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La UE y la pandemia: debemos estar a la altura de este momento histórico
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Wolfgang Dold

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La UE y la pandemia: debemos estar a la altura de este momento histórico

2020 será para la generación de hoy y para su visión de Europa lo que la caída del Muro de Berlín fue para mí o el final de la Segunda Guerra Mundial para la generación de mis padres

Foto: Bandera de la Unión Europea, en Berlín. (EFE)
Bandera de la Unión Europea, en Berlín. (EFE)

De vez en cuando, me pregunto cómo veremos este año 2020 y sus consecuencias para la Unión Europea en las próximas décadas.

No lo sé: generalmente, solo se puede juzgar si un acontecimiento realmente tiene o no importancia histórica cuando se cuenta con cierta distancia o ha pasado suficiente tiempo.

Pero a lo mejor 2020 será para la generación de hoy y para su visión de Europa lo que la caída del Muro de Berlín fue para mi generación o el final de la Segunda Guerra Mundial para la generación de mis padres.

A lo mejor 2020 será ese momento acelerador que nos deje ver con más claridad que los europeos solo podremos afrontar unidos un futuro incierto y solo podremos llevar la vida que queremos si aunamos fuerzas.

En la recta final de este año tan raro a la vez que trágico, que es también la recta final de nuestra presidencia de la Unión Europea, parece pertinente hacer un pequeño balance: ¿dónde estamos con nuestro gran proyecto de integración del continente y adónde vamos?

Relanzar juntos una economía de futuro fuerte y soberana

En el área económica y tecnológica es donde la pandemia ha revelado más visiblemente la necesidad de más Europa.

Tres palabras son clave en este contexto:

  • La solidaridad entre los Estados miembros.
  • La resiliencia de nuestras cadenas de valor.
  • La soberanía digital.

En cuanto a la solidaridad, yo creo que ya nadie lo duda: si no salimos juntos de la crisis, no salimos.

El acuerdo del Consejo Europeo en julio sobre un total de alrededor de 1,8 billones de euros para reconstruir nuestras economías y financiar nuestras políticas comunes es una muestra clara e histórica de esta solidaridad. Una señal política de que optamos por la unión y la cohesión entre los Estados europeos y de que no se deja atrás a nadie. El acuerdo final sobre el paquete es ahora prioritario para que el dinero pueda llegar lo antes posible allí donde más se necesita y para estar a la altura del momento histórico.

Además, la pandemia ha puesto en evidencia que tenemos que reducir urgentemente nuestras dependencias de otros actores en áreas estratégicamente importantes como el sector sanitario, el sector energético, la tecnología digital, el sector alimenticio, la logística y las materias primas. Siempre que se trata de la seguridad o la salud de nuestra población, la Unión Europea debe poder garantizar un suministro seguro.

¡Debemos tener la ambición de ser un polo tecnológico propio! Para ello, debemos desarrollar nuestro mercado interior digital

Eso no quiere decir que nos despidamos del comercio libre, pero debemos reajustar el equilibrio entre la división de trabajo a nivel internacional y los riesgos que conllevan las dependencias estratégicas.

En el ámbito tecnológico, la crisis del covid-19 ha dado un gran impulso al proceso de digitalización y a la economía digital en general.

¡Debemos tener la ambición de ser un polo tecnológico propio! Para ello, debemos desarrollar nuestro mercado interior digital, fomentar la innovación en el ámbito digital y desarrollar estándares propios que sean una referencia a nivel internacional.

Por una UE con soberanía estratégica

La integración europea ha hecho posible para los Estados miembros el periodo más largo de paz en la historia milenaria de nuestro continente. Nunca ha habido en Europa un periodo de paz que durara 75 años. Al echar un vistazo al mundo, nos damos cuenta del gran regalo que constituye este proyecto de paz.

Y creo que esta función pacificadora de la integración europea sigue siendo relevante hoy en día: simplemente, porque las fronteras pierden importancia dentro de la Unión Europea. Y también porque en Europa disfrutamos de nuestra unidad en la diversidad, en lugar de invocar una exclusividad cultural o histórica nacional, que nos separa de nuestros vecinos europeos y prefiere aislarse en lugar de abrirse al patrimonio común europeo.

Sin embargo, hoy en día, debemos darnos cuenta cuanto antes de que la capacidad y voluntad de actuar juntos eficazmente en el ámbito de seguridad y defensa es un elemento esencial e imprescindible para en el futuro poder garantizar la seguridad de nuestros países frente a las posibles amenazas en un mundo cada vez más inseguro.

Tenemos la esperanza de que con el futuro Gobierno de los Estados Unidos podamos darle un nuevo impulso a la cooperación internacional

Los pasos que se han dado en el área de adquisición de armamento, en el desarrollo de capacidades, en la cooperación de la gestión civil de crisis son importantes, pero todavía insuficientes. Tenemos que ser mucho más ambiciosos en el futuro.

Además, Europa debe ser un faro para un multilateralismo eficaz. Tenemos la esperanza de que con el futuro Gobierno de los Estados Unidos podamos darle un nuevo impulso a la cooperación internacional a través de los organismos multilaterales.

Las bases de la vida en nuestro planeta

Y al final, el reto más importante: la protección del clima y de la biodiversidad.

Está claro que si no conseguimos transformar nuestra actividad económica y nuestra forma de vivir para que sea compatible con la preservación de los recursos naturales básicos, todos los demás esfuerzos no servirán de mucho porque nos quedaremos sin el planeta en que vivimos.

El pacto verde de la Comisión Europea es un ambicioso paso adelante, con propuestas que apuntan a una transformación radical de nuestra actividad económica para pasar de una economía lineal a una economía circular, que evite el consumo irreversible de los recursos naturales limitados. Ahora tenemos que ponernos de acuerdo rápidamente sobre esta agenda e implementar el pacto.

Foto: Un empleado de una gasolinera de Madrid llena el depósito de un vehículo. (EFE)

Está claro: los retos no se acaban con el final de nuestra presidencia. Sin embargo, soy optimista.

Porque veo el brío y la creatividad con que los jóvenes están en los puestos de salida para superar esos retos. Nuestro concurso #MiEuropa 2030, dirigido a universitarios, así lo ha demostrado con muchas ideas que me han impresionado.

Creo que con esta joven generación, tan consciente de los problemas como comprometida, vamos a estar a la altura de estos desafíos. Y entonces sí que podemos considerar este año 2020 como un momento histórico, como un punto de inflexión para la Unión Europea.

*Wolfgang Dold, embajador de Alemania en Madrid.

De vez en cuando, me pregunto cómo veremos este año 2020 y sus consecuencias para la Unión Europea en las próximas décadas.

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