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La cuadratura del círculo
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La cuadratura del círculo

Usamos esta conocida y popular expresión para referirnos a una acción exitosa que se preveía imposible o de difícil realización, que está basada en un antiquísimo

Usamos esta conocida y popular expresión para referirnos a una acción exitosa que se preveía imposible o de difícil realización, que está basada en un antiquísimo problema matemático. Más curioso aún parece el carácter universal que ambas figuras geométricas tienen en otra dimensión; se asocia al cuadrado con el mundo material y al círculo con el mundo espiritual, tanto en su dimensión intelectual como moral o incluso religiosa. La imagen más conocida de un intento de compatibilizar ambos mundos la tenemos en el dibujo del Hombre de Vitrubio realizado por Leonardo da Vinci. En el mundo moderno, la energía nuclear es uno de los ejemplos más claros de la necesidad de compatibilizar la acción del hombre sobre la materia en la satisfacción de sus necesidades con la moral, después de un titánico esfuerzo intelectual.

Un problema económico siempre es una oportunidad para jugar un poco con esta expresión y con sus figuras; a todos nos toca cuadrar el círculo, desde los cabezas de familia con la cesta familiar, al parado en la indigencia o el directivo en su puesto de trabajo; los políticos simplemente se evaden, de momento. En el caso español, los últimos treinta años, con la integración en la CEE (luego UE) y, posteriormente, en la Unión Económica y Monetaria, trajeron una expansión material que ahora vemos como mengua y se circunscribe a nuestras capacidades de gestión. De nuevo aparecen nuestros viejos problemas en el sector exterior, esta vez más críticos, en el sector de la energía y, lo más triste de todo, la necesidad de emigrar.

El cómo lograr un mayor bienestar con los recursos disponibles va a requerir de un buen uso de ese motor que no terminamos de valorar de forma correcta: el talento. Un recurso que, para colmo de males, al parecer se prevé una escasez global del mismo (¿alguna vez fue abundante?); así lo advierte BCG en un informe que, aunque limitado en su tratamiento del factor humano, al menos arroja unas estadísticas globales útiles.

Convencidos de que ésta no es una crisis al uso, los estadounidenses acuden regularmente a uno de los políticos que mejor ha entendido como impulsar la prosperidad, Bill Clinton. En uno de sus grandes discursos, el de la Clausura de la Iniciativa Global Clinton, Clinton nos deja ver que ha tenido que ir hasta las áreas más básicas del conocimiento en la búsqueda de la prosperidad futura. Pero mientras estos agentes encuentran el motor del próximo ciclo largo de la Economía, no debemos olvidar que nuestros recursos actuales siguen siendo una gran ayuda para sacarnos del tremendo enredo en que nos hemos metido; todos podríamos citar casos ilustrativos.

Una vez que se nos ha dejado a todos a los pies de los caballos, se corre a recibir dirigentes extranjeros usándolos como excusa para que sigamos en la tarea de descomposición interior, emigración de nuestros talentos y venta a saldo de nuestros medios de vida

Por ejemplo, en 2007 fui requerido por KSB para participar en la dirección de un proyecto de AMVI, su filial española de válvulas. El proyecto en cuestión era la ciudad industrial qatarí de Ras Laffan, la mayor infraestructura de gas licuado del mundo. Aparte de la satisfacción de trabajar con un gran equipo, de volver al sector de gas y petróleo y al área de fabricación, fue otro observatorio privilegiado de muchas cosas. Estos ingenios producidos por AMVI en Burgos, cuyos requerimientos de calidad solo habían sido sobrepasados por las válvulas que allí se producen para centrales nucleares -en su momento para las españolas y, las últimas, para una central de cuarta generación Finlandia o las que se están haciendo para China-, son un hito global. Estas válvulas, algunas de las cuales cuestan más que un Ferrari (véanse una foto haciendo clic en este enlace), tienen además un valor agregado nacional superior al 80%. De modo que, cuando decimos que somos un país de baja productividad, en infinidad de casos estamos equivocándonos. Al igual que Burgos tiene varias empresas como esta,  ocurre lo mismo en otras capitales, y no digamos ya en nuestras metrópolis. Evitemos que las medias macroeconómicas nos nublen la salida de la crisis.

Hay también dos aspectos de esa experiencia y una conclusión que también me gustaría compartir con los lectores. El primero, el del coste de oportunidad: estando bajo el boom eólico impulsado por una manipulación anti-mercado (se puede hacer una manipulación pro-mercado) de la tarifa eléctrica, todos los proveedores en la cima de la cadena de valor del sector de energía vivían una distorsión radical (que, a la postre, hizo que algunos hicieran inversiones ruinosas) que les llevaba a expulsarnos de las líneas de producción, cosas que nos hacía cuadrar el círculo continuamente. El segundo, las manipulaciones de los grupos de interés: más allá de discutir con el cliente árabe (QP) y el contratista indio (Dodsal) temas relativos a plazos, logística, camino crítico, costes, subcontrataciones, pruebas de fatiga del producto, certificaciones, etc., siempre encontrábamos tiempo para discutir el persistente tema de cómo los actores sector energético, incluido el lobby nuclear, afectan la voluntad política a favor de sus intereses sin importar las distorsiones que puedan crear, ni el coste de ellas a la población. La conclusión: debido a la aguda restricción de recursos que padecemos, no hay margen para intereses particulares o ideológicos dado su altísimo coste de oportunidad.

Los dirigentes de nuestro país pueden firmar grandes acuerdos que signifiquen importantes volúmenes de comercio, pero el cierre de nuestra brecha exterior no tendrá lugar sin estas empresas medianas, que pueden facturar sobre 30.000 millones de euros, y cuyos productos satisfacen necesidades globales que les esperan para que concurran. El enfoque al exterior ha de ser general pero hasta que vuelva a generarse un nuevo ciclo largo de prosperidad global, estas empresas son un verdadero tesoro para sus localidades y, por extensión, para todos. Cuidémoslas.

España tiene un verdadero talón de Aquiles material en sus carencias para generar energía, sea verde o no, y solo posee yacimientos de baja calidad de carbón y uranio que con los actuales precios del petróleo son antieconómicos. Ante esta realidad, y conocida la relación de este hecho con la competitividad del país, se nos ha sometido a todos a una política energética caprichosa e irracional, como así lo demuestra el cambalache reciente de nucleares por pensiones. No basta el daño que se ha hecho a la competitividad de nuestro aparato productivo y al bienestar de los españoles vía tarifa eléctrica, ahora se completa el desatino destrozando el sector financiero inventándose, ad hoc, restricciones en el apalancamiento y a la competencia contrarias al interés general. Así, una vez que se nos ha dejado a todos a los pies de los caballos, se corre a recibir dirigentes extranjeros usándolos como excusa para que sigamos en la tarea de descomposición interior, emigración de nuestros talentos y venta a saldo de nuestros medios de vida. Uno puede incluso entender que, por su particular trayectoria personal, algunos políticos estén alejados de la realidad económica más elemental, pero lo que ya no es admisible es que se tenga un sistema con mecanismos para corregir eso y encima se use mal. ¿Por qué motivo?

*Luis Riestra Delgado es economista

Usamos esta conocida y popular expresión para referirnos a una acción exitosa que se preveía imposible o de difícil realización, que está basada en un antiquísimo problema matemático. Más curioso aún parece el carácter universal que ambas figuras geométricas tienen en otra dimensión; se asocia al cuadrado con el mundo material y al círculo con el mundo espiritual, tanto en su dimensión intelectual como moral o incluso religiosa. La imagen más conocida de un intento de compatibilizar ambos mundos la tenemos en el dibujo del Hombre de Vitrubio realizado por Leonardo da Vinci. En el mundo moderno, la energía nuclear es uno de los ejemplos más claros de la necesidad de compatibilizar la acción del hombre sobre la materia en la satisfacción de sus necesidades con la moral, después de un titánico esfuerzo intelectual.

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