Es noticia
La inverosímil rebaja fiscal de Vox
  1. Economía
  2. Laissez faire
Juan Ramón Rallo

Laissez faire

Por

La inverosímil rebaja fiscal de Vox

Vox no ha adjuntado una memoria económica para que no podamos fiscalizar que sus cuentas no cuadran

Foto: Presentación del programa económico de Vox. (EFE/Ballesteros)
Presentación del programa económico de Vox. (EFE/Ballesteros)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El programa económico de Vox contiene una reforma fiscal que, en aislado, entusiasmará a cualquier liberal: supresión de patrimonio, sucesiones y plusvalía municipal; rebaja del impuesto sobre sociedades al 15%; reducción del impuesto sobre actos jurídicos documentados al 0,75% y del impuesto de transmisiones patrimoniales al 6% en todo el territorio nacional; recorte del tipo reducido del IVA desde el 10% al 8% y del tipo general desde el 21% al 18%, y, finalmente, establecimiento de un IRPF con solo dos tramos: del 15% hasta 70.000 euros y del 25% a partir de 75.000 euros (con 22.000 euros por rentas del trabajo exentos de tributar), los cuales además se reducirían en cuatro puntos porcentuales por cada hijo.

De llevarse a cabo sería, sin duda, la rebaja tributaria más notable de la historia de España. Pero el problema es que no queda nada claro que Vox tenga genuinas intenciones de llevarla a cabo, puesto que su programa electoral carece de una memoria económica en la que nos cuantifique, por un lado, la pérdida esperable de recaudación con su reforma fiscal y, por otro, el ahorro cierto que esperan alcanzar a través del recorte de ese comodín que es el "gasto político".

Foto: Presentación del programa económico de vox para las próximas elecciones. (Ballestero/EFE)

A la postre, lo único que nos señala Vox en su programa electoral es que "para poder llevar a cabo la rebaja radical de impuestos que alivie a las familias españolas, las administraciones públicas deben acometer un plan de reducción del gasto político que se fije en la eliminación de las partidas de carácter improductivo, duplicado o meramente ideológico, que en nada benefician al bienestar socioeconómico de las familias españolas". Algo tan indefinido que podríamos resumir en que "bajaremos mucho todos los impuestos recortando el gasto público inútil". Bien, pero eso no es un programa económico: como mucho, será la motivación que inspirará su programa económico (o de la parte fiscal del programa económico). Pero no un catálogo de propuestas viables a aplicar.

Por ejemplo, la magnitud de la caída de la recaudación con la reforma fiscal que propugna Vox bien podría ubicarse entre los 80.000 y los 100.000 millones de euros. Desde luego, semejante inyección de recursos al sector privado contribuiría a estimular su actividad y, por tanto, a generar nuevas bases imponibles gravables: sin embargo, y dado que no estamos a la derecha del máximo recaudatorio de la curva de Laffer, los ingresos fiscales adicionales no cubrirán ni mucho menos toda la pérdida directa de recaudación. Si consiguiéramos rebajar el roto neto hasta los 60.000 millones de euros, ya podríamos darnos con un canto en los dientes. Y, si es así, ¿están seguros los de Vox de que recortando ministerios, duplicidades y transferencias ideológicas lograrán sufragar ese agujero de 60.000 millones de euros?

"La magnitud de la caída de la recaudación con la reforma fiscal que propugna Vox bien podría ubicarse entre los 80.000 y los 100.000 M"

Si desde Vox no lo tienen claro, se entiende a la perfección que no hayan presentado una memoria económica en la que se expondría negro sobre blanco que están prometiendo aquello que saben que no quieren cumplir. Y si desde Vox lo tienen claro —ya sea porque no coinciden en nuestras estimaciones a vuelapluma de pérdida de recaudación neta o en la estimación del ahorro derivado de los recortes que plantean—, entonces no se entiende por qué no nos sacan de dudas a todos los que apoyaríamos entusiastamente esta rebaja fiscal si nos demostraran rigurosamente que, con las minoraciones de gasto que tienen planeado hacer, son capaces de cuadrar las cuentas.

Sea como fuere, deberían presentar la memoria económica: ya sea para retractarse de su programa o para dotarlo de contenido. Es cierto que todos los partidos políticos deberían presentar esa memoria económica y que este no es un mal exclusivo de Vox, pero cuanto más prometes —y Vox ha prometido una profunda reducción impositiva— más exigible resulta fiscalizar la viabilidad de lo que prometes. Acaso justamente por eso Vox no ha adjuntado una memoria económica: para que no podamos fiscalizar que sus cuentas no cuadran.

El programa económico de Vox contiene una reforma fiscal que, en aislado, entusiasmará a cualquier liberal: supresión de patrimonio, sucesiones y plusvalía municipal; rebaja del impuesto sobre sociedades al 15%; reducción del impuesto sobre actos jurídicos documentados al 0,75% y del impuesto de transmisiones patrimoniales al 6% en todo el territorio nacional; recorte del tipo reducido del IVA desde el 10% al 8% y del tipo general desde el 21% al 18%, y, finalmente, establecimiento de un IRPF con solo dos tramos: del 15% hasta 70.000 euros y del 25% a partir de 75.000 euros (con 22.000 euros por rentas del trabajo exentos de tributar), los cuales además se reducirían en cuatro puntos porcentuales por cada hijo.

Vox
El redactor recomienda