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La innovación, clave para el bienestar en España
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La innovación, clave para el bienestar en España

El reducido peso de la innovación es un factor clave del bajo nivel de productividad. En el promedio del periodo 2000-2021, la ratio del gasto en I+D+i sobre el PIB se situó en el 1,2%

Foto: Foto: Freepik.
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Recientemente, el Banco de España ha identificado la convergencia de la renta per cápita española con la de la Unión Económica y Monetaria (UEM) como uno de los grandes retos de la economía española. En concreto, nuestra renta per cápita es un 17% inferior a la de la UEM y, si bien ha mejorado en cuatro puntos desde 1978, ha empeorado en ocho puntos desde 2005.

La baja productividad es una de las principales causas de esta brecha negativa, y el reducido peso de la innovación es un factor clave del bajo nivel de productividad. En el promedio del periodo 2000-2021, la ratio del gasto en I+D+i sobre el PIB se situó en el 1,2%, 0,8 puntos porcentuales por debajo de la media de la UEM. De ahí la importancia de fomentar la innovación como palanca generadora de renta y bienestar para la sociedad.

"Es una verdadera pena observar que la innovación monitorizada en el estudio haya bajado en un 45% entre 2010-2022"

En el ámbito concreto de los alimentos y demás productos de consumo en el hogar, el último estudio anual Radar de la innovación en gran consumo, de la consultora Kantar, presentado recientemente, ha destacado asimismo la importancia de la innovación. El estudio señala que la innovación incrementa el valor de los mercados un 15% adicional. Nadie va a descubrir ahora la importancia de la innovación, pero conviene recordar este dato una y otra vez, porque la memoria a veces es muy corta. Siendo así, es una verdadera pena observar que la innovación monitorizada en el estudio haya bajado en un 45% entre 2010-2022. Es decir, que llevamos al menos 12 años destruyendo valor y bienestar en un sector industrial líder de nuestro país.

La razón fundamental es que algunas cadenas líderes de supermercados, como por ejemplo Mercadona y Lidl, no apoyan a la innovación, referenciando menos de un 10% de los productos innovadores lanzados al mercado por las marcas de fabricante. De esta forma, la innovación solo alcanza un 29% de distribución. Este nivel de presencia tan reducido en tiendas no permite al fabricante recuperar la alta inversión que exige el esfuerzo innovador. Por tanto, se desincentiva dicho esfuerzo.

Esta baja referenciación de las innovaciones por parte de algunas cadenas de distribución no resulta comprensible, porque la innovación supone unas ventas adicionales —entre un 9% y un 36%— para todas las cadenas. ¿Será que se prefiere proteger a la propia marca del distribuidor, aun a costa de vender menos?

"La reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria realizada en 2021 hace un primer intento encomiable de proteger la innovación"

¿Es esta la competencia empresarial que interesa al país? El estudio comentado es meridianamente claro en este punto. Señala que la innovación de las marcas de fabricante genera un 18% de valor adicional, mientras que las de las de la distribución no generan valor adicional para los mercados.

Desde Promarca, pedimos a las autoridades que tomen cartas en este asunto para promover la competencia leal. El sector de gran consumo es clave para el progreso de nuestra economía. Cuando los mercados no funcionan en un elemento tan importante como la innovación, hay que actuar. La reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria realizada en 2021 hace un primer intento encomiable de protegerla. La aplicación de la ley y, si es necesario, su reforzamiento, no debe demorarse más.

Esto y un paquete de incentivos fiscales para los distribuidores que apoyan a la innovación serían dos pasos claves para corregir estas conductas nocivas y conseguir un crecimiento de la innovación, de la productividad, del PIB y de la renta per cápita, es decir, el bienestar de la sociedad española. A España le hace falta.

*Ignacio Larracoechea es presidente de Promarca.

Recientemente, el Banco de España ha identificado la convergencia de la renta per cápita española con la de la Unión Económica y Monetaria (UEM) como uno de los grandes retos de la economía española. En concreto, nuestra renta per cápita es un 17% inferior a la de la UEM y, si bien ha mejorado en cuatro puntos desde 1978, ha empeorado en ocho puntos desde 2005.

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