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La era de la revolución del inversor
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La era de la revolución del inversor

Estamos ante el momento fundacional de un nuevo entorno: todos los participantes en el mercado deben aprender a vivir en este universo distinto, sin fronteras

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El gran 'shock' desencadenado por la pandemia ha generado traumas y cicatrices algunas de las cuales quizá nunca lleguen a cerrarse del todo. Pero, al mismo tiempo, en medio de esta oscuridad, el lado positivo ha estado en cómo esta crisis ha acelerado la adopción digital. Tecnologías que hubieran tardado años en asentarse en nuestra vida se adoptaron en cuestión de meses. El coronavirus ha transformado nuestra forma de relacionarnos con prácticamente todo, incluso con los mercados financieros. Esta revolución tecnológica ha desencadenado otra cuyas implicaciones son igual de profundas: la del pequeño inversor.

Esta dinámica se puede ilustrar con un dato revelador: la participación minorista en los mercados bursátiles estadounidenses ha saltado de un promedio histórico del 10% al 25%. Para ver una participación minorista tan elevada hay que remontarse a la burbuja de las puntocoms, si bien ahora el volumen de tráfico de información accesible a través de las redes digitales hace que el panorama sea totalmente distinto al de aquella ocasión. Para que esta transformación se haya hecho realidad, ha sido necesario que se alinearan tres grandes tendencias: para empezar, un entorno global con visos de ser duradero en el tiempo de tipos de interés a cero, e incluso negativos en algunos casos; un conocimiento más profundo por parte del pequeño inversor de aspectos como el impacto de la inflación en el valor de sus ahorros y, por último, la velocidad de la adopción tecnológica.

Las barreras se están empezando a derribar en los mercados financieros. Estamos ante el momento fundacional de un nuevo entorno

En conclusión, las barreras se están empezando a derribar en los mercados financieros. Estamos ante el momento fundacional de un nuevo entorno: todos los participantes en el mercado deben aprender a vivir en este universo distinto, sin fronteras. Y esto es algo en lo que, desde eToro, siempre hemos creído. Nosotros fundamos la plataforma en 2007 porque queríamos que el acceso a los mercados fuera más sencillo para todos.

El empoderamiento de los inversores

Esto se traduce en un empoderamiento de los inversores, que toman las riendas de su vida financiera. Ahora bien, citando a uno de mis personajes de cómic favoritos, Peter Parker/Spiderman: "Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad". Si la formación es clave en todos los ámbitos de la vida, no lo es menos en el mundo de las inversiones financieras. Es especialmente importante que los inversores actúen con la debida diligencia. Los inversores deben investigar bien sus posibilidades, leer, documentarse, aprender de las experiencias de otros inversores y compartir las suyas propias, para seguir alimentando el gran libro colectivo sobre la inversión, porque nadie puede ser experto de todas las materias. Es fundamental asegurarse de que el perfil de riesgo/rendimiento de un determinado activo coincide con el propio. Ahora, no voy a citar a otro superhéroe, sino a un hombre al que admiro y que para mí es una referencia en los mercados: Warren Buffet. Sigan una máxima muy sencilla que aplica este gurú de las finanzas: no inviertan en aquello que no entienden. Y añado otra más: no inviertan un dinero del que no se puedan permitir prescindir completamente.

No en vano, la liquidez, el riesgo y la volatilidad son factores que siempre es necesario tener en cuenta. Cada vez hay una mayor interacción de las redes sociales con los mercados, anticipando o exacerbando movimientos. En circunstancias en que una acción sube meteóricamente de precio, urgimos a nuestros usuarios a que sean cautelosos y no inviertan en un determinado valor simplemente porque está subiendo. Mientras que tratar de eliminar enteramente los riesgos de mercado no es realista y quizá el mayor riesgo es no tomar ninguno, la principal cuestión es cómo reducir el riesgo, más que evitarlo. La respuesta es la diversificación. Este concepto, que le valió a su autor, Harry Markowitz, el Premio Nobel, se acuñó en 1952 y sigue siendo relevante hoy. Se puede ejemplificar bajo el conocido proverbio: no pongas todos los huevos en la misma cesta.

Los inversores deben enfocar su mira en el largo plazo y atrapar la gran rentabilidad

También veo otro aspecto a tener en cuenta: hay mucha efervescencia en torno a algunos sectores que se han beneficiado del momento actual. Pero los inversores deben de tener la capacidad de enfocar su mira en el largo plazo y atrapar la gran historia de la rentabilidad, no solo intentar subirse a las olas del corto plazo. De hecho, se ha probado consistentemente que tratar de hacer ‘market timing’ conduce con mucha frecuencia a resultados desastrosos.

Por otro lado, como señalábamos al principio, estamos en entornos completamente diferentes a los que había entre finales del siglo XX y comienzos del periodo actual. En la era de las puntocoms, los mercados eran más locales y más cerrados; pero, en la actualidad, el mundo está mucho más interconectado y muchas personas están interesadas en activos o valores cotizados. En definitiva, hay más conexión entre los inversores para intercambiar información entre sí y eso es positivo y útil para invertir.

Siempre he sido un gran creyente en la tecnología. Lo nuevo suele despertar recelos entre muchos, pero mi visión es que tecnologías como 'blockchain' pueden realmente ayudar a resolver algunos de los males endémicos del mundo; pueden ayudar a bancarizar a amplias partes de la población mundial que hoy no tienen acceso al sistema financiero, lo que limita gravemente sus perspectivas futuras. La crisis sanitaria mundial ha generado un amplio consenso en torno a la idea de que es necesario introducir una mayor sostenibilidad en el sistema económico mundial, ya que la crisis ha agravado los desequilibrios sociales ya existentes. Es el momento de actuar en consecuencia.

Acceso a activos económicos básicos

Esa es la razón de ser de nuestra iniciativa sin ánimo de lucro GoodDollar, que ya ha empezado a intentar igualar el campo de juego, desarrollando un criptoactivo basado en los principios de la renta básica universal (UBI). La visión de GoodDollar es la de un mundo en el que todos tengan acceso a activos económicos básicos, y su objetivo es regalar pequeñas cantidades de ingresos básicos para incorporar a nuevos usuarios al espacio de los activos digitales. La solución incluye una criptodivisa, G$, que se distribuye como UBI (renta básica universal) y un monedero digital UBI.

No venimos de vivir solamente un año extraordinario, eso sería minimizar lo que ha ocurrido; las consecuencias serán duraderas. Y mi propia gran conclusión es que el deseo de conectar con los demás está en el corazón del impulso que ha recibido la adopción tecnológica. Ese es el punto de partida de un 'círculo virtuoso' por el que una mayor adopción tecnológica dará lugar a un refuerzo de las capacidades, lo que, a su vez, aumentará la confianza y fomentará la adopción en la era de la revolución del inversor.

*Yoni Assia es CEO y cofundador de eToro.

El gran 'shock' desencadenado por la pandemia ha generado traumas y cicatrices algunas de las cuales quizá nunca lleguen a cerrarse del todo. Pero, al mismo tiempo, en medio de esta oscuridad, el lado positivo ha estado en cómo esta crisis ha acelerado la adopción digital. Tecnologías que hubieran tardado años en asentarse en nuestra vida se adoptaron en cuestión de meses. El coronavirus ha transformado nuestra forma de relacionarnos con prácticamente todo, incluso con los mercados financieros. Esta revolución tecnológica ha desencadenado otra cuyas implicaciones son igual de profundas: la del pequeño inversor.

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