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IA vs. gA: gestión por 'feeling'

Como ha pasado siempre, cada vez que la tecnología irrumpe en nuestras vidas con una innovación significativa, son varias las voces que deciden que nuestra profesión ha muerto

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Mucho se está hablando estos meses atrás, desde la irrupción en los medios y en la vida de los ciudadanos de ChatGPT, de la inteligencia artificial y, en especial, sobre el impacto que va a tener sobre el trabajo y las profesiones. Creo que se están creando unas expectativas que hoy no son posible cumplir. Les voy a explicar mi visión en lo que respecta a mi profesión.

Se define inteligencia artificial (IA) en la página web del Parlamento Europeo como "la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear". La IA permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin específico. La máquina recibe datos (ya preparados o recopilados a través de sus propios sensores, por ejemplo, una cámara), los procesa y responde a ellos. Además, son capaces de adaptar su comportamiento en cierta medida, analizar los efectos de acciones previas y de trabajar de manera autónoma.

"No consideraron que muchos ciudadanos no estarán nunca dispuestos a dedicar su tiempo a conocer el trámite y a ejecutarlo"

Como ha pasado siempre, cada vez que la tecnología irrumpe en nuestras vidas con una innovación significativa, son varias las voces que deciden que nuestra profesión ha muerto. La situación más reciente se produce en 2007, cuando se promulga la Ley 11/2007, de 22 de junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos​. Fueron numerosas las voces que decidieron que los ciudadanos, con esta ley, no necesitarían los servicios de intermediación de los Gestores Administrativos (gA).

No tuvieron en consideración varios aspectos importantes. En primer lugar, el ciudadano no estaba digitalizado. La existencia del iPhone, luego del iPad, el reloj inteligente, por poner algunos ejemplos, no confiere la naturaleza de digitalizados a sus usuarios. ¿Cree usted que le saca partido al 100% a su smartphone o a su tablet? Pues la mayoría de los ciudadanos seguro que está más o menos como usted.

En segundo lugar, porque la Administración no estaba digitalizada. Ni lo estaba entonces, ni lo está 16 años después. Y, en tercer lugar, porque no consideraron que muchos ciudadanos no estarán nunca dispuestos a dedicar su tiempo a conocer el trámite y a ejecutarlo. Prefieren que sea un tercero el que realice en su nombre los trámites.

Ahora, es la inteligencia artificial la que está poniendo en cuestión nuestra supervivencia. Tenemos que competir, dicen los expertos, con la capacidad de generar procesos automatizados por parte de esta tecnología, que permitan al ciudadano, al autónomo y a la pyme resolver sus trámites sin que sea preciso acudir a un gA. ¿Es esto realmente posible? Analicemos con detalle.

"A menudo ChatGPT comete errores de bulto; extrapola cuando le falta información y hace suposiciones"

Primero, veamos cuál es el estado real de la IA. Es obvio que, en lo que se refiere a la automatización de procesos repetitivos, puede ayudar mucho, generando importantes eficiencias en los procesos. Luego veremos esto qué significa, pero es hasta ahí donde alcanzan las posibilidades de la IA. Son muchas las personas que acceden a ChatGPT con la esperanza de que les ayude a realizar sus informes, relacionados con temas económicos o legales, o vinculados a otros aspectos profesionales. Pero aún está muy lejos de resolver este tipo de actividades, pues se nutre de la información a la que puede acceder en fuentes abiertas y no siempre esta es completa. Busque usted su perfil a través de ChatGPT. A menudo comete errores de bulto; extrapola cuando le falta información y hace suposiciones con base en la consulta que se le realice.

Segundo, hay muchas de las tareas que requiere un autónomo o una pyme que precisan de una información mucho más estricta y certera que la que somos capaces de solicitar cuando interrogamos a ChatGPT. Usted puede disponer de un programa de facturación y de contabilidad, pero no le pida al programa que piense cómo planificar mejor sus impuestos. Por supuesto, el programa cuenta con toda la información fiscal aplicable, pero hasta ahí… y no estoy hablando de cometer ninguna ilegalidad, pero siempre hay fórmulas para aplazar el pago del impuesto. No, no me estoy refiriendo al fraccionamiento, sino a una inversión que iba a hacer el próximo año, y que en diciembre el gA le va a recomendar hacerla este año, porque se la van a pagar los impuestos, por poner un ejemplo.

"El problema reside en aquello que cree conocer a la perfección y no lo contrasta. Es ahí donde la experiencia del gA entra en juego"

Y finalmente, ¿cómo interrogamos a un programa o a ChatGPT sobre el futuro de la compañía?, ¿qué decisiones se deben tomar?, ¿hacia dónde debe ir nuestra gestión?, ¿con qué bancos trabajar?, ¿cómo negociar con los proveedores? Seguro que, con el paso del tiempo, según vaya aprendiendo, la IA se acercará más a recomendarnos este tipo de actuaciones. Hoy no lo hace bien y todavía falta para que lo haga.

Pero es que la confesión de un empresario con el gA, conversación abierta, donde quien pregunta es el gA y no el empresario (como en ChatGPT) puede permitir conocer con más profundidad qué necesita, y este gestor va a poder hacer más eficaz su asesoramiento, a planificar mejor financieramente, también fiscal y laboralmente. Le va a recomendar de manera más ajustada sobre la naturaleza jurídica del negocio, o le va a asesorar sobre clientes o proveedores, sobre cualquier temor que sobrevuele la actividad del cliente.

"Estás en tu derecho a probar, pero ten un plan B por si acaso, y que cualquier error, omisión o incongruencia no te arruine el negocio"

A menudo, los problemas no se encuentran en lo que el empresario pregunta. Sus dudas serán resueltas tras la pregunta. El problema reside en aquello que cree conocer a la perfección y no lo contrasta. Es ahí donde la experiencia del gestor administrativo entra en juego e indaga sobre aquellas otras cosas sobre las que el cliente no tiene dudas. ¿Cómo se resuelven estos problemas con la IA? ¿ChatGPT te devuelve su explicación en forma de preguntas para ver si te estás dejando algo importante sin resolver? El feeling del gA, su experiencia y el conocimiento del cliente va a ser difícil sustituirlo por IA. ¡Y el día que se consiga….!

No creo que nuestras generaciones vean cómo esta tecnología resuelve todos esos aspectos, sin vulnerar principios morales o deontológicos. La inteligencia artificial te puede ayudar a mejorar procesos, incluso a abaratarlos. Pero cuando necesites una opinión, un consejo, planificar, crecer…, ¿crees que será mejor preguntarle a la máquina que a tu gestor administrativo de confianza? Estás en tu derecho a probar, pero ten un plan B por si acaso, y que cualquier error, omisión o incongruencia no te arruine el negocio. Si lo hace tu gA, su seguro de responsabilidad civil saldrá al rescate.

* Fernando Jesús Santiago Ollero es presidente del Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos.

Mucho se está hablando estos meses atrás, desde la irrupción en los medios y en la vida de los ciudadanos de ChatGPT, de la inteligencia artificial y, en especial, sobre el impacto que va a tener sobre el trabajo y las profesiones. Creo que se están creando unas expectativas que hoy no son posible cumplir. Les voy a explicar mi visión en lo que respecta a mi profesión.

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