Es noticia
El FMI no ha culpado a los beneficios de la inflación
  1. Economía
  2. Laissez faire
Juan Ramón Rallo

Laissez faire

Por

El FMI no ha culpado a los beneficios de la inflación

En ningún lado se nos dice que los mayores beneficios son la causa de la inflación ni, mucho menos, que lo sean los mayores márgenes de beneficio

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Kai Pfaffenbach)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Kai Pfaffenbach)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La narrativa de que el aumento de los márgenes empresariales es la causa del fuerte crecimiento generalizado de los precios de los últimos años se está volviendo cada vez más popular. A la postre, encaja como un guante en la prejuiciosa mentalidad anticapitalista de que los empresarios son malvados y explotadores, mientras que los políticos son bondadosos y redistributivos.

Durante la última semana, semejante película volvió a cobrar fuerza de la mano de un paper publicado por el FMI y que fue publicitado en Twitter por la propia institución, señalando que "los crecientes beneficios empresariales fueron el factor que más contribuyó a la inflación de Europa durante los últimos dos años". Acto seguido, varios medios de comunicación —y una horda de tuiteros anticapitalistas— titularon que el FMI reconoce que la inflación se debe al aumento de los márgenes de beneficio de las empresas. Pero no: si uno lee el paper, en ningún lado se nos dice que los mayores beneficios fueran la causa del aumento de precios ni, mucho menos, que los mayores márgenes de beneficio provocaran el estallido inflacionista.

Foto: Gary Gerstle. (Elena Moses/ProSession)
TE PUEDE INTERESAR
Este historiador alabado por el FMI explica que el orden mundial ya ha estallado
Ángel Villarino Enrique Andrés Pretel

Primero, la investigación referenciada no pretende dilucidar cuál es la causa de la inflación: tan solo busca descomponer el alza de precios de los productos en alza de los ingresos en los que tales precios se distribuyen. A la postre, todo precio proporciona tres tipos de ingresos: salarios, beneficios y precio de los consumos intermedios (en realidad, la remuneración de los consumos intermedios también puede descomponerse en salarios y beneficios). Por consiguiente, si los precios suben, o bien suben los salarios, o bien suben los beneficios, o bien sube el precio de los consumos intermedios.

Ese es el análisis que tratan de hacer los economistas del FMI: ver en qué mayores ingresos se ha traducido el aumento de los precios. Y concretamente descubren que la inflación se ha trasladado en 45% a beneficios, en un 40% a precios de importación y en un 15% a salarios. Pero eso no significa que los mayores beneficios causen la inflación: como ya explicamos en otro artículo, puede perfectamente significar que la inflación cause los mayores beneficios (si aumenta la demanda agregada más que la oferta, los precios se incrementarán y si los salarios aumentan menos que los precios, entonces los beneficios aumentarán).

Es más, la única vía por la que las empresas podrían ser corresponsables del alza de precios es si se cartelizaran para reducir la oferta (o no incrementarla tanto como podrían haberlo hecho). Pero el paper descarta, al menos provisionalmente, esa posibilidad: "Dado que no detectamos signos de un incremento brusco y generalizado de la rentabilidad, no hallamos evidencia que justifique una preocupación sustancial o una intervención política en materia de competencia".

"Es más, la única vía por la que las empresas podrían ser corresponsables del alza de precios es si se cartelizaran para reducir la oferta"

Segundo, y precisamente derivado de nuestro último comentario, que los beneficios aumenten no equivale necesariamente a que los márgenes de beneficio lo hagan. Con un margen de beneficios constante (e incluso con uno decreciente), es posible lograr aumentos de los beneficios. Al cabo, hay dos formas de definir el margen: como markup (incremento porcentual de los costes para arrojar los precios) o como margen de beneficio unitario (porcentaje del precio que afluye como beneficio). Pues bien, si una empresa fija, por ejemplo, un markup del 10% sobre sus costes unitarios y estos son de 100, entonces el precio será de 110, lo que equivale a un margen de beneficio unitario del 9,1%.

Si los costes unitarios se incrementan de 100 a 200 (por ejemplo, por el encarecimiento de las importaciones), entonces con un mismo markup del 10% el precio por producto pasará de 200 a 220, lo que seguirá siendo equivalente a un margen de beneficio unitario del 9,1%. Es decir, que los beneficios se han duplicado (de 10 a 20) con un margen de beneficios constante. Los propios autores de informe del FMI, de hecho, constatan que "los limitados datos de los que disponemos no sugieren un incremento generalizado de los márgenes de beneficios".

En definitiva, la narrativa que han tratado de construir algunos economistas despistados y varios medios de comunicación a raíz del estudio del FMI de que el aumento de los márgenes de beneficio ha disparado la inflación no puede ser más errónea: ni los márgenes de beneficio han aumentado, ni el aumento de los márgenes de beneficio es necesario para que se incrementen los beneficios, ni el incremento de los beneficios —que sí se ha producido— tiene por qué ser la causa de la inflación.

La narrativa de que el aumento de los márgenes empresariales es la causa del fuerte crecimiento generalizado de los precios de los últimos años se está volviendo cada vez más popular. A la postre, encaja como un guante en la prejuiciosa mentalidad anticapitalista de que los empresarios son malvados y explotadores, mientras que los políticos son bondadosos y redistributivos.

Inflación
El redactor recomienda