Es noticia
Bruselas ata en corto la contrarreforma laboral
  1. Economía
  2. Laissez faire
Juan Ramón Rallo

Laissez faire

Por

Bruselas ata en corto la contrarreforma laboral

España ha aceptado no traspasar una serie de líneas rojas que el Gobierno de coalición sí tenía entre sus planes

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Reuters)
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Reuters)

Bruselas ha aprobado finalmente el plan de reformas de España. Lo ha hecho, sin embargo, dejando en el limbo de la indefinición algunos de los cambios más importantes y esperados. En particular, y en las propias palabras de la Comisión Europea, “el plan también incluye reformas del mercado laboral y del sistema de pensiones cuyo diseño queda pendiente de concretar, dado que se hallan sujetas al resultado del diálogo social”.

Foto: La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE)
TE PUEDE INTERESAR
Las siete claves de la reforma laboral que propone el Gobierno
Carlos Sánchez Javier G. Jorrín

En principio, claro, se trata de malas noticias para nuestro país (y de buenas noticias para los gobernantes irresponsables): más decisivo que el dinero que podamos recibir de Europa son las reformas que España tiene pendiente ejecutar desde hace décadas. En este sentido, cabía esperar que Bruselas se tomara más en serio esta cuestión, pero poca condicionalidad parece estar imponiéndonos cuando acepta que el diseño específico de las reformas quede “pendiente de concretar”. Sin embargo, haciendo exégesis del documento conjunto, la conclusión anterior no es tan evidente.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. (EFE) Opinión

Por un lado, la Comisión recalca explícitamente que las reformas que apruebe España han de estar alineadas con las recomendaciones específicas para el país del semestre económico, lo cual limita de un modo muy notable el margen de actuación del Gobierno. Por ejemplo, en materia de mercado de trabajo, Bruselas reclama que la reforma laboral que está preparando el Ejecutivo “se desarrolle con respeto pleno al diálogo social y como parte de un enfoque más amplio que contemple la necesidad de flexibilidad y seguridad en el mercado de trabajo para permitir una recuperación rica en empleo”. En este punto, además, se incluye una nota a pie de página que resulta mucho más explícita sobre lo que espera Bruselas: “El último informe sobre España ha recalcado la necesidad de preservar los elementos de la reforma laboral de 2012-2013 que jugaron un papel importante a la hora de promover la recuperación rica en creación de empleo que empezó en 2014”. O dicho de otro modo, la Comisión veta una derogación total de la reforma laboral de 2012.

La Comisión está otorgando 'de facto' un derecho de veto a los sindicatos y a la patronal sobre el contenido de la nueva reforma laboral

Por otro lado, prestemos atención a la coletilla que se repite en diversas ocasiones a lo largo del documento de que “la configuración definitiva de la reforma [laboral] dependerá del resultado del proceso de diálogo social” o de que los cambios deben desarrollarse “con respeto pleno al diálogo social”. Básicamente, lo que está diciendo la Comisión Europea es que todo cambio legislativo —en materia laboral o en materia de pensiones— deberá haber sido previamente consensuado con sindicatos y con patronal: y si no hay acuerdo entre ellos, entonces el Ejecutivo tendrá las manos atadas en esas materias. Por consiguiente, la Comisión está otorgando 'de facto' un derecho de veto a los sindicatos y a la patronal sobre el contenido de la nueva reforma laboral: son ellos quienes tienen que aceptarla y, si no lo hacen, el Gobierno no podrá sacarla adelante (mucho menos para socavar los aspectos más importantes de la reforma laboral de 2012).

Foto: Un camarero desinfecta una mesa tras la marcha de los clientes. (EFE) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Madrid, la locomotora laboral de España
Juan Ramón Rallo

En definitiva, es verdad que Bruselas no parece haber dificultado la aprobación del plan de reformas de España, pero en gran medida ha sido así porque España ha aceptado no traspasar una serie de líneas rojas que el Gobierno de coalición sí tenía entre sus planes traspasar. Si incumplimos nuestros compromisos durante los próximos tres años, Europa podría humillarnos congelando los fondos que estuvieran pendientes, desacreditando en público a aquel Ejecutivo que se saltare lo consensuado con la Comisión. En cierto modo, pues, los 70.000 millones servirán para comprar una prórroga de los aspectos esenciales de la reforma laboral de 2012 en lo que queda de legislatura: habrá retoques, alguno puede que incluso relevante, pero los dos pilares sobre los que se asentó —la reducción de la dualidad del mercado laboral con el abaratamiento de las indemnizaciones de despido y la flexibilización de la negociación y renegociación laboral— permanecerán, por suerte para nuestro mercado de trabajo.

Bruselas ha aprobado finalmente el plan de reformas de España. Lo ha hecho, sin embargo, dejando en el limbo de la indefinición algunos de los cambios más importantes y esperados. En particular, y en las propias palabras de la Comisión Europea, “el plan también incluye reformas del mercado laboral y del sistema de pensiones cuyo diseño queda pendiente de concretar, dado que se hallan sujetas al resultado del diálogo social”.

Reformas Unión Europea Reforma laboral
El redactor recomienda