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Los primeros seis meses de Javier Milei
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Juan Ramón Rallo

Laissez faire

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Los primeros seis meses de Javier Milei

Esta misma semana también hemos conocido que el dato de inflación intermensual del mes de mayo se redujo al 4,2%: el más bajo desde enero de 2022

Foto: EC Diseño/Sergio Beleña
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Javier Milei no ha podido celebrar mejor sus primeros seis meses al frente de la presidencia de la República Argentina. No en vano, esta misma semana se han producido tres grandes logros que contribuyen a despejar algo más el muy complicado panorama económico y financiero al que, todavía hoy, sigue enfrentándose el país.

En primer lugar, el Gobierno argentino ha conseguido renegociar y prorrogar el swap con China: un préstamo de alrededor de 5.000 millones de dólares (en yuanes) del que echó mano el ejecutivo peronista para seguir quemando reservas internacionales en su frenético despilfarro deficitario. Ese préstamo vencía en junio (2.900 millones de dólares) y en julio (1.900 millones de dólares) y su repago, que habría tensionado las todavía frágiles reservas internacionales del país, ha conseguido aplazarse un año, hasta junio de 2025 (momento en el que comenzará a devolverse en cuotas mensuales hasta junio de 2026).

Foto: Enfrentamiento entre manifestantes y las autoridades, el 12 de junio de 2024, en Buenos Aires. EUROPA PRESS

Además, y contribuyendo a apuntalar todavía más la posición de reservas internacionales del país, el FMI ha completado también esta semana el desembolso del octavo tramo del paquete de asistencia financiera a Argentina, dotado en 800 millones de dólares. ¿Y por qué esta mejoría de la cartera de reservas internacionales es importante? Por un lado, porque ayuda a aliviar tensiones depreciadoras sobre el tipo de cambio del peso, lo que a su vez ayuda a frenar la inflación; por otro, porque facilita el levantamiento del cepo, una medida completamente esencial para que la economía pueda despegar.

En segundo lugar, Milei ha conseguido, en contra de casi cualquier pronóstico, sacar adelante en el Senado su Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los argentinos. Lo logró por la mínima: 36 votos en contra y 36 votos a favor, con el desempate gracias al voto de la calidad de la presidenta del Senado, Victoria Villarruel. Es verdad que, desde que el proyecto original de la Ley de Bases entró en el Congreso (primero a la Cámara de Diputados y después al Senado) ha sufrido un muy importante desguace, pero algunos aspectos clave se mantienen: privatización de empresas públicas, Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y flexibilización laboral.

Es más, cabe la esperanza de que el texto mutilado que aprobó el Senado pueda ser finalmente mejorado por la Cámara de Diputados, ya que en esta última y definitiva votación la Cámara puede insistir en que la versión de la ley que entre en vigor no sea la del Senado, sino la originalmente aprobada por la Cámara. Sea como fuere, la aprobación de la Ley de Bases no solo mejora el marco institucional de la Argentina, volviendo al país mucho más atractivo para la inversión extranjera (el RIGI y la flexibilización laboral son claves en ese sentido), sino que también manda un mensaje de cierta estabilidad y previsibilidad normativa a los capitales extranjeros que estaban esperando a la aprobación de la Ley de Bases para decidirse a entrar en el país: no hace falta que esperen más porque la Ley de Bases ya está aquí.

Foto: Javier Milei. (Reuters/Agustin Marcarian)

Y en tercer lugar, esta misma semana también hemos conocido que el dato de inflación intermensual del mes de mayo se redujo al 4,2%: el más bajo desde enero de 2022. La comparativa, además, no es ni siquiera equitativa: en enero de 2022, los controles de precios estaban muy extendidos por la economía, mientras que hoy han sido casi al completo liberados. Por supuesto, una inflación intermensual del 4,2% sigue siendo muy alta para cualquier país que tenga más o menos estabilizada la demanda de su divisa, pero ese no es el caso de Argentina y, por eso, la evolución que ha seguido la inflación es tan importante: desde que Milei llegó a la presidencia en diciembre, la tasa de inflación ha descendido mes tras mes, desde el 25,5% al 4,2%, lo que muestra una clara tendencia desinflacionaria vinculada a la política de estabilización macroeconómica aplicada durante este primer medio año de gobierno.

Además, el hecho de que la tasa de inflación hasta el momento —y las expectativas de inflación futuras— se estén anclando en torno al 5%, significa que los actuales tipos de interés nominales que abona el banco central (alrededor del 3,3% mensual) están muy cerca de cubrir la inflación: algo inédito en los últimos años dentro de la Argentina, donde los tipos de interés reales han sido enormemente negativos y han contribuido a alejar a los ahorradores del peso (si bien, todo hay que decirlo, la solvencia del Estado argentino tampoco le permitía soportar tipos de interés reales positivos).

En definitiva, esta última semana, en la que Milei ha celebrado sus primeros seis meses al frente de la presidencia de la república, se han saldado con importantes éxitos económicos en el programa de estabilización macroeconómica del país: refinanciación de la deuda, apertura de la economía y moderación notable de la inflación. Sin embargo, la situación de Argentina sigue siendo muy frágil: mucha deuda acumulada, mucha desconfianza estructural hacia ese exceso de deuda y una actividad productiva estancada como consecuencia del ajuste presupuestario, de la incertidumbre y de la desconfianza. Algunos indicadores, de hecho, se han torcido durante las últimas semanas (en junio, volverá el déficit y la brecha cambiaria se ha abierto de nuevo), lo que invita a pensar que todavía nos queda por ver algún revés en la evolución de la inflación (junio probablemente sea peor que mayo).

Sin embargo, el rumbo que ha de seguir Argentina para acabar con la inflación, para recuperar la credibilidad frente a los inversores internacionales y, en suma, para volver a crecer de manera sostenible está claro: equilibrio presupuestario, ausencia de monetización de déficits, liberalización económica y estabilidad sociopolítica. Ojalá los próximos seis meses de gobierno de Milei no le lleven a desandar el camino recorrido hasta el momento, sino a consolidar los principales progresos alcanzados.

Javier Milei no ha podido celebrar mejor sus primeros seis meses al frente de la presidencia de la República Argentina. No en vano, esta misma semana se han producido tres grandes logros que contribuyen a despejar algo más el muy complicado panorama económico y financiero al que, todavía hoy, sigue enfrentándose el país.

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