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Como la mujer del César: ser y parecerlo

Los controles están para establecerlos y para cumplirlos. Y la división de funciones responde a la necesidad de fijar cautelas que garanticen los trámites a los ciudadanos

Foto: Foto: Freepik.
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Igual alguno de ustedes ha leído recientemente un artículo de opinión sobre ser 'juez y parte', referido al afán de los notarios de abarcar más tareas en su negociado: además de dar fe pública, quieren hacerle las gestiones a los clientes. Con independencia del peligroso juego que supone que cada profesión abandone su esencia y se adentre en las funciones de otros (algo que aclararé más adelante), este deseo de acaparar más negocio puede suponer abandonar el papel que cada profesión asume con el objeto de ofrecer garantías a los trámites jurídicos.

Es evidente la separación de actividad que se estableció cuando se le daba al gestor la varita de preparar el trámite; al notario la de dar fe pública de que lo recogido en el documento reflejaba lo que deseaban las partes y al registrador se le otorgaba el poder de que lo acordado quedara reflejado en los libros oficiales, a disposición de quien quisiera consultar y con la cautela de que una misma acción no se pudiera llevar a cabo varias veces.

Foto: Juanma Moreno y Daniel Sirera saludan a Xavier Trias. (EFE/Quique García)

El triángulo era prefecto. Y el consumidor/ciudadano/empresario estaba protegido. Pues bien, parece que el negocio se les hace pequeño a algunos y quieren pescar en los caladeros de otros negociados. Nada tengo que decir si la pesca la llevan a cabo diferentes colectivos con un perfil similar. Esto es, abogados, economistas, graduados sociales y gestores administrativos, por ejemplo, podemos competir en un ámbito similar, en determinadas actividades. Será la innovación, la calidad del servicio, los diferentes acuerdos alcanzados y los canales establecidos los que nos harán diferentes a los unos de los otros.

"Si quieren ustedes abrir la mano, háganlo sin apretar el cuello de quien hoy les evita las colas en sus sedes"

Viaje usted por las noticias de internet y comprobará como graduados sociales, o el propio Correos, quieren acaparar una actividad que llevamos más de 40 años haciendo los gestores administrativos: matriculación y trasferencias de vehículos. Nada podemos decir, es legítimo. Otra cosa es que sean capaces de actuar como actuamos nosotros. El 7 de junio matriculamos en el Parlamento Europeo un coche en tres minutos, ¿cuánto tiempo les llevará a los demás hacerlo igual? Como pequeño mensaje a la DGT y a los jefes provinciales de Tráfico: si quieren ustedes abrir la mano, háganlo sin apretar el cuello de quien hoy les evita las colas en sus sedes, máxime cuando no hay recursos para atender presencialmente tanto trámite.

Los graduados sociales que desean entrar en procesos y trámites que llevamos haciendo los gestores administrativos nada deberían tener que decir si ahora queremos entrar en el ámbito de lo social, asistiendo a nuestros clientes en dicha jurisdicción, en primera instancia. Primero fueron ellos, ahora somos nosotros, el mercado es libre. Y habrá que estar pendiente de lo que tenemos que decir respecto a abogados y otros colectivos.

Todo esto es el mercado, de forma natural se regula. Y, evidentemente, quien hoy vende coches mañana puede vender mantas. Nada lo puede evitar. Solo lo que el propio mercado regule si el que trata de vender no sabe bien cómo debe hacerlo. Distinto es el cambio que desean acometer, por ejemplo, los notarios. Ya no solo por lo citado respecto a la distribución de tareas que el sentido común y la defensa del ciudadano aconsejan o, casi, obligan.

"Hoy, un gestor administrativo debe comprobar si su cliente es o no sospechoso de estar llevando a cabo una posible operación de blanqueo de capitales"

Y es que en términos de compliance, o más en concreto, de normativa como la relativa a Prevención del Blanqueo de Capitales, deberían obligar. Resulta que, a poco que la Administración abra la mano, una misma figura se podría convertir en el único sujeto obligado ante el SEPBLAC. Hoy, un gestor administrativo debe comprobar si su cliente es o no sospechoso de estar llevando a cabo una posible operación de blanqueo de capitales. Si lo percibe, debe denunciar y no colaborar en que la operación se lleve a cabo. Pero si alguien le prepara los papeles, estará detrás el notario, quien es también sujeto obligado y podrá bloquear la operación. Vemos pues que, al menos, son dos profesionales los que se tienen que poner de acuerdo para que una operación sospechosa se lleve a cabo.

Si el ejecutor es el mismo que quien la prepara, habremos perdido posibilidades de bloqueo. Imaginen que en un futuro luchen también los notarios por inscribir las operaciones en los registros. ¿Verdad que no tiene sentido? Salvo que usted sea notario, estoy casi seguro que está de acuerdo conmigo. Insisto en una idea que ya trasladé en un artículo anterior: ¿se imaginan que quienes hacemos los estados financieros de los clientes les hiciéramos también la auditoría? Pues eso.

Los controles están para establecerlos y para cumplirlos. Y las murallas chinas para respetarlas. Y la división de funciones responde a la necesidad de fijar cautelas que garanticen los trámites a los ciudadanos. No solo hay que ser honrados. Como la mujer del César, hay que parecerlo. Y la única manera, es mantener la división de tareas que hoy en día tenemos establecida.

"La Ley 11/2007 de acceso electrónico a los Servicios Públicos hizo pensar a muchos que los gestores administrativos desapareceríamos"

Si ustedes quieren mejorar su negocio, échenle imaginación y busquen nuevas fuentes que no invadan otras funciones, reduciendo así la protección del ciudadano. Seguro que encontrarán cantidad de caladeros donde pescar; y si no es así, igual es porque no han sido capaces de mantener su actividad en el nivel que un día tuvieron. El mercado está en permanente evolución y hay que estar peleando cada día por mantenerlo. No se puede pensar que el cliente está cautivo y olvidarnos de atenderle.

La Ley 11/2007 de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos hizo pensar a muchos que los gestores administrativos desapareceríamos. Hoy estamos más preparados que muchas otras profesiones para afrontar una verdadera y total digitalización de la Administración. Hoy podemos atender a nuestros clientes, propietarios de pequeños y medianos negocios, no sólo con productos y servicios, sino también con consultoría. Hemos sido capaces de reinventarnos. Y, lo mejor, seguimos reinventándonos. ¿Entraremos en competencia con otros colectivos? Claro, como los otros tratan de competir con nosotros. Pero solo en aquellas actividades recogidas dentro de lo lógico de nuestra actividad. Aquellas para las que estemos preparados.

Por eso, no confundir: lo que hoy reclamo aquí es no reducir las fronteras entre profesiones que son necesarias para mejor garantía de los ciudadanos. Y el compliance marca un claro límite: si perdemos niveles de control en estos aspectos, no es recomendable acceder a la petición de más negocio en este sentido. Seguro que tienen ustedes, notarios, otras formas de dar servicio, como que se puedan hacer los trámites online, que serán bienvenidas. De otra forma, procuraremos alzar la voz para preservar las garantías de nuestros ciudadanos. Insisto, la competencia, que la tenemos, no nos asusta, la inseguridad, sí.

* Fernando Jesús Santiago Ollero es presidente del Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos.

Igual alguno de ustedes ha leído recientemente un artículo de opinión sobre ser 'juez y parte', referido al afán de los notarios de abarcar más tareas en su negociado: además de dar fe pública, quieren hacerle las gestiones a los clientes. Con independencia del peligroso juego que supone que cada profesión abandone su esencia y se adentre en las funciones de otros (algo que aclararé más adelante), este deseo de acaparar más negocio puede suponer abandonar el papel que cada profesión asume con el objeto de ofrecer garantías a los trámites jurídicos.

Dirección General de Tráfico (DGT) Burocracia
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