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Los economistas de cabecera de la izquierda se estrellan contra Javier Milei
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Juan Ramón Rallo

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Los economistas de cabecera de la izquierda se estrellan contra Javier Milei

De todos los catastrofistas pronósticos sobre el gobierno de Milei que efectuaron muchos de los economistas de cabecera de la izquierda no se ha cumplido ninguno.

Foto: Javier Milei. (EC Diseño)
Javier Milei. (EC Diseño)
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Hace poco más de un año, Javier Milei accedió a la presidencia de Argentina. Su principal rival en esos comicios fue el peronista Sergio Massa: el ministro de Economía que había sumido en el caos al país durante el año precedente. Frente a ese desastre, el libertario Milei concurrió a las elecciones con la promesa de aplicar un fuerte ajuste fiscal por el lado del gasto con tal de acabar con la inflación, reducir el coste de financiación de la deuda pública y avanzar hacia la dolarización de la economía.

Pues bien, en ese momento, cuando Milei se jugaba la presidencia contra Massa, un grupo de renombrados economistas de izquierdas publicaron una carta alertando sobre "los peligros del programa económico de Javier Milei para la Argentina". Entre los firmantes se hallaban personalidades como Branko Milanovic, Thomas Piketty, Gabriel Zucman o Isabella Weber: lo más granado de la heterodoxia académica de izquierdas. En esta carta, podemos encontrar afirmaciones como las siguientes:

Si bien las soluciones aparentemente simples pueden ser atractivas, es probable que causen más devastación en el mundo real en el corto plazo, al tiempo que reducen gravemente el espacio de políticas en el largo plazo.

(…)

Las propuestas económicas de Javier Milei se presentan como un cambio radical respecto del pensamiento económico tradicional. Sin embargo, creemos que estas propuestas, arraigadas en la economía del laissez-faire e implicando ideas polémicas como la dolarización y reducciones significativas del gasto público, están plagadas de riesgos que las hacen potencialmente muy dañinas para la economía y el pueblo argentinos.

(…)

Una reducción importante del gasto público aumentaría los ya elevados niveles de pobreza y desigualdad y podría dar lugar a un aumento significativo de las tensiones y los conflictos sociales. La idea de Milei de reducir drásticamente los impuestos y al mismo tiempo reducir el gasto público reduciría significativamente la capacidad del Estado para satisfacer los derechos sociales y económicos de los ciudadanos. Mientras tanto, nuevas reducciones de los ingresos fiscales del Gobierno agravarían la crisis fiscal.

Foto: Milei en el acto de Fratelli. (EFE)

Finalmente, como es bien sabido, Milei ganó las elecciones a pesar del apoyo implícito que economistas de renombre como los anteriores dieron al destructor de mundos Sergio Massa. ¿Y qué ha ocurrido un año después de que Milei haya aplicado su programa? ¿Acaso el pueblo ha caído en la devastación? ¿Ha aumentado la pobreza? ¿Se ha disparado la desigualdad? ¿Se han multiplicado los conflictos sociales? ¿La crisis fiscal se ha agravado? Repasemos los principales hitos del gobierno de Milei.

Primero, Argentina cerrará 2024 con superávit primario… a pesar del (o gracias al) fuerte ajuste fiscal realizado. Aunque a los keynesianos les gusta repetir que la austeridad se derrota a sí misma porque hunde la actividad y hace caer los ingresos fiscales, lo cierto es que, en este caso, el recorte del gasto ha sido netamente mayor que la caída de la recaudación y, por tanto, el Estado ha consolidado un superávit inédito desde hace 20 años.

Segundo, el superávit público ha provocado el colapso de la prima de riesgo del país: con Massa, llegó a superar los 2.000 puntos básicos, mientras que hoy se halla por debajo de los 700. Esta mejoría del valor de la deuda argentina también halla su reflejo en la estabilización del valor de otro de sus pasivos estatales más importantes: el peso. La tasa de inflación del país se ha desmoronado desde el 12,8% mensual (en noviembre de 2023) al 2,4% mensual (en noviembre de 2024). Pero, ¿acaso este contundente saneamiento financiero no ha ido de la mano de un hundimiento de la actividad económica y de los principales indicadores sociales? Pues no.

Foto: Jorge Macri, alcalde de Buenos Aires. (G. G. C.)

Así, en tercer lugar, el PIB del tercer trimestre del año se expandió a un ritmo intertrimestral del 3,9%, lo que significa que el nivel de actividad real de ese período fue idéntico al del cuarto trimestre de 2023 (el último antes de que entrara a gobernar Milei). Asimismo, el número de trabajadores ocupados en el sector privado formal de Argentina es prácticamente el mismo en el tercer trimestre de 2023 que en el tercer trimestre de 2024 (apenas 28.000 menos). No solo eso, los salarios reales del sector privado en octubre de este año ya eran más elevados que en octubre de 2023.

Cuarto, precisamente por lo anterior (aproximadamente mismo empleo y mayores salarios reales), la tasa de pobreza en el tercer trimestre de 2024 ya se ubicó por debajo de la del cuarto trimestre de 2023 (última pre-Milei). Es verdad que esta estimación todavía no la ha confirmado el Indec (no conoceremos los datos semestrales de pobreza hasta finales de marzo de 2025), pero tanto el Ministerio de Capital Humano como, de manera independiente, la Universidad Católica Argentina y la Universidad Torcuato Di Tella han llegado a idéntica conclusión: en el tercer trimestre de 2024, la tasa de pobreza cayó del 51% al 38% (por debajo del 44%-45% en que la dejó el peronismo).

Si los argentinos hubiesen hecho caso al consejo de estos economistas de izquierdas, hoy el país estaría en la más absoluta de las ruinas

Y quinto, todo lo anterior ha sucedido, además, sin incrementos de la desigualdad (que no debería ser una variable relevante frente a la de pobreza, pero sí es algo que los economistas anteriores preveían que iba a dispararse). Según el Indec, el índice Gini del tercer trimestre de 2024 fue del 0,435… exactamente el mismo que en el cuarto trimestre de 2023.

En suma, de todos los catastrofistas pronósticos sobre el gobierno de Milei que efectuaron muchos de los economistas de cabecera de la izquierda, no se ha cumplido ninguno. Milei de momento está saneando la terrible situación financiera del Estado y lo está haciendo sin un empeoramiento de las principales variables reales y sociales de Argentina (al contrario, la evolución en las mismas es ascendente al contrario de lo que sucedía con la economía quebrada e hiperinflacionaria que había dejado en herencia el peronismo). Si los argentinos hubiesen hecho caso al consejo de estos brillantísimos economistas de izquierdas, hoy el país estaría en la más absoluta de las ruinas. Por fortuna, no lo hicieron y le dieron una oportunidad a las ideas liberales que los están sacando del pozo peronista.

Hace poco más de un año, Javier Milei accedió a la presidencia de Argentina. Su principal rival en esos comicios fue el peronista Sergio Massa: el ministro de Economía que había sumido en el caos al país durante el año precedente. Frente a ese desastre, el libertario Milei concurrió a las elecciones con la promesa de aplicar un fuerte ajuste fiscal por el lado del gasto con tal de acabar con la inflación, reducir el coste de financiación de la deuda pública y avanzar hacia la dolarización de la economía.

Javier Milei
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