Es noticia
¿En qué consistió el Abenomics?
  1. Economía
  2. Laissez faire
Juan Ramón Rallo

Laissez faire

Por

¿En qué consistió el Abenomics?

Las tres flechas no dieron los frutos esperados y, en consecuencia, tampoco se trasladaron en un impulso en el crecimiento del PIB real

Foto: Homenaje a Abe a las puertas de su hogar. (Reuters/Kim Kyung-Hoon)
Homenaje a Abe a las puertas de su hogar. (Reuters/Kim Kyung-Hoon)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El trágico asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe nos empuja inevitablemente a reexaminar, aunque sea desde una perspectiva crítica, su legado y, en lo que a mí respecta, su legado económico, a saber, el llamado Abenomics. ¿En qué consistió y cuáles fueron sus resultados?

En términos generales, el Abenomics fue la política económica aplicada en Japón durante el Gobierno de Abe entre 2012 y 2020. Su objetivo era relanzar el crecimiento económico del país después de dos décadas de cierto estancamiento semideflacionista. Para lograrlo, Abe planteó tres paquetes de medidas conocidas como 'las tres flechas': una nueva política fiscal (primera flecha), una nueva política monetaria (segunda flecha) y reformas estructurales (tercera flecha).

Foto: El presunto asesino de Shinzo Abe, Tetsuya Yamagami, es arrestado por las fuerzas de seguridad. (Reuters)

El objetivo de la nueva política fiscal era impulsar la inversión agregada, tanto pública como privada, al tiempo que se cuadraban las cuentas para comenzar a reducir la enorme deuda pública que acumula el país (y que tiene absorbido e inmovilizado buena parte del ahorro nacional). La inversión pública se incrementó directamente a través del presupuesto, mientras que la inversión privada intentó estimularse a través de un cambio en la política fiscal que no obstaculizara la estabilización presupuestaria: así, se redujo el impuesto sobre sociedades desde el 38% al 31% al tiempo que el IVA se incrementó desde el 5% al 10%. Los efectos finales de esta primera flecha fueron escasos: la inversión agregada no repuntó con respecto a los niveles previos a la crisis de 2008 (se mantuvo en torno al 25% del PIB) y si bien es cierto que el déficit público fue menguando hasta el 3,1% del PIB en 2019 (en 2020 volvió a dispararse por la pandemia), no se llegó a amasar un superávit y, en consecuencia, la deuda pública solo se estabilizó por debajo del 240% del PIB.

El objetivo de la nueva política monetaria era elevar la inflación para estimular el gasto interno y depreciar el tipo de cambio para estimular el gasto exterior. Para ello, se recurrió a un agresivo programa de monetización de deuda pública por parte del banco central que llevó a que, en 2020, los activos del Banco de Japón rondaran el 100% del PIB. Hoy ya es el banco central con un mayor peso de sus activos en relación con el PIB. Sin embargo, y pese a esta expansionista política monetaria, la inflación no remontó: salvo por el año 2014 (cuando el IPC superó el 2% debido a la elevación del IVA desde el 5% al 8%), la tasa de variación del IPC se mantuvo cercana al 0%.

Foto: Foto: Pixabay/Gerd Altmann. Opinión
TE PUEDE INTERESAR
¿Inflación o recesión?
Juan Ramón Rallo

La razón es que los japoneses ahorran masivamente en deuda pública, de modo que si el banco central les compra la deuda pública que tenían en sus manos a cambio de entregarles yenes, ahorran esos yenes (los cuales no pagan ningún interés, pero la deuda pública tampoco lo hacía): más oferta monetaria, pero también más demanda monetaria. En lo que aparentemente sí influyó la flexibilización cuantitativa fue en depreciar el yen; sin embargo, es dudoso que la depreciación fuera la razón única o incluso principalmente de esta medida, puesto que el tipo de cambio entre el yen y el dólar tan solo regresó a los niveles previos a la crisis. Además, la depreciación del yen ayudó moderadamente a incrementar las exportaciones, pero también hizo lo propio con el coste de las importaciones (debido a la inelasticidad de la demanda principalmente energética), de modo que el superávit por cuenta corriente de Japón no aumentó.

Por último, la tercera flecha, la de las reformas estructurales, apenas fue implementada, pero su objetivo era relanzar el crecimiento demográfico para que, a su vez, este empujara el crecimiento del PIB y de la renta per cápita. Sin embargo, los resultados en este caso fueron nuevamente mediocres: la población japonesa sigue en declive y la tasa de natalidad está estancada.

En definitiva, las tres flechas no dieron los frutos esperados y, en consecuencia, tampoco se trasladaron al crecimiento del PIB real (que se mantuvo por debajo del 2%) ni de la renta per cápita (que mantuvo su evolución tendencial con respecto al periodo anterior a la crisis). Por supuesto, para emitir un juicio final sobre la influencia que tuvo el Abenomics, habría que efectuar un análisis contrafactual (¿qué habría pasado sin el Abenomics?, ¿habría sido incluso peor?), pero desde luego Japón no renació como potencia económica bajo el mandato de Abe. Sea como fuere, descanse en paz.

El trágico asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe nos empuja inevitablemente a reexaminar, aunque sea desde una perspectiva crítica, su legado y, en lo que a mí respecta, su legado económico, a saber, el llamado Abenomics. ¿En qué consistió y cuáles fueron sus resultados?

IVA PIB Japón Política monetaria Reformas IPC Déficit público
El redactor recomienda