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Más seguro en un banco cotizado
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Más seguro en un banco cotizado

Compartir una moneda implica mucho más que renunciar a la capacidad de emitir billetes. Las soluciones europeas aplicadas a los problemas de un socio del euro son un referente de por dónde irá la resolución de problemas similares en otros países en el fu

Compartir una moneda implica mucho más que renunciar a la capacidad de emitir billetes. Las soluciones europeas aplicadas a los problemas de un socio del euro son un referente de por dónde irá la resolución de problemas similares en otros países en el futuro. La evolución de las condiciones de los rescates bancarios en el euro es una prueba de ello.

En los últimos días hemos conocido, casi simultáneamente, el cierre del rescate bancario de España concedido en julio de 2012 y las condiciones del rescate bancario esloveno. España recibió una línea de crédito de los fondos europeos por importe de 100.000 millones de euros para recapitalizar la banca. De dicha cantidad 'sólo'se han utilizado 41.000. Los accionistas y preferentistas de las entidades españolas rescatadas han sufrido pérdidas considerables.

El rescate bancario de España fue el detonante para poner en marcha el proceso de unión bancaria europea. Uno de los puntos esenciales de la UBE es la definición de la forma de actuar en el caso en que una entidad financiera necesite recursos adicionales para sobrevivir. Ya no es obvio que toda entidad que necesite recursos deba de seguir existiendo. De hecho, en el rescate bancario a algunas entidades españolas se les tuvo que presentar un plan de viabilidad individualizado para valorar la viabilidad futura de la entidad o, por el contrario, instar a la liquidación ordenada de la misma. Una vez se determine que una entidad puede ser viable si se reestructura, y antes de recibir recursos públicos nacionales y en segundo extremo europeos, se procederá a la asunción de pérdidas por parte de los acreedores bancarios.

Desde hace meses se especulaba sobre la solvencia de la banca eslovena. Adelantándose a los test de estrés del año que viene, se han aplicado pruebas de resistencia sobre las entidades eslovenas, dando como resultado una necesidad de capital de 4.800 millones de euros. A diferencia de lo acontecido en España hace ahora un año, Eslovenia no recibirá ni un solo euro europeo en el rescate de sus bancos. Los bonistas junior (nuestros preferentistas) deberán asumir quitas por importe de 450 millones de euros. Las entidades deberán captar en el mercado de capitales unos 1.350 millones de euros. El Estado esloveno inyectará unos 3.000 millones de euros.

Las entidades no cotizadas difícilmente lograrán que nuevos inversores tomen una participación minoritaria en sus entidades. Sirva como ejemplo la demora en la venta de entidades no cotizadas como NGC Banco o Catalunya Ban

El próximo año asistiremos a una nueva edición de los test de estrés sobre las entidades financieras. Las entidades españolas parten en mejor situación que las de otros países del euro, al haberse reestructurado y recapitalizado gran parte de aquellas sometidas a examen. No obstante, la incertidumbre sobre el nivel de dureza aplicado sobre variables como la deuda pública en balance puede implicar que el resultado de las pruebas indique que alguna entidad necesite captar recursos propios adicionales.

Como las condiciones aplicadas a las pruebas de esfuerzo se conocerán en breve, y los resultados finales no serán públicos hasta después del verano, aquellas entidades que sospechen que podrían necesitar recursos adicionales de acuerdo con los test de estrésprocurarán fortalecer sus recursos propios antes de que se den a conocer los resultados.

La ventaja de los bancos cotizados en bolsa sobre aquellos que no lo están es indudable. Como demuestran las recientes operaciones de Banco Popular o Banco Sabadell, atraer nuevos inversores a través de ampliaciones de capital puede llevarse a efecto en un reducido periodo de tiempo. En todo caso será cuestión de precio.

Por el contrario, las entidades no cotizadas difícilmente lograrán que nuevos inversores tomen una participación minoritaria en sus entidades. Sirva como ejemplo la demora en la venta de entidades no cotizadas como NGC Banco o Catalunya Banc.

Un banco cotizado en bolsa que, de acuerdo con los resultados de las pruebas de esfuerzo, necesite recursos adicionales podrá conseguir los mismos vía ampliaciones de capital o emisión de bonos convertibles en acciones. De esta forma evitará que sus bonistas o depositantes puedan sufrir quitas.Sin embargo, un banco no cotizado en bolsa que suspenda las pruebas de estrés, si no consigue captar recursos propios, tendría que imponer pérdidas a sus bonistas junior (preferentistas), si los hay y, en su caso, incluso a los depositantes de más de 100.000 €.

Aunque parezca paradójico, y siempre partiendo de que no se esperan grandes sorpresas negativas en los próximos test de estrés de la banca española, a igualdad de condiciones de balance entre dos entidades, los depósitos y bonos de los bancos cotizados se pueden considerar más seguros que los de bancos no cotizados.

Por supuesto, lo anterior no quiere decir que los bancos no cotizados vayan a tener problemas.

Compartir una moneda implica mucho más que renunciar a la capacidad de emitir billetes. Las soluciones europeas aplicadas a los problemas de un socio del euro son un referente de por dónde irá la resolución de problemas similares en otros países en el futuro. La evolución de las condiciones de los rescates bancarios en el euro es una prueba de ello.

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