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Cómo Elon Musk pretende revolucionar la libertad de expresión en Twitter
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Juan Ramón Rallo

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Cómo Elon Musk pretende revolucionar la libertad de expresión en Twitter

Todo lo que no suponga una amenaza creíble o una incitación eficaz a la violencia quedará amparado por las nuevas normas de moderación de Twitter

Foto: Foto: Reuters/Dado Ruvic.
Foto: Reuters/Dado Ruvic.
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Finalmente, Elon Musk comprará Twitter por 44.000 millones de dólares. Según sus propias declaraciones, lo hará para reducir la moderación dentro de esta red social y, por consiguiente, para ampliar la autonomía con la que hoy en día pueden expresarse sus usuarios: “La libertad de expresión es la base de una democracia funcional y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”.

Los principios bajo los cuales Musk pretende 'liberalizar' las normas internas de Twitter son tres, según expuso en una reciente entrevista en 'TEDex'. Primero, las limitaciones a la libertad de expresión dentro de Twitter serán las mismas que fuera de Twitter: en concreto, será la ley estadounidense (una de las más garantistas del mundo) la que regulará qué se puede y qué no se puede decir dentro de esta red social. En esencia, pues, todo lo que no suponga una amenaza creíble o una incitación eficaz a la violencia quedará amparado por las nuevas normas de moderación de Twitter. Segundo, en aquellos casos en los que nos hallemos en una zona gris (amenazas o incitaciones a la violencia ambiguas), Musk prefiere respetar la libertad de expresión: ante la duda, no censurar. Y tercero, quienes incumplan las normas de Twitter no deberían ser expulsados de manera permanente, sino solo temporal.

Foto: Elon Musk. (EFE/Pool/Britta Pedersen)

Ahora bien, y dado que la revisión humana de todos y cada uno de los millones de comentarios que se publican diariamente en Twitter no es factible, ¿cómo pretende controlar automatizadamente que este oasis de libertad no se desmadre en una jungla de amenazas o en otro reino de la arbitrariedad como el actual? Para alcanzar su objetivo, Musk propone dos vías: perfeccionar el algoritmo de Twitter y corresponsabilizar a los propios usuarios.

En primer lugar, Musk publicará en código abierto el algoritmo de Twitter. Con esto logrará dos objetivos: por un lado, aportar transparencia al proceso de moderación de los comentarios, de manera que las decisiones de Twitter no parezcan puramente arbitrarias (como ocurre en muchas ocasiones a día de hoy); por otro, un algoritmo abierto al público es un algoritmo susceptible de ser criticado y de recibir propuestas de mejora por parte de cualquier persona, de modo que idealmente ese algoritmo podrá mejorar poco a poco merced a la integración del conocimiento descentralizado de la sociedad civil (o del mercado).

Foto: Elon Musk, tras la compra de Twitter: nadie sabe qué hará con la red social (Reuters)

En segundo lugar, Musk pretende que los usuarios tengan incentivos adecuados para no saltarse las ya de por sí laxas normas de moderación que pretende imponer. Para ello, no solo quiere detectar y expulsar a todos los 'bots' dedicados a contaminar la red sin aportar ningún contenido valioso para el resto de usuarios reales, sino que también pretende que los usuarios humanos perciban su cuenta de Twitter como un activo valioso que tienen que preocuparse por cuidar (cumpliendo las normas mínimamente exigentes de moderación). Por eso, Musk aspira a que todo aquel que lo desee pueda tener una cuenta verificada en Twitter (no necesariamente verificando su identidad real, como sucede en la actualidad, pero sí que no es un 'bot'). El procedimiento a seguir no está muy claro, pero parece que todos los que contraten el servicio prémium de Twitter Blue (que Musk sugirió que debería costar alrededor de tres dólares mensuales) tendrán una autenticación automática; y también podría haber otras alternativas, como pequeños depósitos en criptomonedas que, si se incumplen las normas (eres un 'bot' o amenazas a alguien), se perderían. Al final, pues, se trata de que salga muy caro crear un ejército de 'bots' y de que los incumplidores humanos paguen un precio por saltarse la ley (o acercarse mucho a saltarse la ley).

A Musk le gusta describirse como un “absolutista de la libertad de expresión”. Personalmente, también comparto la visión de que tanto 'de iure' como 'de facto' deberíamos ser mucho más tolerantes con lo que digan otros, aunque nos desagrade profundamente lo que dicen (o precisamente porque nos desagrada profundamente). Por eso, ojalá Musk no nos haya engañado y ojalá tenga éxito a la hora de reescribir las reglas de esta red social.

Finalmente, Elon Musk comprará Twitter por 44.000 millones de dólares. Según sus propias declaraciones, lo hará para reducir la moderación dentro de esta red social y, por consiguiente, para ampliar la autonomía con la que hoy en día pueden expresarse sus usuarios: “La libertad de expresión es la base de una democracia funcional y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”.

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