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El turismo, el alumno aplicado (y olvidado) de la economía española
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Gabriel Escarrer Jaume

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El turismo, el alumno aplicado (y olvidado) de la economía española

Nos llama tanto la atención que el turismo español no haya podido beneficiarse (apenas) de la mayor oportunidad de las últimas décadas para transformar su modelo: los Fondos Next Generation

Foto: Foto: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press.
Foto: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press.

El año 2023 no podría haber concluido mejor a nivel turístico: nuestro sector ingresó la cifra de 186.500 millones, un 12,8% del PIB global del país, siendo responsable nada menos que del 70,8% del crecimiento de toda la economía (+ 2,4%), respecto a 2022. Además, este crecimiento se produjo de manera equilibrada entre los distintos destinos de costa, islas, y ciudades turísticas, con un mayor peso de las islas, cuyo crecimiento alcanzó el 25% en algunos casos. Esto conllevó también un fuerte crecimiento del empleo neto en el sector, con 95.000 empleos más que en el año anterior, una aumento del salario medio del 4,4%, y una reducción de la tasa de temporalidad a niveles nunca antes conocidos.

Este éxito no ha sido casual, o simplemente fruto de la coyuntura favorable posterior al covid, que propició una explosión de la demanda de viajes y experiencias, como reacción a la tragedia social y restricciones padecidas. Es además, y sobre todo, el resultado de muchos años de trabajo, y de 'hacer bien las cosas' por parte del sector turístico, compuesto por las empresas privadas y por los destinos, sus comunidades locales y sus administraciones propias.

De San Sebastián a las islas

En el reciente Foro de Liderazgo Exceltur, celebrado en vísperas de la feria Fitur, pudimos compartir muchos casos de éxito de nuestro turismo. Un ejemplo es la ciudad de San Sebastián, que ha sabido transformarse para ser un gran receptor de turismo. Siempre bajo el prisma de la calidad por encima de la cantidad, conteniendo el crecimiento descontrolado de las Viviendas de Alquiler Turístico y primando la planificación y el cumplimiento de las normas por todos los actores involucrados.

Asimismo, escuchamos otros ejemplos como los avances de la Comunidad Valenciana en su apuesta por la economía verde y por renovar sus infraestructuras, con obras tan esperadas como la ampliación del puerto de Valencia o la apuesta por el turismo deportivo; o el impulso de las Islas Canarias hacia el turismo de calidad y la mejora de su conectividad en colaboración con las líneas aéreas.

En la misma línea, la estrategia de las Islas Baleares que, desde la Ley General de Turismo del año 2012, mantenida y perfeccionada en algunos aspectos por los Gobiernos sucesivos, ha evitado la irresponsable volatilidad de las políticas turísticas, modificando el rumbo con cada cambio de legislatura. Sin olvidar tampoco la hoja de ruta de turismo sostenible hasta 2027 de Andalucía, que explicó su presidente, con focos tan importantes como la sostenibilidad ambiental, el empleo, la formación, la innovación, la tecnología, el marketing y el avance en la cogestión público-privada.

"Hubiera podido inducir una importante transformación competitiva en los destinos pioneros si se hubiera destinado a un PERTE"

Por mi parte, durante mi intervención tuve la oportunidad de recordar cómo en Meliá fuimos impulsores de la transformación de uno de estos destinos, Magaluf, en Mallorca, que tras diez años de fuerte inversión privada (más de 250 millones de euros solo por parte de nuestra compañía y sus socios) en colaboración con las instituciones, se reconvirtió en un destino donde predominan el turismo familiar y de parejas, los hoteles de 4 y 5 estrellas y una oferta de ocio de calidad. Del mismo modo, ha disminuido muchísimo la inseguridad y los comportamientos incívicos como el turismo de excesos, hoy casi erradicado.

Y es que todos estos avances, auténticos casos de éxito, tienen un denominador común: han sido posibles gracias a la colaboración público-privada (y con ello incluyo también la colaboración privada-privada y la público-pública, entre los distintos niveles administrativos). Han contado con el liderazgo y el apoyo, político y/o financiero, de sus Gobiernos, Ayuntamientos y empresas.

Por ello, nos llama tanto la atención que el turismo español no haya podido beneficiarse (apenas) de la mayor oportunidad de las últimas décadas para transformar su modelo hacia uno más moderno, cualitativo, sostenible, y por ende, competitivo: los Fondos Next Generation. El Gobierno español dotó al sector con 3.400 millones de estos fondos, una suma menor a la que por su peso económico le habría correspondido. Ciertamente, hubiera podido inducir una importante transformación competitiva en los destinos pioneros si se hubiera destinado a un Plan Estratégico o PERTE, del mismo modo que se han adjudicado a otros sectores igual de importantes que el turístico, como la automoción.

En lugar de ello, los 3.400 millones del plan se distribuyeron al menudeo en pequeños proyectos a una multiplicidad de entidades locales o regionales que, en definitiva, se parece más al denostado Plan E de un Gobierno anterior que a los fondos creados por Europa para la reconstrucción y transformación de nuestro modelo productivo tras la pandemia. Por ello, ya en el tiempo de descuento seguimos apelando a la Administración central para que haga posible la asignación al sector de aquellos fondos Next Generation no asignados, y/o pendientes de reasignación, en este último tramo de las ayudas europeas. La mayoría de destinos pioneros del litoral español, (las 'grandes fábricas' del turismo nacional) necesitan una gran y urgente intervención para detener su degradación, modernizarse y reposicionarse para seguir siendo competitivos durante los próximos años y décadas.

*Gabriel Escarrer Jaume es el presidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, además de presidente de Exceltur.

El año 2023 no podría haber concluido mejor a nivel turístico: nuestro sector ingresó la cifra de 186.500 millones, un 12,8% del PIB global del país, siendo responsable nada menos que del 70,8% del crecimiento de toda la economía (+ 2,4%), respecto a 2022. Además, este crecimiento se produjo de manera equilibrada entre los distintos destinos de costa, islas, y ciudades turísticas, con un mayor peso de las islas, cuyo crecimiento alcanzó el 25% en algunos casos. Esto conllevó también un fuerte crecimiento del empleo neto en el sector, con 95.000 empleos más que en el año anterior, una aumento del salario medio del 4,4%, y una reducción de la tasa de temporalidad a niveles nunca antes conocidos.

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