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Una legislatura y 15 años perdidos
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Juan Ramón Rallo

Laissez faire

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Una legislatura y 15 años perdidos

En 15 años, hemos pasado de ser un 50% más ricos que los lituanos y un 18% más pobres que los alemanes a ser igual de ricos que aquellos y un 27% más pobres que estos

Foto: La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Sergio Pérez)
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Sergio Pérez)
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El Gobierno saca pecho de que España vaya a crecer un 4,7% en 2022, según la nueva previsión de la OCDE: 1,4 puntos por encima de lo que crecerá la eurozona. No solo eso, la organización también pronostica que el próximo año nos expandiremos a una tasa del 1,3%, a saber, ocho décimas más que la eurozona. Sin embargo, tales cifras no deberían ser motivo de orgullo sino de preocupación: la razón por la que crecemos más que nuestros socios es, en parte, porque también nos desplomamos más durante la crisis del covid. No en vano, la OCDE no anticipa que recuperemos el nivel de PIB prepandemia hasta bien entrado 2024, de modo que, en términos de crecimiento económico, habremos perdido toda la legislatura 2019-2023.

Más inquietante todavía, empero, es que este año apenas recuperamos el nivel de renta per cápita de 2007, esto es, del año previo al pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Desde esta perspectiva, por consiguiente, nuestro país habría perdido 15 años durante los que no ha sido capaz de mejorar, en términos promedios, la calidad de vida de sus ciudadanos. Se trata de un hecho bastante insólito incluso dentro de la eurozona (área económica que no se caracteriza precisamente por su pujante crecimiento global), puesto que solo Grecia (con una caída de la renta per cápita del 18%) e Italia (con una pérdida del 5%) están peor que nosotros. El resto de países han sido capaces de mejorar, aun por poco, el nivel de vida de sus ciudadanos. Algunos, de manera muy considerable: la renta per cápita (una vez descontada la inflación) de Lituania ha crecido un 52% entre 2007 y 2022; la de Eslovaquia, un 32%; la de Letonia, un 28%, y la de Estonia, un 26%. Pero no pensemos que este proceso solo es cosa de países pequeños: la renta per cápita de los alemanes ha mejorado un 13%, la de los holandeses un 11%, la de los belgas un 8%, la de los austriacos un 7% e incluso la de los franceses un 6%.

Foto: Una tienda de ropa, en Madrid. (EFE/Diego Fernández)

De hecho, la mejoría de algunos de estos países ha sido tan notable durante los últimos años de estancamiento español que ya nos pisan los talones: en paridad de poder adquisitivo, España cerrará 2022 con una renta per cápita de 39.500 dólares (la misma que en 2007), mientras que Lituania o Estonia lo harán con una de 39.200 dólares; en 2007, por el contrario, Estonia apenas superaba los 31.000 dólares internacionales de renta per cápita y Lituania solo rozaba los 26.000. A su vez, las distancias entre España y otras grandes economías europeas de referencia no han hecho más que ensancharse: si, en 2007, Francia tenía una renta per cápita de 44.900 dólares y Alemania una de 48.100 dólares, hoy la primera alcanza los 47.800 y la segunda los 54.200.

Dicho de otro modo, en 15 años, hemos pasado de ser un 50% más ricos que los lituanos y un 18% más pobres que los alemanes a ser igual de ricos que los lituanos y un 27% más pobres que los alemanes. Estas son las cifras de largo plazo a las que un Gobierno debería prestar atención, más allá de si en 2023 crecemos un poco más o un poco menos que nuestros socios. A saber, ¿estamos enriqueciéndonos a largo plazo? Y si no lo estamos haciendo, ¿estamos fracasando por causas que nos son imputables o se trata de un problema compartido con el resto del mundo? En nuestro caso, no hemos crecido en 15 años y no lo hemos hecho por circunstancias que nos han sido propias: las políticas que han aprobado durante esta década y media tanto PSOE como PP no han sido funcionales para alcanzar un crecimiento económico sostenido. Esto debería copar el debate nacional entre PSOE y PP: qué medidas adoptar para cambiar el rumbo de nuestro país. Pero como tanto PSOE como PP son culpables y carecen de alternativas más allá de mantener lo que hay, ninguno de ellos ofrece nada distinto a preservar (acaso empeorándolas en el margen) aquellas políticas que nos han conducido a este fracaso.

El Gobierno saca pecho de que España vaya a crecer un 4,7% en 2022, según la nueva previsión de la OCDE: 1,4 puntos por encima de lo que crecerá la eurozona. No solo eso, la organización también pronostica que el próximo año nos expandiremos a una tasa del 1,3%, a saber, ocho décimas más que la eurozona. Sin embargo, tales cifras no deberían ser motivo de orgullo sino de preocupación: la razón por la que crecemos más que nuestros socios es, en parte, porque también nos desplomamos más durante la crisis del covid. No en vano, la OCDE no anticipa que recuperemos el nivel de PIB prepandemia hasta bien entrado 2024, de modo que, en términos de crecimiento económico, habremos perdido toda la legislatura 2019-2023.

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