La economía circular: más que objetivo verde, agenda de reindustrialización necesitada de acuerdos políticos transversales

Como sabrán muchos lectores, la EC persigue maximizar el valor de la producción con empleo mínimo de recursos vírgenes, minimizando el impacto ambiental (ej. reducción de emisiones GEI, preservación de biodiversidad) a través de 5 mejores prácticas:

• El ahorro de recursos y el uso de fuentes renovables (ej; ecodiseño; piezas de automóvil a base de bioderivados)
• La valorización de residuos (ej; plásticos, piezas usadas re manufacturadas en vehículos nuevos, construcción con materiales reciclados, “minería urbana” para recuperar minerales críticos de electrodomésticos).
• La extensión de vida útil (ej. automóviles, teléfonos móviles, línea blanca) mediante diseño modular, nuevos materiales de larga duración y mantenimiento predictivo.
• El producto como servicio (ej. bienes de equipo, mobiliario, prendas) permitiendo alargar la vida útil.
• El uso compartido (ej. movilidad, plataformas de reventa 2ª mano de bienes de consumo).

Tanto la UE como los estados miembros han lanzado iniciativas de EC con metas cuantificadas y planes (España: EEEC2030, Ley de residuos 2022, Planes Estratégicos de Recuperación y Transformación Económica - PERTE - , normas de garantía extendida).

Si bien la EC se percibe a menudo como agenda “verde”, en realidad, su impulso tiene tanto o más sentido desde una perspectiva de reindustrialización y potenciación de empleos de remuneración media y elevada.

A modo de ejemplos; el déficit comercial energético cerró 2022 en 52.000 millones de euros, el 4% del PIB. En dicho contexto, la potenciación del ahorro energético y de la generación de combustibles sintéticos a partir de residuos urbanos e industriales, tiene una enorme importancia desde el punto de vista del empleo y de la generación de valor, además de ventajas ecológicas obvias. Por otra parte la UE espera que la EC genere no menos de 700.000 empleos en los próximos años (actividades de gestión y tratamiento de residuos, de extensión de vida útil, de ecodiseño e I+D+i aplicado, etc.)

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En la actualidad entre un 34% y un 82% de empresas españolas (según el sector) ya realiza actividades de EC y tienen objetivos relacionados con la misma. Además, en los próximos 3 años una amplia mayoría considera que los 5 modelos de EC serán motores del negocio.

Sin embargo, las empresas advierten sobre obstáculos a la transición. Entre las barreras externas más importantes, señalan; mercados de bienes y materiales circulares no desarrollados; normativas, ayudas e incentivos que dificultan la rentabilidad de la EC; infraestructuras de recogida y valorización de residuos con escala y calidad insuficientes e inadecuación de las compras públicas.

Entre las barreras internas más importantes; la inercia de los modelos de negocio tradicionales (con visión a corto plazo), desconocimiento del potencial de la EC y de las tecnologías asociadas y falta de formación.

Entre un 34% y un 82% de empresas españolas (según el sector) ya realiza actividades de EC y tienen objetivos relacionados con la misma

El proyecto reciente “Economía Circular España” realizado por Jaime Ferrer, Funseam (Joan Batalla, Manuel Villa), Tecnocampus (Mar Isla), Cátedra Sostenibilidad UPC (Jordi Morató, Brent Villanueva), Accenture (Nino Herrería, Alvaro Remon) centrado en 11 sectores (contando con la colaboración de más de 100 empresas y administraciones), ha puesto de manifiesto la necesidad de apostar por 4 ejes de transformación para conseguir la implantación a escala de la EC de manera rentable.

Si bien algunas medidas recomendadas por empresas y autores, están recogidas en la legislación recientemente aprobada, otras todavía no lo están:

1) Potenciar la demanda circular (ej. ecoetiquetados obligatorios, tipificación legal del residuo recuperado, cuotas obligatorias de contenidos reciclados crecientes, compras públicas con criterios de EC, extensión de acuerdos sectoriales de responsabilidad de productores a todos los sectores que faltan – ej. automoción, bienes de consumo, textil, construcción - )
2) Potenciar la oferta circular mediante programas público-privados en todos los sectores clave con metas circulares, ayudas directas y fiscalidad favorables para la rentabilización de la EC (ej. IVA desgravado para materiales EC y bienes de vida extendida, desgravaciones para negocios e inversiones circulares, como ocurre en Suecia y otros países).

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3) Desbloquear cuellos de botella en I+D+i acelerando la inversión con foco en las PyME, tanto en tecnologías 4.0 (ej. IoT e IA para diseño modular, robótica en sustitución de componentes, “blockchain” para trazabilidad, bancos de materiales circulares, fabricación en proximidad con 3D), como en tecnologías de recogida y valorización (énfasis en reciclajes complejos; ej. plásticos, composites, fibras textiles, combustibles sintéticos) y en desarrollo de nuevos materiales (ej. bioderivados).
4) Potenciar infraestructuras transversales ( por ej. red estatal de centros de tratamiento de residuos con capacidad y calidades necesarias para cumplir con EEEC2030, redes intermodal de transporte y logística de última milla conectadas, redes energéticas inteligentes y colaborativas).

Para convertir la EC en un auténtico vector de reindustrialización, son necesarias intervenciones a niveles sectorial y transversal a la vez, lo cual exige colaboración público privada, correctamente diseñada; con métricas objetivo, gobernanza ágil y recursos mixtos (y foco en PyME).

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Oportunidades y riesgos sectoriales

Para resaltar la importancia de la misma cabe resaltar las oportunidades y los riesgos con algunos ejemplos:

Sector de automoción. Como sabrán muchos lectores, España es el 2º fabricante europeo de vehículos y de componentes auxiliares. Dado que el motor eléctrico contiene un número muy inferior de componentes, además de una oportunidad, el VE constituye una amenaza. Por lo tanto, además de favorecer la transición al VE, la reconversión hacia la EC (ej. reproceso de piezas usadas, reconversión de VCI usados en VE, reciclaje de plásticos, I+D en nuevos materiales) constituye un imperativo industrial y no sólo ambiental.

Sirva de ejemplo que además de dominar las tecnologías del VE, China ha declarado la “remanufactura” de coches como actividad prioritaria y estratégica. A su vez, Francia ha impulsado muy activamente el “retrofit” (reconversión) de vehículos usados de combustión en eléctricos (mediante desgravaciones fuertes).

Además de favorecer la transición al VE, la reconversión hacia la EC constituye un imperativo industrial y no sólo ambiental

En modo análogo, la transición del sector de la construcción hacia la edificación industrializada (a base de componentes y materiales reciclables) no es una opción simplemente “ecológica” sino un arma de reindustrialización y mejora de la calidad del empleo (la construcción industrializada además de ser más sostenible, traslada la mayor parte del valor de la obra hacia la industria, apoyándose en tecnologías más sofisticadas que la obra tradicional, generando, por lo tanto, empleos de superior calidad).

En el sector alimentario, la oportunidad de valorización de bio residuos en el mismo sector o en simbiosis con otros sectores (ej. farma, tejidos, cueros vegetales) constituye, además de un vector industrial, un instrumento de desarrollo de la “España vacía”.

Asimismo, el turismo ecosostenible apoyado en alimentación de proximidad y en la construcción sostenible, además de aumentar el valor añadido por el sector, actúa como revitalizador de zonas despobladas. En el caso del ciclo del agua, la necesidad de una gestión circular (de su recuperación para usos diversos), es tan obvia por razones ecológicas (España sufre un proceso de desertización) como económicas (nuestro sector hortofrutícola es el más importante de Europa).

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A su vez, la potenciación del textil y calzado españoles se beneficia del eco diseño innovador empleando fibras recuperadas y tejidos a base de bioderivados, permitiendo una diferenciación respecto de la competencia internacional.

También, la recuperación de plásticos constituye una palanca de industrialización en crecimiento.

Urgencia de consensos políticos transversales

Si bien los PERTE sectoriales aprobados incorporan metas de EC (habiéndose aprobado también un PERTE transversal de EC), todavía tienen un impulso insuficiente. De ahí que sea fundamental mantener el ritmo inversor anual en la próxima legislatura.

Independientemente del color político del próximo gobierno será crítico para la economía del país, que los bloques representados en el congreso, se pongan de acuerdo en intensificar el impulso de la reindustrialización en clave de Economía Circular.

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Sin dicho esfuerzo, nuestras empresas perderán cuotas de mercado interior y exteriores, ya que las normas UE imponen crecientes exigencias ambientales y de contenidos reciclados.

El reto para empresas y AAPP está servido (siendo igualmente urgente que las administraciones central y autonómica y las patronales, se coordinen en la materia).

*Jaime Ferrer Marrades es empresario, coordinador del proyecto EC España 2022 y profesor de EADA