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Los tipos anestesian el presupuesto
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Los tipos anestesian el presupuesto

Cualquiera que solicite una hipoteca a tipo variable ha de ser consciente de que los tipos de interés no permanecerán en los niveles actuales perennemente. Por

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Los niveles actuales del Euribor al 0,34% contrastan con alcanzados en 2008: 5,53%. Se tardarán años en volver a los guarismos de hace seis ejercicios, pero los niveles actuales son incluso más extraordinarios que aquellos y difícilmente sostenibles en el tiempo, salvo que entremos en un estancamiento a la japonesa.

La actitud prudente que debería mantener una empresa o particular que deseara endeudarse con los tipos actuales parece no exigírsele a las Administraciones Públicas. Los tipos mínimos históricos de las emisiones del Tesoro logran camuflar los riesgos del aumento progresivo del endeudamiento. De hecho, los titulares más destacados de la presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado no se refieren al aumento del endeudamiento, sino al “ahorro” del Tesoro por los menores tipos de interés: 5.000 millones de euros menos en pago de intereses.

Las AAPP seguirán teniendo déficit en sus cuentas, y por tanto seguirán aumentando su endeudamiento por lo menos hasta 2017. En otras palabras, no sólo habrá que emitir para refinanciar todos los vencimientos de 2015, sino que será necesario emitir nueva deuda para cubrir el desfase de las cuentas del próximo ejercicio.

A día de hoy, el Tesoro español cuenta por éxitos cada una de sus subastas: la demanda excede con creces los importes emitidos y los tipos exigidos son exiguos. Pese a ello, conviene no olvidar el permanente riesgo de refinanciación. Cuando vaya venciendo la deuda actual, el Tesoro tendrá que emitir nueva deuda a los tipos existentes en cada momento. La apelación al mercado será constante, teniendo que pagar en cada momento el nivel de tipos de interés exigido por los inversores.

La caída continuada de los tipos de interés de emisión de la deuda de los últimos años camufla un grave riesgo de refinanciación. Si en algún momento el tipo medio de emisión vuelve a los niveles existentes hace apenas dos años (3%), y dado que la deuda pública no va a disminuir en un horizonte cercano y la vida media de la deuda en circulación es de 6,28 años, implicaría que en menos de una década la carga de intereses llegaría a doblarse.

La permanencia de los bajos tipos de financiación actuales escapa del control de las autoridades nacionales. Su actuación es condición necesaria, pero no suficiente. Los tipos dependen, en gran medida, de la actuación el BCE. Ahora toca inyectar liquidez y mantener los tipos bajos, pero esta situación no será permanente, como están poniendo de manifiesto tanto la Reserva Federal como el Banco de Inglaterra, que no tardarán en iniciar las subidas de tipos de interés.

Quien esté exultante porque el Euribor al que está referenciada su hipoteca está al 0,34%, debe ser consciente de que esta situación sólo será coyuntural. Lo mismo aplica al pago de intereses de los presupuestos: el importe inexorablemente crecerá, mermando el resto de partidas de gasto. De momento los tipos bajos producen efectos anestésicos.

Los niveles actuales del Euribor al 0,34% contrastan con alcanzados en 2008: 5,53%. Se tardarán años en volver a los guarismos de hace seis ejercicios, pero los niveles actuales son incluso más extraordinarios que aquellos y difícilmente sostenibles en el tiempo, salvo que entremos en un estancamiento a la japonesa.

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