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La vivienda es la palanca quebrada de la repoblación
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José Antonio Herce

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La vivienda es la palanca quebrada de la repoblación

La vivienda se cita en todos los informes sobre políticas de repoblación​ como una de las palancas clave para revitalizar el ámbito rural. Pero es una palanca quebrada

Foto: Oferta de vivienda y negocio en un pueblo de Palencia para evitar la despoblación. (EFE)
Oferta de vivienda y negocio en un pueblo de Palencia para evitar la despoblación. (EFE)

La repoblación de los territorios despoblados no va a ser fácil. No va a suceder de la noche a la mañana porque un extraño virus haya inoculado a los habitantes de las ciudades con la necesidad de irse al ámbito rural. El proceso que casi vació más de la mitad del territorio español de población y actividad productiva, relaciones y funciones sociales en los últimos 70 años no va a revertirse de la noche a la mañana. Además, los que se fueron ya no están y aquel éxodo en el que la gente huía de la miseria levantó llagas dolorosísimas cuyas cicatrices aún duelen en los descendientes de quienes lo protagonizaron.

Pero algo ha sucedido que está condensando y precipitando el deseo de cientos de miles de nuevas gentes que apenas saben de aquel éxodo, pero que han empezado a pulular por el medio rural con intención de dejarse enamorar por él. De personas que ya tienen una cierta familiaridad con los ámbitos rurales y que, incluso, flirtean con ellos en fines de semanas y vacaciones y que si tuvieran la necesidad o la oportunidad de establecerse allí, lo harían.

Foto: Foto: Reuters.

Lo que ha sucedido es justamente un virus, el covid-19 ha logrado de repente que la sociedad descubriese el teletrabajo y el teleaprendizaje, que muchas familias considerasen la posibilidad de instalarse en un pueblo buscando bien el 'confinamiento natural' que ofrece la España despoblaba o el mero placer de vivir las necesidades relacionales, laborales y de conciliación, especialmente duras cuando deben sobrellevarse en espacios restringidos, en casas más espaciosas dotadas incluso de una parcela y espacios naturales abiertos. Muchas familias, tras experiencias de este tipo, están pensando en instalarse en un pueblo.

Si acaban haciendo esto, se darán cuenta de que las demandas sobre los servicios sanitarios, educativos o de ocio en estos territorios estaban justificadas en buena medida. También se darán cuenta de que una de las condiciones necesarias, casi suficientes, para una vida satisfactoria en este ámbito es la disponibilidad de una vivienda funcional, adecuada a la vida actual y asequible. Esta pandemia ha hecho emerger un formidable interés por el inmobiliario rural. En este ámbito, hay muchas viviendas, muchísimas, de hecho, por cada 1.000 habitantes que residen efectivamente en él. Pero ¿tienen estas viviendas las condiciones adecuadas de habitabilidad y funcionalidad? ¿Son estas viviendas las que los potenciales nuevos pobladores solicitan o estarían dispuestos a alquilar o adquirir? ¿Es fácil identificar a los propietarios? ¿Están estos dispuestos a alquilar o vender?

Foto: Promoción de Aedas Homes en Colmenar Viejo.

La vivienda se cita en todos los informes sobre políticas de repoblación como una de las palancas clave para revitalizar el ámbito rural. Junto con las dotaciones de centros de servicios, localización de empresas y empleos, conectividad y ayudas (fiscales). Pero es una palanca quebrada.

Las dotaciones de vivienda en los pueblos adolecen de una enorme falta de adecuación funcional para la vida actual. La capacidad habitacional de calidad exigible es, en estos momentos, desconocida, a pesar de que sabemos por los censos cuántas 'viviendas' (muchas no ameritarían este nombre) hay en cada municipio. Sabemos cuál es el uso y condiciones de las que no están… desocupadas, que son la mayoría. Y debería ponerse al día la información incluyendo las viviendas desocupadas, lo que no es una operación trivial.

Si todas las condiciones necesarias antes citadas para la repoblación se diesen, pero la vivienda permaneciese en su estado actual, no lograríamos que la población se estableciera en los ámbitos rurales y la ansiada revitalización quedaría desvirtuada.

Foto: Una de las aldeas vendidas por Aldeas Abandonadas Real Estate en Galicia.

Tenemos la sensación de que el patrimonio inmobiliario radicado en las zonas despobladas es ingente. De hecho, en muchos pueblos, hay dos veces más viviendas que familias. Pero la palabra 'ingente' no solo es relativa, es también absoluta. Hay (censo de 2011), en los municipios de menos de 1.000 habitantes, 760.000 viviendas no principales (de las cuales, 187.000 están vacías) y 630.000 principales en las cuales se supone que vive una familia. Esto representa una tasa de un 54,71% de viviendas no principales sobre el total, mientras que en las ciudades de más de 500.000 habitantes, la proporción de viviendas no principales es del 16,02%. En este grupo de ciudades, el número de viviendas no principales es de 590.000 (de las cuales, 410.000 están vacías), unas 170.000 menos que en los pueblos de menos de 1.000 habitantes.

Los datos anteriores apenas rascan en la superficie del inmobiliario rural, pero no crean que hay mucha más información de sustancia. Ahora bien, quienes no viven en uno de estos, paséense por los pueblos de menos de 1.000 habitantes de vez en cuando y verán viviendas secundarias y vacías en estado calamitoso, de las que ni se conocen el o los dueños, su estado catastral o si alguien las vende.

Foto: espana-esta-en-venta-aldeas-y-pueblos-abandonados-desde-60-000-euros

Ante la oportunidad de 'vuelta al campo' que se observa, la puesta al día de las viviendas rurales disponibles es una condición sin la cual no se realizará el enorme potencial que se adivina en estos momentos. La acción descentralizada de los propietarios es fundamental, y muchos ya son conscientes de que deben poner sus activos inmobiliarios al día. Pero los responsables municipales, provinciales y autonómicos que deseen acompañar con políticas activas (ayudas a la rehabilitación, facilitación de trámites administrativos, bolsas de vivienda, vivienda social) el movimiento espontáneo de repoblación que ya se está expresando activamente en muchos lugares, necesitan saber con detalle la realidad del inmobiliario en sus pueblos, comarcas y provincias. O esas políticas tan necesarias en estos momentos no podrán diseñarse con eficacia y eficiencia. Hay que restaurar la palanca quebrada de la repoblación que es la vivienda rural.

*José A. Herce. Doctor en Economía. Socio de SIR SL. Coordinador del informe (en curso) 'La vivienda en el medio rural. Estudio de caso en un espacio rural con muy baja densidad de población. Análisis de la situación en el ámbito de trabajo de la Asociación Tierras Sorianas del Cid y propuestas de actuación'.

La repoblación de los territorios despoblados no va a ser fácil. No va a suceder de la noche a la mañana porque un extraño virus haya inoculado a los habitantes de las ciudades con la necesidad de irse al ámbito rural. El proceso que casi vació más de la mitad del territorio español de población y actividad productiva, relaciones y funciones sociales en los últimos 70 años no va a revertirse de la noche a la mañana. Además, los que se fueron ya no están y aquel éxodo en el que la gente huía de la miseria levantó llagas dolorosísimas cuyas cicatrices aún duelen en los descendientes de quienes lo protagonizaron.

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