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El nuevo banco Puyol
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Marc Vidal

Salida de Emergencia

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Marc Vidal

El nuevo banco Puyol

El debate sobre el nombre de las cajas o bancos resultantes de las fusiones sirve para pasar el rato, para reír incluso. Llamarse Banco Júpiter o

El debate sobre el nombre de las cajas o bancos resultantes de las fusiones sirve para pasar el rato, para reír incluso. Llamarse Banco Júpiter o Caixa Diada tiene una mala digestión semántica importante. Mal trago tambén tienen la Caja Espiga o la Mare Nostrum. Por mi parte pueden llamarse como quieran, no me molesta, pero puestos a poner nombres que desvíen la atención de lo que verdaderamente supone todo esto, mejor haber hecho honor al catalán que ha metido a España en la final del mundial y haber llamado a alguno de estos nuevos organismos Banco Puyol. Es posible que, no obstante, el mejor nombre para un banco resultante del “fondo frob” hubiera sido “Banco Del Bosque”, nos remitiría a territorios de Robin Hood. Claro está que la leyenda del “ladrón que robaba a ricos para dárselo a los pobres” aquí resultaría un insulto.

Otros casos: Caixa de Tarragona y la de Manresa pasarán a llamarse Caixa Diada. Supongo que cada 11 de septiembre harán algo o regalarán “el día sin comisiones”. Las gallegas no han sido tan “chic” y han optado por un Caixa Breogan que surge de vincular Caixa Galicia y Caixanova. Para mí el nombre más absurdo es el de Caja Espiga que nace de apretar Caja España contra Caja Duero. Pero el que tiene más mala leche es el nombre que toma el Cocktail de cajas (Caja Madrid, Bancaja, Caixa Laietana, Insular de Canarias, Ávila, Segovia y Rioja) que ahora se llamará Banco Júpiter.

Con este cuento de los nombres, el mundial y las rebajas se focaliza lejos de donde está el agujero. Por ejemplo, ¿alguien recuerda que el FROB fue aprobado para pervertir el valor que se le otorga a la calificación crediticia de las entidades financieras en España? Resulta que una bajada de rating, tal y como ha sucedido reiteradamente, no significó una subida del coste de estas inyecciones de capital que representaba acceder al Fondo dichoso, por ejemplo.

Nadie recuerda que tras estas fusiones se esconde el verdadero valor del FROB. La mayor ventaja de esta merienda era que, si una entidad entraba en pérdidas, no tendría que pagar intereses al propio FROB durante el ejercicio de las pérdidas. Yo de mayor quiero una tener una empresa que me permitan cosas como esa. O todos moros o todos cristianos.

Pero como el FROB no es una bicoca técnicamente hablando, se intenta que no trasciendan demasiado sus efectos. Esta palanca crediticia se planteó para poder reestructurar entidades si es necesario o para reforzar su situación si voluntariamente lo solicitan, pudiendo utilizarse en procesos de fusión de entidades. Debemos recordar que el FROB podía manejar cerca de 90.000 millones si fuera preciso y otros 30.000 aplicables a otros condicionantes de ayudas al sector. Todo ese dinero no llega a las empresas ni familias desde entonces, ni seguramente llegará jamás. Seguiremos igual, con mucha dificultad crediticia.

Ha pasado el tiempo y el que debía ser el mecanismo que acelerase la reestructuración y saneamiento de la economía financiera se ha comportado como un saco lleno de deudas que alguien devolverá a importes fuera de mercado, cuatro o cinco puntos por encima de los tipos que se manejan en estos momentos. ¿Adivinan quién pagará todo eso?

Para empezar muchas de esas cajas no lograrán retornar el coste del FROB y podrían ser intervenidas. También podría ser que, en el mejor de los casos, tanto Bancos como Cajas resultantes de tanta promiscuidad bancaria, hayan utilizado para reestructurarse y reordenarse entre ellas el fondo, y así cubrir sus vencimientos a tiempo, tapando las pérdidas ocasionadas por la crisis y tan panchos.

Si la economía repunta en menos de tres años, estarán salvados aparentemente y la agonía se repartirá en la superficie afectando menos en lo focalizable, pero si no es así, ante a posibilidad de retornar los créditos que supone el propio FROB, serán adquiridos por bancos de mayor entidad. Evidentemente esos nuevos “propietarios” de la deuda existente se transformará en un problema para los depositarios. Será entonces cuando la rueda implacable de la economía global intercederá y explotará en la cara de tantos y tantos ciudadanos de buena fe que verán como, por diferentes aplicativos, sus activos por inversión, no habrán ganado un solo euro.

Pero mientras tanto sigamos disfrutando del mundial que es lo que de verdad importa, ¿verdad?

El debate sobre el nombre de las cajas o bancos resultantes de las fusiones sirve para pasar el rato, para reír incluso. Llamarse Banco Júpiter o Caixa Diada tiene una mala digestión semántica importante. Mal trago tambén tienen la Caja Espiga o la Mare Nostrum. Por mi parte pueden llamarse como quieran, no me molesta, pero puestos a poner nombres que desvíen la atención de lo que verdaderamente supone todo esto, mejor haber hecho honor al catalán que ha metido a España en la final del mundial y haber llamado a alguno de estos nuevos organismos Banco Puyol. Es posible que, no obstante, el mejor nombre para un banco resultante del “fondo frob” hubiera sido “Banco Del Bosque”, nos remitiría a territorios de Robin Hood. Claro está que la leyenda del “ladrón que robaba a ricos para dárselo a los pobres” aquí resultaría un insulto.