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Intimidación y venganza: amordazar la libertad de expresión
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Intimidación y venganza: amordazar la libertad de expresión

El diálogo se hace cada vez más trabado. Y si eres muy crítico, aquel con el que lo eres puede llegar a tratar de acallar tus críticas, y no siempre con razones

Foto: Ilustración: Enrique Villarino.
Ilustración: Enrique Villarino.

Para sentar las bases de mi reflexión y con objeto de que todos estemos hablando de lo mismo, permítanme acudir a la RAE para dejar claras las definiciones:

Intimidar: Causar o infundir miedo.
Intimidación: Acción y efecto de intimidar.
Venganza: Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos.
Amordazar: Impedir hablar o expresarse libremente, mediante coacción.
Coacción: Fuerza o violencia física o psíquica que se ejerce sobre una persona para obligarla a decir o hacer algo contra su voluntad.

Creo que ya estamos en disposición de poder entender todos lo mismo. Y les aseguro que para mí es muy importante que se entienda todo bien.

Estamos en un momento complicado. Sin ánimo de señalar a nadie, que cada cual entienda si le afecta o no mi reflexión, el diálogo se hace cada vez más trabado. Y si eres muy crítico, aquel con el que lo eres puede llegar a tratar de acallar tus críticas, y no siempre con razones. Ya conoce el lector que ‘obras son amores y no buenas razones’. Son muchas las obras que atestiguan lo que digo. Busquen ustedes en el baúl de sus recuerdos y seguro que disponen de un amplio catálogo de obras.

Obviamente, la táctica de hacer callar con la intimidación y la venganza es mucho más poderosa para quienes tienen la sartén por el mango. Y, por esta razón, el poder permite acallar o cerrar más bocas que el David que no cuenta más que con su honda, si bien deben recordar los Goliat que, al final del cuento, fue esta arma la que acalló al gigante. Pero no deja de ser perverso que quien administra, muchas veces por cuenta de quien alza la voz, utilice las herramientas correspondientes con objeto de intimidar o vengarse de quien le critica.

Herramientas para coaccionar a los críticos

La desproporción en el uso de la fuerza, en el orden penal, incluso para defenderse, supone un agravante para el que se ha defendido más allá de lo razonable. Sin embargo, la intimidación o venganza con el uso desmedido de medios cuya finalidad no es esa, sino la de controlar y gestionar adecuadamente los bienes comunes, no tenga pena.

No puede ser que las herramientas que ponemos en manos de dirigentes para que alcancen un bien común sean utilizadas para coaccionar a aquel que critica a quien las gestiona. Aquellos que nos representan, gestionan nuestros bienes o, simplemente, se exponen a lo público deben estar abiertos a las críticas. Incluso cuando estas exceden lo razonable, deben saber asumir y aguantar la crítica. Y si no están preparados para comportarse, que renuncien a su puesto.

Aquellos que nos representan deben estar abiertos a las críticas, incluso si exceden lo razonable

Entiendo perfectamente que el poder seduzca a mucha gente. Pero como dice el famoso adagio (referido a la espada de Damocles), “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Si bien la cita se popularizó en los cómics de Spiderman, parece que no ha calado con la suficiente fuerza entre muchos de nuestros grandes administradores públicos y privados.

Basta ya de acallar las críticas por la fuerza, la intimidación y la venganza y aprendamos a acabar con ellas. No ignoro que una parte de la crítica es soez, falsa, incierta…. Y a veces también desmedida. Pero eso no implica que el criticado ponga toda la artillería de la que dispone, y que no es suya, sino de todos nosotros, para matar al mensajero.

Basta ya de acallar las críticas por la fuerza, la intimidación y la venganza y aprendamos a acabar con ellas

Afortunadamente, hay muchas voces que tratamos de identificar lo que es mejorable, aquello que perjudica a los ciudadanos, aquello que si lo mejoramos nos permitiría vivir mejor. A veces tratan de callarnos, se vengan y nos quitan servicios. Pero todo vale por el bien común. Al menos para mí.

Al llegar aquí, alguno se habrá preguntado si me estoy refiriendo a alguien en concreto; o a alguna situación sufrida. Muchos habrán empatizado con estas líneas porque seguro que han sufrido la situación. Por ahora, no quiero señalar a nadie, pero sí denunciar que estamos ante un uso abusivo del poder, en algunos casos. Y no lo podemos permitir. Por eso, les animo a denunciar este tipo de prácticas si las están sufriendo. Entre todos puede que las aplaquemos.

*Fernando J. Santiago Ollero es presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos.

Para sentar las bases de mi reflexión y con objeto de que todos estemos hablando de lo mismo, permítanme acudir a la RAE para dejar claras las definiciones:

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