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Buenas noticias para la financiación de (algunas) empresas
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Buenas noticias para la financiación de (algunas) empresas

La principal explicación a la drástica caída de las rentabilidades de los bonos soberanos es la ingente cantidad de liquidez inyectada por los bancos centrales, principalmente

La principal explicación a la drástica caída de las rentabilidades de los bonos soberanos es la ingente cantidad de liquidez inyectada por los bancos centrales, principalmente la Reserva Federal estadounidense, el Banco de Inglaterra y, últimamente, el Banco de Japón. 

Tanta liquidez en busca de activos con rentabilidad ha provocado que, por ejemplo, los bonos del Estado español a 30 años se hayan revalorizado un 14% sólo en el mes de abril, y los tipos de los bonos a 10 años de casi todos los países del euro se encuentren por debajo de los niveles de 2007. La liquidez ha logrado anestesiar a los mercados, ignorando malas noticias como el resultado de las elecciones italianas, el incumplimiento de las cifras de déficit público español o el chapucero rescate a Chipre.

La financiación de las empresas europeas depende en más de un 80% del crédito bancario, obteniéndose sólo el 20% de la financiación a través de los mercados de capital, justo los porcentajes inversos a los observados en EE.UU. Estas cifras son incluso más acentuadas en España, donde la dependencia de la financiación bancaria es crónica. Paradójicamente, asistimos a una fuerte demanda de bonos soberanos, incluso a rentabilidades históricamente bajas en algunos plazos, junto a una sequía crediticia severa.

La caída de las rentabilidades de la deuda pública en todos los plazos y el apetito inversor están posibilitando que cada vez sea mayor el número de empresas que emiten bonos y pagarés con notable éxito, algo impensable hace apenas un año. En el primer trimestre del año, al menos nueve empresas españolas han logrado emitir bonos considerados high yield, o con calificación crediticia por debajo del grado de inversión, por un importe de más de 2.800 millones de euros. El importe de las emisiones ha oscilado desde los 750 millones de euros emitidos por Gestam, a los 100 millones de euros emitidos por Cirsa, y los plazos han variado desde los tres años de la emisión de Cores a los siete años de las emisiones de Atento u ONO.

Junto a estas emisiones a más largo plazo, al menos cinco empresas del Ibex (ACS, Acciona, OHL, Indra y Abengoa) han comenzado a emitir pagarés en el mercado, con notable éxito de demanda.

Las empresas españolas han dependido históricamente mucho más de la financiación bancaria que sus competidores europeos. El tamaño del mercado de bonos corporativos español es apenas la mitad del irlandés y un tercio del francés o del italiano. Pese a afectar todavía a un escaso número de entidades, es una magnífica noticia que algunas empresas que hasta ahora no habían accedido al mercado de capitales de forma recurrente opten por esta vía ante la certeza de que el crédito bancario seguirá siendo escaso por bastante tiempo.

Las empresas que deseen optar por la financiación a través del mercado de capitales deberán estar dispuestas a someterse a un grado de control y transparencia que provoca reticencias, al dar a conocer incluso a la competencia datos e interioridades de la compañía que de otra forma solo serían conocidos por el banco prestamista.

El proceso de desintermediación de la financiación de las empresas, sustituyendo préstamos bancarios por emisiones de renta fija, llevará años hasta que alcance un volumen suficiente. No obstante, cuanto más tiempo dure la inyección de liquidez por parte de los bancos centrales y más reducidas sean las rentabilidades ofrecidas por los bonos soberanos, mayor será la demanda potencial para emisiones de empresas rentables y con futuro, pero con escasez de financiación.

De momento, es una magnífica noticia que empresas españolas cuya calificación crediticia no alcanza el grado de inversión (high yield) estén consiguiendo emitir bonos y pagarés en el mercado, diversificando sus fuentes de financiación y minorando sensiblemente el riesgo de refinanciación de sus créditos vivos

La principal explicación a la drástica caída de las rentabilidades de los bonos soberanos es la ingente cantidad de liquidez inyectada por los bancos centrales, principalmente la Reserva Federal estadounidense, el Banco de Inglaterra y, últimamente, el Banco de Japón.