Es noticia
La dureza del liderazgo
  1. Economía
  2. Tribuna
Colaboradores EC10

Tribuna

Por

La dureza del liderazgo

No conozco a ningún líder que no sufra la crítica. Los líderes por unanimidad no existen. En parte, porque molestan a quienes quieren sacar provecho propio a costa del declive general

Foto:

La piedra de toque del liderazgo es enfrentarse a una crisis. En particular, cuando la crisis se debe a actuaciones heredadas. Es difícil apechugar con los problemas generados por uno mismo, pero al fin y al cabo son responsabilidades propias. Más complicado es enfrentarse a los creados anteriormente a la entrada de un nuevo dirigente.

En parte, porque suelen aparecer sorpresivamente. Antes de la llegada del nuevo responsable estaban ocultos y/u ocultados, que de todo hay en la villa del señor. Nunca se sabe la verdadera calidad del melón hasta que se come, aunque se haya hecho una cata. Es probable que el vendedor sepa cuál es la zona dulce de la fruta y te la ofrezca para que la compres. ¿Qué hacer al haber descubierto el pastel? La tentación es echar la culpa a los anteriores y salirse. Es razonable, a nadie se le piden heroicidades.

El dilema al que se enfrenta el nuevo CEO es la conciencia de que su huida dejaría indefensas a otras personas. Me lo recuerda el caso de Duro Felguera. La renuncia de José María Orihuela, después de ver que el melón no era lo dulce que se le había dicho, sino que más bien estaba bastante verde, hubiera perjudicado a directivos, empleados de la compañía, proveedores del clúster, pequeños accionistas, clientes con los que se han firmado compromisos de entrega y mantenimiento, el entorno territorial, futuros empleados que pierden una oportunidad de trabajo en su tierra... ¿Se les debe dejar en la estacada? Al fin y al cabo, si no ha sido su gestión la causante de los males, una dimisión a tiempo le hubiera ahorrado dolores de cabeza.

La renuncia de José María Orihuela, después de ver que el melón no era lo dulce que se le había dicho, hubiera perjudicado a todos

También en Duro Felguera es posible que haya colectivos, internos y externos, dispuestos a aprovecharse de la hecatombe; a trocear la organización a costa de perder el ‘good will’, el ‘know how’, en este caso industrial, que siempre cuesta mucho hacer y es sencillo de destruir. Un valor que hay que preservar.

Por estas razones, entre otras, supongo que José María Orihuela decidió seguir al frente de Duro Felguera, a pesar de saber al cabo de un tiempo de su llegada a la empresa que ni los números eran los que le dijeron, ni siquiera los oficiales expuestos, y que el consejo de administración que le contrató lo abandonó. Se podrá criticar su ingenuidad al aceptar un encargo con veneno, pero no su arrojo para seguir pese a las dificultades añadidas que fueron apareciendo.

¿Qué es el liderazgo?

Liderazgo es sacrificio, esfuerzo y aceptación de riesgos cuando se pueden eludir responsabilidades; es encontrar oportunidades y soluciones, que otros no han visto. El liderazgo es el convencimiento íntimo de que se ha hecho lo que se tenía que hacer, independientemente de los resultados y la opinión de otros.

Estoy convencido de que el liderazgo solo se ve 'a posteriori'. Porque se es líder cuando se renuncia a la comodidad, al sosiego de la mismidad, cuando se soporta la incomprensión. No conozco a ningún líder que no sufra la crítica. Los líderes por unanimidad no existen. En parte, porque molestan a quienes quieren sacar provecho propio a costa del declive general. Lo normal es que las críticas se acentúen más cuanto más cerca se palpa la solución, en este caso financiera, porque reduce las posibilidades de ‘carroñear’. En el liderazgo, encaja la frase "ladran, luego cabalgamos". Los líderes de verdad nunca duermen de un tirón. Su descanso es intermitente: sueñan con sus ideales y objetivos, se despiertan y lloran, vuelven a soñar, vuelven a llorar y así sucesivamente.

El liderazgo solo se ve 'a posteriori'; se es líder cuando se renuncia a la comodidad, al sosiego de la mismidad, cuando se soporta la incomprensión

Luego, cuando la noche de la vida ha pasado y la vista vuelve hacia atrás, hay algunos, muy pocos, líderes a los que se les reconoce su sacrificio. Porque en el liderazgo, como en la ética, nada es gratis. Los demás pueden ver los oropeles del triunfo si los hay, que no siempre son visibles. El líder sabe su sacrificio y si mereció la pena. El premio real es ese convencimiento de que hizo lo que debía.

Jose María, su equipo, Duro Felguera, los nuevos accionistas y el Principado de Asturias lo sabrán dentro de un tiempo. De momento, cada remero debe esforzarse en el barco en el que boga. Si todos lo hacen, si hay no uno sino muchos líderes, habrá esperanza.

*José Ramón Pin Arboledas es profesor del IESE.

La piedra de toque del liderazgo es enfrentarse a una crisis. En particular, cuando la crisis se debe a actuaciones heredadas. Es difícil apechugar con los problemas generados por uno mismo, pero al fin y al cabo son responsabilidades propias. Más complicado es enfrentarse a los creados anteriormente a la entrada de un nuevo dirigente.

Empresas