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Transformación digital, espacio y experiencia

Las empresas están impulsando proyectos de transformación apoyados en cuatro pilares fundamentales; procesos, tecnología, espacios y personas

Foto: Sede de Aguirre Newman en Madrid.
Sede de Aguirre Newman en Madrid.

Con los grandes avances tecnológicos, la revolución digital está invadiendo y modificando la manera en que nos comunicamos en nuestra vida personal y profesional.

Las empresas, conscientes de ello, están impulsando proyectos de transformación apoyados en cuatro pilares fundamentales; procesos, tecnología, espacios y personas; ello va a suponer la aparición de una nueva cultura empresarial en las organizaciones basada en los nuevos modelos y formas de relacionarnos.

Los directivos más audaces e innovadores, conscientes de ello, están desarrollando procesos de investigación y análisis que les permitan sacar el máximo rendimiento de las nuevas tecnologías, con el fin que sus equipos sean más eficaces y rentables.

En todo este contexto, el espacio de trabajo se transforma para dar respuesta a este cambio, convirtiéndose en una herramienta facilitadora en el nuevo escenario.

Más allá de la moda que impusieron las empresas digitales más globales de oficinas con espacios muy singulares, colores primarios y elementos de mobiliario residencial, de ocio y recreo, la oficina del futuro deberá dar respuesta a las nuevas formas de comunicación y de relación de equipos e individuos.

No hablaremos de la desaparición de los despachos, dejaremos de hablar de la propiedad sí o propiedad no del puesto de trabajo, de la desaparición de armarios y papeles, de los metros cuadrados necesarios por empleado, y empezaremos a hablar de 'coworking', transformación, espacio y experiencia.

El nuevo espacio deberá ser diseñado no solo para cubrir las necesidades operativas de los procesos de negocio, sino también como transmisor y dinamizador de los valores, estilo y cultura de las empresas, donde la velocidad, el trabajo creativo y colaborativo serán los protagonistas del nuevo entorno, permitiendo que estos impulsen la comodidad y la productividad de los profesionales.

No hablaremos de la desaparición de los despachos, dejaremos de hablar de la propiedad sí o propiedad no del puesto de trabajo

El perímetro de trabajo de los diseñadores de la nueva oficina se extiende más allá del espacio del edifico tradicional y abarca espacios públicos, interiores y exteriores y el ámbito residencial.

La ciudad en sí misma se convierte en el nuevo ecosistema donde poder trabajar, y ello dará lugar a un cambio en el paradigma tradicional de edificio corporativo para una empresa. Las necesidades de los profesionales cambian y los activos inmobiliarios necesitan adecuarse a los nuevos perfiles y a la nueva misión y visión de las compañías.

El centro de las ciudades será un nuevo espacio profesional donde se implantarán las empresas en función ya no tanto de la localización sino más bien de las capacidades técnicas de los espacios de trabajo, y veremos entornos de alto valor añadido tecnológico que ocuparán las compañías más innovadoras tejiendo en la ciudad una gran red de espacios de conexión y colaboración que permitirá a los profesionales trabajar cada día en un lugar diferente en función de sus necesidades, no solo profesionales sino también personales.

¿Cómo serán esos espacios? Serán lugares en los que el espacio físico reconocerá al individuo

Las oficinas tradicionales convertidas en un tejido de espacios interconectados que engloba tanto edificios de oficinas como espacios de ocio y entretenimiento; la ciudad convertida en un gran entorno global profesional.

¿Cómo serán esos espacios? Serán lugares donde el espacio físico reconocerá al individuo e interactuará con él, no solo reconociéndole para la aplicación de los criterios de seguridad y privacidad, sino también ofreciéndole las condiciones de luz y temperatura del espacio en función de su perfil, así como los colores de techos, suelos, paredes y mobiliario en función de sus gustos o necesidades.

En todo este nuevo escenario, el gran reto de las empresas es ser capaces de cuidar el valor de la marca y utilizar los espacios como elementos de proyección de la misión y valores, con el fin de dinamizar la motivación y orgullo de pertenencia.

La experiencia del profesional en estos nuevos entornos será completamente diferente a la que vemos hoy en día; hoy, el espacio es un mero contenedor de mobiliario y herramientas tecnológicas, y avanzaremos hacia un lugar donde el individuo establece un diálogo permanente con el espacio físico y digital, convirtiendo el trabajo en una experiencia completamente diferente y gratificante.

Las empresas que sean capaces de ver el cambio al que nos dirigimos, en que la digitalización va más allá de llenar las oficinas de pantallas de plasma y a los profesionales de toda clase de dispositivos, y vean el cambio como una transformación cultural que provoca un nuevo estilo de hacer las cosas, mucho más creativo, rápido y colaborativo, serán las empresas más innovadoras y serán el destino preferido por los nuevos profesionales, aquellos que ven en la tecnología una herramienta más en su vida diaria, la más potente para estar en contacto con todo el mundo en cualquier momento, el nuevo ecosistema del espacio de trabajo, el espacio global.

Ángel Serrano es director general de Negocio de Aguirre Newman

Con los grandes avances tecnológicos, la revolución digital está invadiendo y modificando la manera en que nos comunicamos en nuestra vida personal y profesional.

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