Fin de la recesión, no de la crisis

No hay queconfundir los deseos con la realidad, si no, los hechos pueden conducir a la frustración. La economía española está próxima al fin de la recesión, peroel camino para dar por superada la actual crisis económica todavía será largoy tortuoso.

Se entiende porrecesiónladisminución de la actividad económicamedida a través del PIB (Producto Interior Bruto). El fin de la recesión implica que la economía deja de caer en su conjunto, aunque parte de ella puede no haber tocado fondo todavía.

El crecimiento del PIB de un país se descompone en: la aportación realizada pordemanda interna(consumo público y privado e inversión) y la aportación delsector exterior(exportaciones menos importaciones). La práctica totalidad de las previsiones de analistas y organismos oficiales nacionales e internacionales auguran una cierta recuperación del crecimiento de la economía o aumento del PIB en 2014. Aun así,nadie espera que la demanda interna crezca, aunque sea mínimamente,por lo menos hasta 2015 ó 2016.

Elconsumo público, el consumo privado y la inversión siguen cayendo, pero el buen comportamiento de las exportaciones y el descenso de las importaciones, por falta de demanda interna, permiten que la economía en su conjunto no se deteriore más. Para todas aquellas empresas que dependan totalmente de la demanda interna, es decir, de la inversión y del consumo interno, los efectos de la crisis seguirán siendo palpables durante bastantes trimestres adicionales, pese a los próximos guarismos positivos del crecimiento del PIB.

La profundidad de la crisis en España está siendo mucho más severa de lo que muestran las cifras del PIB. Mientras que elPIB apenas ha caído un 5,7% desde 2009, eldescenso de la demanda nacionalprácticamente triplica dicha cifra: 16,7%.El aumento de las exportaciones y la situación de cuasiequilibrio de nuestra balanza exterior es una magnífica noticia, peropara la mayoría de los ciudadanos la evolución de la demanda interna les impacta sensiblemente más que la evolución del sector exterior. Todas aquellas empresas sin capacidad de exportación y dependientes al 100% del mercado nacional, se ven más condicionadas por la evolución de la demanda interna que por la evolución del PIB en su conjunto.

No se podrá dar por superada la crisis hasta que la economía no vuelva atasas de crecimiento del PIB suficientes como para volver a incorporar al mercado laboral a millones de paradosy permita una disminución de los actuales ratios de deuda pública y privada (Deuda / PIB) mediante un aumento considerable del denominador de dicho ratio.

Bienvenidos sean los datos que muestran una mejora de la economía española y anticipan el fin inminente de la recesión. Entre otros: cierto alivio en los datos de empleo; fortaleza de las exportaciones; buena temporada turística; o el incremento relativo de la competitividad vía reducción de los costes laborales unitarios. Pese a dichos datos positivos, que nadie se llame a engaño:sin significativos sacrificios adicionales a los ya exigidos y sin reformas estructurales más ambiciosasque las hasta ahora anunciadas, comenzando por las Administraciones Públicas,se seguirán padeciendo los efectos de la crisisdurante bastante tiempo.