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La solución de España o el abismo
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Daniel Lacalle

Lleno de Energía

Por
Daniel Lacalle

La solución de España o el abismo

"Protectionism teaches us to do to ourselves in time of peace what enemies seek to do to us in time of war." Henry George  Ya

"Protectionism teaches us to do to ourselves in time of peace what enemies seek to do to us in time of war." Henry George 

Ya se acerca el fin de año y creo que es bueno, tras doce meses de alertar sobre los peligros de la patada hacia delante, de monetizar deuda y relajar las medidas de ajuste, cerrar con las soluciones que creo que son urgentes para restaurar la credibilidad y el flujo inversor.

España ha dado algunos pasos, tímidos, en la corrección de sus desequilibrios, pero sigue instalada en el “a largo plazo todo sube”. La política del avestruz que tanto daño nos hizo en el pasado es el mayor riesgo, con mucha diferencia.

El experimento socialdemócrata de intentar contentar a todos aumentando impuestos de manera agresiva y reduciendo imperceptiblemente el gasto no ha funcionado. Encima no satisface a nadie. Los fans del gasto dicen que “se meta el déficit por donde le quepa” (J. A. Castro). Pues lo han conseguido, 12.000 millones más de deuda de las Comunidades Autónomas y una deuda total de las administraciones públicas que ha subido un 15,3% desde el tercer trimestre de 2011 a pesar de las medidas. Un endeudamiento adicional del Estado que superará los 85.000 millones en 2012. Austeridad.

Pero esta situación no es irrecuperable.

 

El “trade” del rescate nos ha venido bien, pero no hace nada si no se ataca el problema del gasto. Ni el “ojo que vengo” del Banco Central Europeo actual ni la compra de bonos nos van a salvar del ajuste necesario, que supera los 85.000 millones de euros.

Pensar que el posible rescate y la monetización de deuda retrasan o evitan los recortes es incorrecto.

Decir que los bancos centrales tienen recursos “ilimitados” es falso. De donde no hay no se puede sacar. Ni las compras masivas de bonos de Estados Unidos ni de Reino Unido han reducido la necesidad de recortar sus gastos de manera agresiva, como explicamos en varios artículos sobre el precipicio fiscal y la posición británica. Solo “prestan” tiempo. No lo compran, porque se paga en impuestos e inflación futura.

A la economía española no le basta con “reducir el déficit”. Necesitamos superávit por cuenta corriente importante para reducir nuestra posición de inversión internacional, que es negativa en un 92% del PIB. ¿Qué significa esto? Que necesitamos inversores como el agua. Ya.

Estas mejoras incrementales, sin nuevo capital, son cada vez más difíciles, porque un aumento de exportaciones en bienes de bajo valor añadido –alimentos, textil, química- y maquila –fabricar automóviles para otros- no nos van a sacar del agujero.

 

Si acabamos 2012 con un déficit en el entorno del 7-8% no podemos felicitarnos. Porque otro gran problema de España es un déficit primario –el que excluye el coste de la deuda- del 3%, comparado con superávit primario en Italia, y un déficit estructural en el entorno al 2,3%. Tarde o temprano la economía española necesitará otro ajuste de unos 25.000 millones solamente para equilibrarse.

Si el objetivo de los gobiernos es hacer el menor recorte posible en educación o sanidad, necesitamos el lápiz rojo en el gasto político y, sobre todo, necesitamos capital extranjero.

Estoy convencido que nuestros gobernantes quieren ser reelegidos. Pero eso no se consigue manteniendo una política calcada de otros gobiernos, cometiendo los mismos errores. Se consigue siendo contundente y firme. Thatcher llevó a cabo una revolución aquí, en Inglaterra, que ha hecho que hoy ni un solo partido se atreva a promover las veleidades intervencionistas que oímos en España, porque los votantes saben que no funcionan.

Sobre los recortes de gasto político ya comenté en detalle en mi artículo “El lápiz rojo, ya”, y para ampliar les recomiendo el libro de Juan Ramon Rallo “Una Alternativa Liberal para Salir de la Crisis” (Deusto, 2012).

Me dicen que las políticas actuales vienen dictadas por la Unión Europea y no se puede hacer otra cosa. No lo creo. Por lo que yo escucho, España tendría todo el apoyo de Alemania, Finlandia y Reino Unido si hubiera hecho un “plan Schroder” de recorte de gastos, ya que todos saben que funciona.

La política de “sostener el PIB” con deuda sólo agranda el agujero. Y si no se hace, vamos a pasar del lápiz rojo que propongo, al “brochazo” impuesto. Y eso significa muerte política. La gente sabe que hay que tomar medidas duras, lo que pide es que esas medidas sean para toda la “grasa” del Estado también. Y sabemos que tenemos un Estado “obeso”.

Sin embargo en el mercado se intuye que el gobierno ha preferido tirar por la “vía Francia”, que creo es el mayor error de nuestra historia, por la deuda que soporta nuestro país –pública y privada-. Hundiríamos la financiación de nuestras empresas y la entrada de capital extranjero con ese camino.

La impresión que me llega de todo lo que oigo en Europa es que la imposición nacional de políticas impositivas agresivas, desafortunadamente, viene de no querer romper estructuras administrativas.

Pero además de recortar gastos ya, y reducir impuestos inmediatamente, absolutamente esencial, el tercer objetivo, en el que me centraré, es atraer al menos medio billón de euros de inversión en cinco años, que mejoraría la capitalización de las empresas, nuestra imagen internacional, el entorno financiero, los ingresos fiscales y con ello la deuda pública.

Credibilidad

Se lo ruego, si las cifras reales de déficit son de un 8%, como me temo, no lo escondan. Hasta el último inversor de Nueva York sabe ya que muchas comunidades autónomas no aceptan facturas desde octubre y que se corre el riesgo de hacer trampas al solitario pasando a 2013 los costes del fondo de liquidez autonómica. Más vale ser agresivo, claro y transparente a tener revisiones constantes de la deuda y el déficit durante meses –en 2012 vimos seis incrementos de la cifra de 2011-.

 

Inversión y capitalización.

Los bancos no pueden aumentar el crédito. No pueden sorber y soplar a la vez cuando tienen que reducir su deuda y aumentar su capitalización agresivamente. Hace falta incentivar al sector de crédito privado, que en España supone menos del 0,2% del PIB según la CNMV.

Desbancarizar el crédito y atraer inversores privados solo se consigue aligerando las estructuras regulatorias, que hay decenas por las regiones, cercenando la burocracia -uno de los países donde más se tarda en abrir un negocio y donde más cuesta-,  eliminando las barreras proteccionistas e intervencionistas, límites de voto, prohibiciones de cortos, “píldoras envenenadas” en los estatutos de cientos de empresas.

En definitiva, dejar de defender la “españolidad” haciendo a las empresas más obesas y dinosáuricas. Perdiéndole el miedo al extranjero, que viene a invertir. España podría pasar a un 5% de PIB de financiación privada en pocos meses, y, como hizo EEUU en la crisis 2008, sustituir financiación bancaria por privada a medio plazo.  ¿Se “desamericanizaron” las empresas por ello? No. ¿Se hundió el país? Tampoco.

Que no nos vuelva a pasar lo que me dijo en un avión de vuelta de Madrid el jefe de un fondo de private equity:  “En España, he pasado de decir gracias a decir váyanse al carajo”.

Apertura financiera

Van a imponer Tasa Tontín –perdón, Tobin-, que siempre busca recaudar miles de millones y luego no recauda nada y destruye la liquidez, pero en un país con cientos de miles de excelentes profesionales financieros, buenos bancos –se lo juro- e infraestructuras modernas, ganarían mucho más en ingresos fiscales si atrajesen fondos de inversión –que además compran casas, coches, pagan colegios- y convirtiesen a España en un centro financiero como Singapur, o si les parece raro… como Milán. Con dejar de imposibilitar y torpedear la entrada de fondos de inversión extranjeros valdría.

Acceso a propiedad real

Las empresas españolas no van a invertir de manera agresiva porque tienen que reducir su endeudamiento. No solo hay que colocar los paquetes de cajas y accionistas con problemas, muchas compañías lo que necesitan no es solo cambiar cromos, sino capital nuevo.

Ampliar capital es la única manera de salir del agujero de deuda, como están haciendo algunas tímidamente. Pero tiene que hacerse de manera agresiva, y eso solo se consigue atrayendo inversores. Esto ayudaría a muchas empresas medianas a traspasar su barrera y crecer, no enquistarse. No es raro que el 80% del valor añadido lo creen las PyME… pero no se les permite pasar a ser grandes por un crédito bancarizado y zombi, y un acceso a capital restringido al inversor local.

En un país donde hay un brutal problema de deuda, no lo vamos a solucionar si no se da acceso a la co-propiedad de negocios y empresas. Me lo decía un fondo soberano de un gran país “en España hay puertas abiertas para enchufar deuda y paquetes invendibles, pero eso sí, sin voz ni voto”. La defensa del interés público se cementa en reguladores solidos e independientes, no en empresas elefantiásicas y medidas proteccionistas.

Con un capital abierto, tendríamos empresas y bancos más fuertes, no más gordos, que luego hay que rescatarlos. Pero es que hoy, ya no hay otra solución porque convertir deuda excesiva en capital es la única salida, y no quedan amiguetes y cajas que puedan venir al rescate.

Impacto sobre deuda publica

La apertura de la economía y la instalación de inversores extranjeros también hacen más interesante la deuda pública, porque por un lado la balanza financiera española se convierte en positiva, se aumentan los ingresos y –si se controlan los gastos-, el riesgo de impago se reduce. Así no hace falta rescate ni echarse en manos de prestamistas –la Troika-.

Hemos comprobado que subir impuestos y esperar que escampe no funciona. Hemos comprobado que mantener el intervencionismo y el gasto político no ayuda.

No se trata de “vender el país” –no nos rasguemos vestiduras, porque es casi todo deuda-, para eso hay unos reguladores que, como en EEUU o Reino Unido, ponen blanco sobre negro las reglas el juego. Se trata de probar al mundo que esto no es un corralito de chanchulleo y clientelismo y reponer el capital que necesitamos como el agua.

Un problema financiero –deuda- solo se soluciona por vía financiera Con menos gasto y capitalización. Cualquier otro parche es temporal, y la bola sigue engordando.

"Protectionism teaches us to do to ourselves in time of peace what enemies seek to do to us in time of war." Henry George