Es noticia
El turismo espacial entra en Wall Street
  1. Economía
  2. Tribuna
Mariano Colmenar

Tribuna

Por

El turismo espacial entra en Wall Street

A pesar de lo atípico de esta alternativa de inversión y de lo frívolo que para algunos pudiera parecer, en el plan de negocio hay varios puntos estratégicos que apuntalan la propuesta de Branson

Foto: (Reuters)
(Reuters)

*Mariano Colmenar es socio de Belerofonte Capital

Si yo le preguntara: "¿Quién de estos tres emprendedores legendarios, Elon Musk, Jeff Bezos o Richard Branson ha creado una compañía para llevar turistas al espacio?" y usted me respondiera: “Los Tres”, sin duda habría dado en el clavo.

El pasado 28 de octubre Sir Richard Branson, enfundado en su traje de astronauta marca Under Armour, hacía sonar la campana de la bolsa de Nueva York. En esta ocasión el “parquet” más famoso del mundo daba la bienvenida a Virgin Galactic, compañía fundada en 2004 por el empresario británico, especializada en el diseño y fabricación de naves espaciales para la comercialización de turismo espacial. Una propuesta ambiciosa, dado el limitado tamaño de su mercado objetivo representado por potenciales pasajeros con un patrimonio financiero superior a los 10 millones de dólares, los cuales apenas alcanzan los 1,8 millones en todo el mundo.

Foto: (Reuters)

Los 600 astronautas turísticos, que ya han depositado 80 millones de dólares por sus reservas, pagarán la nada desdeñable cantidad de 250.000 de dólares cada uno por un viaje espacial suborbital de menos de 90 minutos de duración, si bien la compañía espera que las mejoras tecnológicas que tendrán lugar a medio plazo le permitirán bajar los precios y así ampliar su mercado objetivo.

A pesar de lo atípico de esta alternativa de inversión y de lo frívolo que para algunos pudiera parecer, en el plan de negocio de la compañía hay varios puntos estratégicos que de alguna manera apuntalan la propuesta de Branson.

Por una parte, la incorporación al mercado, llevada a cabo mediante la fusión con la ya cotizada Social Capital Hedoscopia, la cual aporta una caja neta de 450 millones de dólares, permitirá a la compañía comenzar su andadura bursátil con una óptima posición financiera que le permitirá autofinanciar su capex previsto durante los dos próximos dos años. Ello le diferencia de otras compañías recientemente listadas en el mercado, cuyas necesidades de inversión y, por tanto, alto consumo de caja, ponen en duda su viabilidad como modelo de negocio.

[La loca carrera por el turismo espacial: 200.000 euros por 11 minutos en órbita]

Por otro lado, su plan de negocio es menos “espacial” de lo que en un principio podría parecer, dado que también contempla la aplicación de su tecnología a vuelos comerciales mediante la fabricación de naves supersónicas e hipersónicas que disminuirán significativamente la duración de dichos vuelos. Por ejemplo, un vuelo Los Angeles-Tokio en un jet hipersónico duraría 2 horas frente a 11 horas en los aviones comerciales actuales. Esta estrategia permitiría a Virgin acceder a un mercado de más de 300 millones de dólares lo cual podría justificar el hecho de que Boeing haya invertido 20 millones de dólares en el proyecto para desarrollar conjuntamente un vehículo capaz de volar a 5 veces la velocidad del sonido.

A la iniciativa de Richard Branson se unen las de Elon Musk con su proyecto SpaceX o la de Jeff Bezos con Blue Origin, cuyo lanzamiento comercial no tardará en llegar. De hecho, con estas dos últimas la NASA ha firmado un acuerdo para enviar grandes cargas y también personas a la superficie lunar como parte de su programa Artemis previsto para 2024.

Todos estos proyectos, unidos a otros muchos que abarcan segmentos tan dispares como el de las lanzaderas espaciales o la minería de asteroides requerirán un nivel ingente de inversiones (más de 1 billón de dólares de aquí a 2040 según estimaciones de UBS) y ello explica la entrada del sector privado el cual, como en el caso de Virgin Galactic, recurrirá a los mercados de capitales para poder financiarlos. Por ello, es bastante previsible que un corto espacio de tiempo veamos otras compañías engrosando las filas del sector espacial en los mercados de valores.

placeholder Richard Branson, fundador de Virgin Galactic. (Reuters)
Richard Branson, fundador de Virgin Galactic. (Reuters)

Desde el punto de vista inversor, y volviendo a Virgin Galactic, la naturaleza disruptiva y no testada de la compañía y la situación de pérdidas en la que todavía se encuentra, le confieren un perfil de riesgo poco propicio para el inversor no profesional sin una cartera bien diversificada. Además de los riesgos inherentes a cualquier compañía irrumpiendo en un sector nuevo con altas exigencias de inversión en capital, existe el riesgo de la seguridad de los vuelos y el impacto negativo que sobre sus acciones podría tener algún tipo de percance que pusiera en tela de juicio la seguridad de sus naves espaciales. Sirva como ejemplo, la retirada del Concorde tras el accidente de Air France, hace casi dos décadas.

No obstante, al margen de consideraciones meramente financieras, la contribución de estos grandes “emprendedores” a la innovación y al desarrollo de la tecnología espacial es digna de ser aplaudida. Ellos, como ya lo hiciera Tony Jannus en 1914 pilotando el primer avión comercial con el alcalde de San Petersburg (Florida) a bordo, contribuyen a generar progreso, innovación y bienestar para la humanidad. En aquel caso, pese al éxito de la expedición y la fortuna pagada por su único pasajero, la línea aérea de Jannus no cosechó beneficio alguno, teniendo que cerrar a los pocos meses. En el caso de Virgin Galactic y de otros proyectos espaciales que vendrán, deseamos un feliz trayecto a sus promotores y, por supuesto, a sus pasajeros.

*Mariano Colmenar es socio de Belerofonte Capital

Wall Street SpaceX Blue Origin Elon Musk Jeff Bezos Richard Branson
El redactor recomienda