¿Por qué se teme más a Milei que al peronismo?

Javier Milei fue el candidato más votado en las elecciones PASO de Argentina. No solo eso, su partido La Libertad Avanza también fue la fuerza política con mayor apoyo electoral. Semejante resultado lo convierte ahora mismo en la persona con mayores posibilidades para convertirse en nuevo presidente de Argentina tras los comicios de octubre: si pasa a la segunda vuelta, derrotaría holgadamente al peronista Massa y podría incluso mostrarse competitivo frente a la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich.

Probablemente, la razón que ha motivado este éxito electoral de Javier Milei ha sido que, en estos momentos, el principal problema de Argentina es su ruina económica y el único candidato cuyo discurso se ha centrado en plantear una solución a esa ruina económica ha sido Javier Milei: Patricia Bullrich no lo ha hecho porque no sabe de Economía (aunque tiene buenos economistas a su alrededor) y prefirió centrar la campaña en la seguridad (ella misma fue ministra del ramo con Macri); y Sergio Massa no lo ha hecho porque él es el principal responsable, en estos momentos, de la ruina económica de la que quieren escapar los argentinos.

TE PUEDE INTERESAR

¿Es ultraderechista? ¿Es paleolibertario? Lo que no entendemos en España del 'peluca' Milei

Guillermo Cid

Pero, precisamente, querría reflexionar sobre este último aspecto. Los medios de comunicación españoles, que han prestado una atención más bien escasa a Argentina durante los últimos cuatro años, se han rasgado las vestiduras ante la perspectiva de que Milei pueda convertirse en presidente. Algunos incluso han llegado a aventurar que Argentina se enfrenta a la incertidumbre, al abismo o al desastre con un futurible Ejecutivo de Milei. Lo plantean como si ahora mismo Argentina no estuviese hundida en la miseria y a las puertas de un abismo hiperinflacionario.

No se me malinterprete: no pretendo sugerir que la situación, por mala que sea, no es susceptible de empeorar (de hecho, diría que en el más optimista de los escenarios les espera a los argentinos un par de años de empeoramiento antes de que puedan volver a levantar cabeza). Lo que estoy diciendo es que los medios de comunicación han tenido varios años para cubrir, y denunciar, la alocada política económica con la que el peronismo estaba castigando a la ciudadanía argentina… y no lo han hecho.

TE PUEDE INTERESAR

Los 10 mandamientos de Javier Milei, el gurú anarcocapitalista del mundo hispano

Marcos Lema

Tan es así que tengo muy serias dudas de que si el ganador de las PASO, con amplia ventaja, hubiese sido el candidato peronista, o el candidato moderado de Juntos por el Cambio, nuestros medios de comunicación se hubiesen rasgado tanto las vestiduras del modo en que lo han hecho con Milei. Como si la única amenaza seria a la que se enfrentan los argentinos fuese darle un golpe de timón a la política que, acreditadamente hasta el momento, sí los ha conducido hacia el abismo. Como si, por tanto, la reelección del peronismo no hubiese supuesto una perpetuación del desastre cierto de sus políticas pauperizadoras y, por tanto, una sentencia condenatoria para su futuro.

Sí, puede que el experimento de Javier Milei termine saliendo mal, no tanto porque sus principios sean equivocados, cuanto porque la situación del país es calamitosa y aplicar terapias de shock puede romper ciertos equilibrios sociales que terminen socavando la capacidad política para completar las reformas. Pero, desde luego, existe una absoluta asimetría entre la caricatura hipertrofiada que se hace de Milei y las cínicas disculpas —en ocasiones, cómplices justificaciones— que se han hecho del peronismo. Entendería que quienes hubiesen denunciado con contundencia el kirchnerismo durante los últimos años ahora se mostraran preocupados por un aparente populismo de signo ideológico contrario (y alguna persona hay que cumple estos requisitos): lo que me resulta un despropósito es que el kirchnerismo se nos venda como una opción política que no debe generarnos preocupación alguna mientras que, en cambio, Milei sea demonizado como un peligro mayúsculo. Parece que lo que se teme no es la ruina de los argentinos, sino que una política económica alternativa al estatismo pueda terminar sacándolos de esa ruina.