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El resurgir del bitcoin
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Juan Ramón Rallo

Laissez faire

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El resurgir del bitcoin

El bitcoin se ha revalorizado más de un 100% durante los últimos 12 meses

Foto: Foto: Reuters/Dado Ruvic.
Foto: Reuters/Dado Ruvic.
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Aunque muchos lo daban por muerto hace alrededor de un año (“la burbuja ha pinchado definitiva e irremediablemente”), el bitcoin ha rebotado de manera muy significativa durante los últimos 12 meses. Allá por noviembre de 2022, todos los activos vinculados a lo cripto se desmoronaron: el bitcoin, en particular, se hundió desde los 65.000 dólares alcanzados en noviembre de 2021 hasta apenas 16.000 dólares en noviembre de 2022. Pero ahora mismo ya supera los 34.000 dólares: esto es, una revalorización de más del 100%.

El motivo de la caída ya tuvimos ocasión de explicarlo: la fuerte subida de tipos de interés. El bitcoin se había comportado tradicionalmente como un activo de alta duración. Una especie de inversión en una startup monetaria cuyos efectos debían desplegarse a muy largo plazo. Pues bien, las subidas de tipos destrozan el valor presente de los activos de elevada duración: en ese periodo de tiempo, no solo se descalabró el precio del bitcoin, sino también el Nasdaq y las grandes compañías tecnológicas.

Sin embargo, durante el último año y conforme se ha ido domesticando (aunque no derrotando) la inflación, las expectativas de futuras subidas de tipos de interés han remitido y eso, unido a una economía que ha resistido mucho mejor de lo esperado, ha impulsado al alza las cotizaciones de las tecnológicas y por supuesto también del bitcoin. Así, entre noviembre de 2022 y septiembre de 2023, el Nasdaq subió alrededor de un 25%, mientras que el bitcoin lo hizo algo más de un 60%. Hasta aquí, nada demasiado sorprendente: ambos activos, como inversiones de elevada duración que son, respondieron de un modo similar al nuevo contexto macroeconómico.

Sin embargo, durante estas últimas semanas algo importante podría estar cambiando. En lo que llevamos de octubre, el bitcoin se ha revalorizado un 27% y, en cambio, el Nasdaq ha caído un 3,4%. Es decir, ambos activos se han estado comportando de un modo distinto. No solo eso, el comportamiento del bitcoin (a diferencia del de otras criptos) se ha parecido mucho más durante este mes al comportamiento del oro, el cual se ha revalorizado alrededor de un 8%. Es decir, parece (todavía es muy pronto para sacar conclusiones más o menos firmes) que el bitcoin podría estar empezando a comportarse como un activo monetario (un activo refugio, si lo queremos) en lugar de como una incierta inversión de largo plazo: y esa sería la mejor de las noticias que podría experimentar el bitcoin.

Por supuesto, en este repentino hype del bitcoin también han influido los rumores acerca de la aprobación de un ETF sobre este activo. A la postre, un ETF facilitaría al gran público la inversión en bitcoins y podría contribuir a aumentar su demanda reduciendo los costes de transacción. Pero tengamos en cuenta que el ETF se crea porque se estima que existe una importante demanda latente de bitcoins a poco que reduzcamos sus costes de adquisición y mantenimiento para el gran público. A saber, que el atractivo del bitcoin es previo al ETF: este se crea porque el bitcoin tiene demandantes potenciales, pero no es el ETF el que crea a los demandantes potenciales.

En definitiva, el bitcoin no está muerto y su precio podría estar empezando a describir un nuevo patrón que, de confirmarse, nos indicaría que está más vivo que nunca.

Aunque muchos lo daban por muerto hace alrededor de un año (“la burbuja ha pinchado definitiva e irremediablemente”), el bitcoin ha rebotado de manera muy significativa durante los últimos 12 meses. Allá por noviembre de 2022, todos los activos vinculados a lo cripto se desmoronaron: el bitcoin, en particular, se hundió desde los 65.000 dólares alcanzados en noviembre de 2021 hasta apenas 16.000 dólares en noviembre de 2022. Pero ahora mismo ya supera los 34.000 dólares: esto es, una revalorización de más del 100%.

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