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Ya no existe la familia 'liberal' dentro de Vox
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Juan Ramón Rallo

Laissez faire

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Ya no existe la familia 'liberal' dentro de Vox

En el grupo parlamentario de Vox, y entre los miembros influyentes en las altas esferas del partido, no habrá nadie (o prácticamente nadie) con simpatías hacia el liberalismo

Foto: El líder de Vox y el portavoz del partido, Santiago Abascal (i) e Iván Espinosa de los Monteros. (EFE/Zipi Aragón)
El líder de Vox y el portavoz del partido, Santiago Abascal (i) e Iván Espinosa de los Monteros. (EFE/Zipi Aragón)
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Hace cuatro años, justo antes de las elecciones generales de 2019, escribí en estas mismas páginas que Vox había presentado el mejor programa económico que, al menos desde una perspectiva liberal, había formulado nunca nadie en España:

El programa económico de Vox es con mucha diferencia el programa más liberal del panorama nacional. Diré más: se trata del programa económico más liberal que se ha presentado nunca en España (con la honrosísima excepción del Partido Libertario, liberalismo muchísimo más profundo, amplio y coherente que el de Vox).

Foto: Rueda de prensa de Jorge Buxadé e Iván Espinosa de los Monteros. (EFE/Ballesteros)

Por si alguien creyera que soy dado al elogio fácil hacia Vox, como si estuviera esperando cualquier excusa para lanzarles flores y alabanzas, la realidad diría que es más bien la opuesta. No me gustan los partidos políticos y, aunque intente ser ecuánime en mis valoraciones sobre su comportamiento, mi inclinación natural es más bien a golpearlos antes que a acariciarlos. La prueba es que, en estas últimas elecciones generales, mi valoración del programa de Vox no fue ni mucho menos tan positiva: más bien rechacé sus promesas fiscales de inverosímiles.

De hecho, incluso en mi artículo aplaudiendo su programa económico de 2019, no me resistí a efectuar la siguiente observación que resulta relevante en el contexto actual:

Sería ingenuo pensar que dentro de Vox no existen familias peligrosísimamente antiliberales que en algún momento podrían tomar el poder y convertir a la formación en un grupo mucho más liberticida incluso en el campo económico.

Y parece que finalmente así ha ocurrido. La salida de la política activa de Iván Espinosa de los Monteros concluye la completa liquidación de lo que podríamos denominar la corriente o familia “liberal” dentro de Vox (liberal con muchas comillas: digamos que más liberales que el promedio del partido). Un fenómeno que se ha ido produciendo progresivamente durante los últimos meses: primero, con la no inclusión en las listas de personas de la talla de Rubén Manso (hasta la fecha portavoz económico en el Congreso y autor del antes mencionado programa de 2019); después, con el fiasco electoral que ha dejado fuera del Congreso a otros políticos cercanos o simpatizantes con las ideas liberales, como Francisco José Contreras (número dos por Sevilla), Víctor González (número uno por Salamanca) o Inés Cañizares (número dos por Toledo); y tercero, y por último, con la salida de Iván Espinosa de los Monteros.

Foto: Jorge Buxadé y Rocío Monasterio. (EFE/Mariscal)

Al respecto, ni siquiera es necesario especular si esta erradicación de la familia “liberal” dentro de Vox responde a una artera estrategia por parte del resto de corrientes del partido o ha sido el resultado infortunado de una cadena de fatales casualidades. Da igual. Lo que cuenta en este caso es el resultado: en el grupo parlamentario de Vox, y entre los miembros influyentes en las altas esferas del partido, no habrá nadie (o prácticamente nadie) con simpatías hacia el liberalismo. Por consiguiente, el resto de familias de la formación –que, a día de hoy, es prácticamente una sola corriente: la nacionalista-filofalangista de Jorge Buxadé– acapararán su línea ideológica. Acaso se nos quiera convencer de que Vox no se circunscribe a las coordenadas ideológicas del pasado: pero de lo que hablamos no es tanto de cómo denominar a ciertos paquetes ideológicos (defensa colectivista de la nación y de sus tradiciones por encima de los derechos de los individuos para determinar su propio proyecto de vida) sino de la presencia (predominante) de esos paquetes ideológicos en el ideario del partido.

Y de eso es de lo que previsiblemente veremos mucho más en el futuro: de un Vox (aún) más escorado hacia las derechas populistas, identitarias y colectivistas europeas. Una degeneración que resultaba probable y previsible desde hace años pero que los últimos acontecimientos nos han mostrado que será inevitable.

Hace cuatro años, justo antes de las elecciones generales de 2019, escribí en estas mismas páginas que Vox había presentado el mejor programa económico que, al menos desde una perspectiva liberal, había formulado nunca nadie en España:

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