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Jesús Sánchez-Quiñones

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Primer aviso de la renta fija

Desde la puesta en marcha del programa de compra de bonos del BCE, la renta fija ha ido como la seda. Pero cuidado, vienen curvas

Foto: El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi

Desde que el Banco Central Europeo (BCE) anunció la puesta en marcha del programa de compra de bonos soberanos, los inversores en renta fija parecían poder contar con beneficios asegurados. Conociendo la cantidad de bonos soberanos que el BCE debía comprar cada mes, unos 50.000 millones de euros, y el precio máximo (el equivalente a una rentabilidad negativa del 0,2%) sólo había que adelantarse al organismo, comprar antes que él, hacer que los precios subieran, y posteriormente vender esos mismos bonos al banco central con plusvalía. Beneficio fácil a costa del BCE.

La práctica mencionada en el párrafo anterior ha funcionado a la perfección hasta hace dos semanas. Ha bastado un mal dato de crecimiento en el primer trimestre en EEUU, provocando una bajada del dólar (subida del euro) ante el convencimiento de los inversores de que se retrasará el inicio de la subida de los tipos de interés, para que se haya producido la primera subida considerable de estos en los bonos soberanos europeos.

El bund alemán es considerado el activo de renta fija en euros más seguro. Pues bien, en dos semanas ha sufrido una caída en precio del 3%. Aun así, su rentabilidad sigue en un pírrico 0,37%, inferior al 0,55% de principio de año. El repunte de tipos del bund alemán ha sido el más acusado de la Eurozona, tanto en absoluto como en relativo. Aunque su rentabilidad sólo se haya incrementado en 42 puntos básicos, entre el mínimo y el máximo de las dos últimas semanas, en proporción la rentabilidad se ha multiplicado por ocho (de 0,05% a 0,42%).

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Lo sucedido en las últimas jornadas en las cotizaciones de los bonos soberanos pone de manifiesto lo peligroso de anteponer el mero análisis de flujos de inversión a los fundamentales. Los tipos de interés actuales de los bonos europeos sólo pueden ser explicados por los flujos de compra de bonos por parte del BCE. Han sido reiterados los análisis del impacto de la compra del BCE en el mercado de bonos. El análisis de los flujos de inversión puede servir para anticipar la previsible evolución de los precios en el corto plazo, pero a largo plazo se acaban imponiendo los fundamentales. Los tipos de interés que pagan los diferentes tesoros de la Eurozona no son acordes con los fundamentales de cada uno de los países correspondientes.

El propio BCE incluso puede sacar partido del actual movimiento alcista de los tipos. Aquellos inversores que adquirían bonos alemanes al 0,10% o 0,20% con la seguridad de vendérselos posteriormente al BCE a un precio superior, y consecuentemente a un tipo inferior, habrán experimentado lo peligroso de dicha apuesta. Incluso un elevado número de inversores institucionales con enormes plusvalías latentes en su cartera de bonos que, ante la dificultad del BCE en encontrar bonos que comprar, esperaba que los tipos se situaran en el límite negativo del -0,2% para vender, se replantearán comenzar a deshacer parte de sus carteras de bonos soberanos.

A pesar del repunte de tipos de los bonos soberanos de los últimos días, los niveles actuales siguen lejos de niveles normalizados. El BCE seguirá comprándoloshasta septiembre de 2016, salvo repunte de la inflación antes de dicha fecha. La intervención en los mercados de renta fija no se acabará en el corto plazo, pero los últimos movimientos demuestran que los flujos de compra del BCE pueden no ser suficientes para mantener los tipos permanentemente en los anómalos niveles actuales.

Desde que el Banco Central Europeo (BCE) anunció la puesta en marcha del programa de compra de bonos soberanos, los inversores en renta fija parecían poder contar con beneficios asegurados. Conociendo la cantidad de bonos soberanos que el BCE debía comprar cada mes, unos 50.000 millones de euros, y el precio máximo (el equivalente a una rentabilidad negativa del 0,2%) sólo había que adelantarse al organismo, comprar antes que él, hacer que los precios subieran, y posteriormente vender esos mismos bonos al banco central con plusvalía. Beneficio fácil a costa del BCE.

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