobre el ciudadano (IVA, Impuesto sobre la Renta, impuestos indirectos…), va a ser muy difícil ver una reactivación de la economía en el corto o medio plazo. Necesitamos que las reformas estructurales empiecen a dar frutos, pero eso todavía llevará algunos trimestres.

Al menos, el Banco Central Europeo ha aclarado que la apuesta por el euro no parece tener marcha atrás, y eso ha calmado a los mercados en los últimos días.

Si como consecuencia de ésto, el BCE sigue las políticas de inyección de liquidez mediante recompra de bonos (también llamadas Quantitative Easing – QE), que otros bancos centrales vienen desarrollando desde hace años -el Banco de Inglaterra empezó en 2009-, tarde o temprano podríamos empezar a ver presiones inflacionistas. Y es que los bancos centrales han impreso casi ¡nueve billones de USD desde 2007!













Pero si hacemos caso a la historia, hay varios factores que harán que resurja la inflación:

1.- La ya comentada ingente inyección de liquidez.

La inflación podría ser una consecuencia buscada a propósito. Quizás los bancos centrales quieran volver a utilizar, salvando las distancias, la política monetaria usada después de la Segunda Guerra Mundial hasta principios de los años 80, cuando los tipos de interés reales estuvieron en el entorno del 0%.  (Véase gráfico adjunto)













El efecto de tener algo de inflación (cuidado, no inflación desbocada), es una reducción de la deuda en términos reales. Justo lo que necesitaban Estados Unidos  y Reino Unido cuando con sus bonos de guerra la deuda sobre PIB se situaba en el entorno del 250%

En la terrible situación económica actual, es muy difícil prever que tengamos mucha inflación en el corto o medio plazo. El proceso de desapalancamiento todavía tiene que prolongarse durante años, y en un proceso que puede llegar a ser deflacionista si no vuelve el crecimiento económico.

Pero no hace falta que haya inflación para poder aprovechar las circunstancias actuales. El mercado está descontando inflaciones excesivamente bajas en los próximos años:













Según las tasas implícitas en la cotización de los bonos ligados a la inflación, ésta va a estar mucho más baja que el objetivo del 2% en los próximos 5 años. Quizá el mercado esté en lo cierto, y, la inflación media en ese período esté en el entorno del 1% en Alemania o UK, y en el entorno del 1,75% en USA. Pero si no es así, los bonos ligados a la inflación (y los fondos que compran estos bonos) son una buena alternativa de inversión a día de hoy

Después de un verano extrañamente tranquilo en tema de mercados, hemos vuelto a la dura realidad de la economía europea. Poco o nulo crecimiento económico, planes de reducción del gasto, incluso en economías con “grandeur” como la francesa, y un horizonte que todavía no se puede ver con optimismo.