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Juan Ramón Rallo

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¿Por qué crece tanto EEUU?

A pesar de los elevados tipos de interés, los efectos de la política fiscal expansiva, el ahorro acumulado y la fortaleza del empleo han llevado al PIB a subir al ritmo de China

Foto: El empleo se mantiene fuerte en EEUU. (EFE/EPA/Jim Lo Scalzo)
El empleo se mantiene fuerte en EEUU. (EFE/EPA/Jim Lo Scalzo)
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El PIB de EEUU sorprendió creciendo un muy notable 4,9% en el tercer trimestre de este año. Se trata de una tasa anualizada que deja el verdadero crecimiento intertrimestral al 1,2%, pero que aun así constituye un dato espectacular, hasta el punto de colocar al país a la misma velocidad de crecimiento que la mismísima China. Todo ello resulta doblemente sorprendente si, además, tenemos en cuenta que durante el último año y medio los tipos de interés en EEUU se han disparado desde el 0% hasta el 5,25%. ¿Cómo es posible, pues, que su economía se esté expandiendo a un ritmo tan veloz?

De entrada, constatemos que la mitad del crecimiento procede del gasto en consumo y alrededor de un 25% del incremento de la inversión en inventarios por anticipación de una demanda que seguirá fuerte en el futuro. Es decir, que lo que está tirando del crecimiento a día de hoy es en esencia el consumo privado. Pero, ¿por qué el consumo privado resiste con tanta pujanza a pesar de la subida de tipos de interés?

Todo gasto en consumo puede ser de tres tipos: gasto en bienes de consumo duraderos, gasto en bienes de consumo no duraderos y gasto en servicios. El gasto nominal en servicios fue responsable del 75% del aumento del consumo; el gasto en bienes de consumo no duraderos, del 20%, y solo el 5% fue atribuible a los bienes duraderos. Pues bien, de estas tres partidas, solo el gasto en bienes de consumo duraderos se ve directamente afectado por los tipos de interés: ni los bienes no duraderos ni los servicios se adquieren significativamente a crédito y, por tanto, el encarecimiento de este no los perjudica de manera inmediata. ¿De qué depende, entonces, el gasto en estas otras dos partidas? De los ingresos corrientes y del ahorro personal acumulado. Por consiguiente, lo que impulsa el consumo son esencialmente partidas no afectadas directamente por el encarecimiento de la financiación.

Ahora bien, los tipos de interés sí pueden influir indirectamente en los ingresos corrientes: si el mayor precio del crédito destruye significativamente empleo, entonces la masa salarial se contraerá y la demanda de bienes no duraderos y de servicios también lo hará. Sin embargo, de momento el empleo se mantiene fuerte en EEUU (la tasa de paro apenas alcanza el 3,8% de la población activa), de modo que el gasto de los consumidores no se ha visto negativamente impactado. ¿Cómo es posible que el empleo no se haya resentido a pesar de la muy restrictiva política monetaria? Pues porque, como ya explicamos en artículos previos, el tono de la política fiscal sigue siendo muy expansivo: entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, el déficit público ha alcanzado la cifra de 1,7 billones de dólares, la mayor de la historia (si exceptuamos los ejercicios fiscales de 2020 y 2021, y en todo caso por encima del ejercicio fiscal de 2022). Los efectos desestimulantes de una se ven paliados por los efectos estimulantes de la otra.

La fiesta del consumo

No solo eso: si, como ya hemos señalado, en el gasto en consumo también puede influir el volumen de ahorro acumulado, se entenderá mejor por qué esta partida de gasto resiste tan bien. Y es que las familias estadounidenses todavía disfrutan de un exceso de ahorro como consecuencia de las políticas fiscales expansivas de 2020 y 2021 (los famosos cheques de Trump y Biden). En su momento, ese sobreahorro llegó a superar los dos billones de dólares y, desde entonces, se ha reducido a cerca de un billón para hacer frente a desembolsos relacionados con el consumo. Y la fiesta aún no ha terminado: con alrededor de un billón de dólares, todavía resta algo de combustible para seguir alimentando a la recalentada economía del país.

En definitiva, y a falta de probables revisiones futuras a la baja de este dato de crecimiento, ¿por qué crece tanto EEUU a pesar de la restrictiva política monetaria? Por los efectos de la política fiscal expansiva presente y por los efectos acumulados de la política fiscal expansiva pasada. Veremos qué sucede cuando pongan sus cuentas en orden y el ahorro acumulado se agote.

El PIB de EEUU sorprendió creciendo un muy notable 4,9% en el tercer trimestre de este año. Se trata de una tasa anualizada que deja el verdadero crecimiento intertrimestral al 1,2%, pero que aun así constituye un dato espectacular, hasta el punto de colocar al país a la misma velocidad de crecimiento que la mismísima China. Todo ello resulta doblemente sorprendente si, además, tenemos en cuenta que durante el último año y medio los tipos de interés en EEUU se han disparado desde el 0% hasta el 5,25%. ¿Cómo es posible, pues, que su economía se esté expandiendo a un ritmo tan veloz?

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