Es noticia
Quimeras Europeas (y II)
  1. Economía
  2. Tribuna
Tribunas EC3

Tribuna

Por

Quimeras Europeas (y II)

La semana pasada vimos como el eje franco-alemán, el principal motor de la formación de la Unión Europea tal y como la conocemos hoy, ya iba

La semana pasada vimos como el eje franco-alemán, el principal motor de la formación de la Unión Europea tal y como la conocemos hoy, ya iba camino de la insolvencia antes de que estallara la crisis. Ante esa realidad, uno se pregunta cómo es posible que un proyecto multinacional que ha logrado grandes éxitos como la unificación jurídica común, que ha hecho realidad el mercado único y la ciudadanía europea -que crean un espacio de bienestar común sin precedentes-, o la seguridad nuclear en Europa del Este, o la firma de acuerdos comerciales de libre comercio con importantes áreas comerciales y países superando, por fortuna, los límites de la Organización Mundial del Comercio, en cuya fundación ha tenido un roll fundamental, pueda terminar llevando a la quiebra a sus promotores. Es evidente que el engendro de la madeja burocrática de la UE y una cierta idea de cómo llevar a Europa hasta algo más que una mera unión comercial, haciéndola económica y política, han fracasado. Veamos algunas razones de fondo.

La Realidad Consensual

Debido a la complejidad de la realidad y a la imposibilidad de que tengamos un conocimiento cierto de cada uno de los componentes de la misma, las sociedades tienden a funcionar en la toma de decisiones colectivas a través de lo que ha venido a llamarse Realidad Consensual; un caso extremo sería el de sociedades que consideran como cierto cosas totalmente falsas, como pertenecer a una raza superior o el ser víctima de una fatalidad histórica que les impide homologarse a una sociedad avanzada, por poner solo dos ejemplos. En la formación de esa realidad consensual tienen un papel fundamental los líderes y el estatus moral que los ciudadanos les dan; en el caso español, durante la actual era mesiánica ese liderazgo lo han acaparado sus políticos. Pues bien, la Realidad Consensual europea ha estado dominada por una elite globalista que la ha manipulado en pos de sus intereses, mediante el abuso de un sinnúmero de analogías buenas para sus intereses pero letales para los del ciudadano; por otra parte, los europeos hemos fallado estrepitosamente en unos de nuestros deberes básicos como ciudadanos: desconfiar de los políticos.

El Pensamiento Analógico

Brevísimamente: podríamos decir que a lo largo de la Historia el ser humano ha ido entendiendo la realidad a través de tres estadios: el pensamiento mágico, según el cual las cosas ocurren por la acción de entes espirituales; el pensamiento analógico, explicando la realidad por analogías y expresando las razones y haciendo previsiones por comparación; y, finalmente, el pensamiento objetivo, que explica los hechos por relaciones de causa-efecto con la intención de buscar la racionalidad de los hechos. El pensamiento analógico es característico de las culturas continentales y de sistemas políticos basados en el socialismo, en el nacionalismo, como el fascismo y el nazismo, o de los totalitarios como el comunismo y el integrismo religioso; mientras que el pensamiento objetivo lo es de la cultura marítima y del liberalismo.

La EU como los EEUU

Absurdo. Esta analogía cobró mayor fuerza durante la Guerra de Iraq en la que Chirac y Schröder, por motivaciones electorales y personales, forzaron las relaciones transatlánticas ignorando irresponsablemente el vacío estratégico que creaban al oeste y este de Europa (ver consecuencias en el Visegrad y su efecto hoy visto por Stratfor). El absurdo llegó a tal nivel que el eje franco-alemán incluso deseaba vender armamento avanzado a China, de forma que se ha creado tal fractura (no solo comercial) que los EEUU ya se plantean reforzar las relaciones bilaterales con los países de la UE volviendo al modelo de toda la vida;  incluso Alemania pareciera seguir ese camino en Europa y con Estados Unidos.  

Los Estados de la EU como los de EEUU

No nos unimos para ser cada uno más fuertes si no para dinamitar los estados nacionales que son cimientos de nuestro bienestar

Otra analogía de locos: no nos unimos para ser cada uno más fuertes si no para dinamitar los estados nacionales que son cimientos de nuestro bienestar. Cierto es que los estados son una molestia tolerable para la elite de la UE, y que obviamente la democracia natural europea les es un obstáculo en sus ambiciones personales, pero ya sea por la fuerza de los hechos o por simple expresión de la soberanía nacional (caso claro del Este de Europa, los Nórdicos y el Reino Unido) esta idea alucinada de vaciar por abajo la base de nuestra Unión está condenada al fracaso. Solo a un mesiánico desequilibrado se le pueden ocurrir tonterías como que “España no existe” y confundir los términos territorio, pueblos, nación, país y Estado; son ese tipo de locuras que conviene a la elite europea las que crean disfuncionalidades sistémicas graves como la del Eurosistema, o el mismo Estado español, y que llevan a insuficiencias financieras graves como las de Grecia, Irlanda o España y con ellas a toda la Unión. La idea de vaciar los Estado circundantes al eje franco-alemán (al que todavía le queda por pagar su invento) para que éste pueda dominar Europa es simplemente hilarante, si no trágica en sus consecuencias.

Los euro-escépticos

El solo hecho del uso de un cliché para acallar el debate y a los “díscolos” debió haber despertado las alarmas de los demócratas europeos, pero es que el mismo rechazo al escepticismo, una virtud sana del racionalismo, es condenar cualquier proyecto al fracaso. Ser escéptico es algo tan básico como el principio de que no hay buen gobierno sin disensión.

Gobernar es poblar

Este viejo principio español de gobierno, que no máxima, es de por sí una realidad inevitable por su veracidad que se adapta y humaniza con los tiempos. ¿A ver, qué parte de re-producir no se entiende? Cuando se postuló la Unión y la Ciudadanía, muchos europeos vimos una oportunidad de que se ayudara a los países generadores de emigración desesperada y masiva a salir de su pobreza e inestabilidad política extremas, al tiempo que la Realidad Consensual europea mostrara a sus ciudadanos las terribles consecuencias de su desequilibrio demográfico y actuaran en consecuencia; cosa que si hicieron los nórdicos, por ejemplo. Pero no, que va, nuestra elite optó, de nuevo, por la analogía sobre la experiencia americana de su inmigración masiva; más allá de que la solución a este problema choca con la idea francesa de que África es suya, para que se pudiera equiparar a la experiencia americana, la emigración habría de contar con una alto porcentaje de personal cualificado, algo que solo ha sido cierto en algunos grupos provenientes de Europa del Este y América Latina, el resto, por su productividad, difícilmente mantendrá el PIB de la UE a futuro y mucho menos subirlo, como ocurrió en EEUU. El sistema de vaciar el continente de europeos y substituirlo con inmigración sin control tal vez venga bien a la elite de la EU, pero para los que vayamos quedando será la ruina, como lo será para los países de emisión de esa emigración masiva e incontrolada por la quiebra europea; por no hablar de los radicalismo de uno y otro signo.

El pensamiento mágico Europeo

Es casi automático: cuando se sitúa la Realidad Consensual en el Pensamiento Analógico se va derecho a buscar soluciones por arte de magia a los problemas; esto en Economía es algo que vivo de forma cotidiana, aunque hoy las reacciones en contra cuando dices que “la Economía no funciona así (por arte de magia)” sean menores a los tiempos de la burbuja inmobiliaria. Muestra evidente del pensamiento mágico en Europa es el cierre nuclear alemán: a ver, que el país que nos ha dado el nombre Tsunami a los maremotos sufriera una catástrofe nuclear por instalar una central en plena costa no preparada para los mismos, y que luego los ciudadanos alemanes reaccionen visceralmente por la chapuza japonesa y homologando analógicamente sus centrales, ¿les dice algo? Me temo que ante este problema europeo con la energía nuclear, los europeos nos perderemos las aportaciones alemanas de lo que debió ser un excelente debate sobre un tema que atañe a todos.

The Spanish Race

“La Carrera Española”. Nuestro país es un caso paradigmático de cómo un gobierno deloriano, chiraquiano, schroederiano y barrosiano hasta la médula arruina uno de los miembros de la Unión y se suicida demográficamente al conformarse con que sus nacionales emigren. Por si fuera poco, cuando más necesitamos al cliente europeo, podríamos quedar ante los mismos como los culpables del desastre Europeo, y como muestra el botón de la crisis del pepino, donde se ha extrapolado la mentira a todo el sector hortofrutícola. La Realidad Consensual europea está contra nosotros, los más “europeístas” de la UE.

Nuestra “carrera” nos viene de la urgencia que tendremos en resolver los problemas que nos acucian y de los cuales nuestra pirámide de población es el más grave. A corto plazo, La tarea que más nos urge es recuperar nuestra soberanía económica, algo que requiere la dolorosa, pero inevitable, solución de nuestros desequilibrios fiscales pero que nos libera de la gestión a la Bruselas y nos devuelve la autonomía exterior. Debemos recuperar, tras ocho años de inventos, nuestra capacidad de acción exterior empezando por la UE y nuestro principal socio, con quien tenemos intereses comunes y complementariedades evidentes; unos pasos que ha de tener continuidad de recorrido objetivo en nuestra acción exterior según las áreas ilustradas en el siguiente gráfico a fin de solventar nuestro acuciante desequilibrio comercio internacional.  

placeholder

A pesar de las dificultades que afrontamos y del estado en que dejaran los socialistas a nuestro país, la corrección de nuestros desequilibrios y el cambio generacional que vivimos en esta Era Política que ya muere es, tras su duro trance, la solución que traerá un nuevo orden cívico de nuestro encaje Global. Es realmente en ese sentido, y no por una Quimera Europea, que La Solución nos “vendrá” de fuera.

*Luis Riestra Delgado es economista.

La semana pasada vimos como el eje franco-alemán, el principal motor de la formación de la Unión Europea tal y como la conocemos hoy, ya iba camino de la insolvencia antes de que estallara la crisis. Ante esa realidad, uno se pregunta cómo es posible que un proyecto multinacional que ha logrado grandes éxitos como la unificación jurídica común, que ha hecho realidad el mercado único y la ciudadanía europea -que crean un espacio de bienestar común sin precedentes-, o la seguridad nuclear en Europa del Este, o la firma de acuerdos comerciales de libre comercio con importantes áreas comerciales y países superando, por fortuna, los límites de la Organización Mundial del Comercio, en cuya fundación ha tenido un roll fundamental, pueda terminar llevando a la quiebra a sus promotores. Es evidente que el engendro de la madeja burocrática de la UE y una cierta idea de cómo llevar a Europa hasta algo más que una mera unión comercial, haciéndola económica y política, han fracasado. Veamos algunas razones de fondo.

Unión Europea Crisis