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"Salir del paso" en 2024 sería un alivio para la economía china y para el mundo
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Alicia García Herrero

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"Salir del paso" en 2024 sería un alivio para la economía china y para el mundo

Las razones de la lentísima recuperación de la economía china en 2023 son tanto coyunturales como estructurales

Foto: Foto: Reuters/Florence Lo.
Foto: Reuters/Florence Lo.

Los años de alto crecimiento de China son ya parte del pasado, como el mundo aprendió dolorosamente en 2023. A pesar de los enormes vientos de cola derivados de la salida de las políticas covid cero durante 2022, la economía china apenas logró alcanzar el cauteloso objetivo de crecimiento del 5% del PIB establecido por el nuevo primer ministro Li Qiang en marzo de 2022.

Las razones de la lentísima recuperación de la economía china en 2023 son tanto coyunturales como estructurales. En el frente cíclico, las condiciones financieras de China se han mantenido muy ajustadas en 2023, con tasas de interés reales muy altas debido a la deflación. Estas tasas de interés y las medidas represivas del Gobierno en diferentes sectores han perjudicado a quienes necesitan financiación, especialmente al sector privado, que sigue siendo más productivo que las empresas estatales.

En el frente estructural, el principal factor que impide el crecimiento de China es la caída en picado del rendimiento de la inversión. Una de las razones clave es el lento y doloroso proceso de absorción de la burbuja inmobiliaria acumulada en las últimas dos décadas. Sin embargo, los bajos rendimientos también han alcanzado a la inversión en infraestructuras e incluso a la industria manufacturera. En este último caso, las autoridades chinas están concentrando cada vez más esfuerzos en este sector a través de diferentes planes de política industrial para ascender en la escala de valor. El resultado, dado el estancamiento de la inversión interna y una demanda externa más reticente, es un aumento de la sobrecapacidad, con una inmediata e importante consecuencia negativa para la economía china: la persistente presión deflacionaria.

El exceso de capacidad de China es una espada de doble filo para el mundo. Para países que compiten en el espacio industrial con China, como Corea del Sur o Alemania, el exceso de capacidad y las presiones deflacionistas del país se traducen en una competencia formidable en terceros mercados. Por el lado positivo, la deflación de China también ha ayudado a los bancos centrales de todo el mundo en su lucha contra la inflación, dada la cuota del 20% de China en las exportaciones manufactureras mundiales.

En definitiva, los vientos en contra, tanto coyunturales como estructurales, de la economía china explican la falta de confianza de los inversores internacionales. De hecho, la bolsa china ha vuelto a niveles de 2005, lo que parece increíble considerando que el tamaño de la economía china se ha multiplicado por casi ocho veces desde entonces.

La pregunta entonces es qué esperar para 2024 y la respuesta más optimista que puedo ofrecer es que la economía china debería poder "salir del paso", es decir, desacelerarse poco respecto al crecimiento de 2023. Esto significa quedarse en un rango de entre el 4,5% y el 5%. Este objetivo, que en el pasado habría sido decepcionate, no se alcanzará sin apoyos fiscales y monetarios que son ya mucho más difíciles que en el pasado, al no haber suficiente espacio fiscal, dada la enorme deuda pública acumulada en pocos años más allá de la dificultad de recortar tipos de interés por la fuerte presión a la salida de capitales.

La respuesta más optimista que puedo ofrecer es que la economía china debería "salir del paso"

El riesgo más importante para la economía china viene por el lado de los gobiernos locales, que están más endeudados que nunca y se han quedado sin capacidad de recaudación, puesto que estaba asociada a la venta de terreno que ha dejado de venderse por la crisis del sector inmobiliario. En otras palabras, los gobiernos locales de China están empezando a lidiar con el problema de la sostenibilidad fiscal a medida que el crecimiento se desacelera y los tipos de interés reales alcanzan niveles récord, impulsados por la deflación.

En consecuencia, parece difícil imaginar que los gobiernos locales puedan estimular la economía como en el pasado sin una reforma fiscal que les permita generar nuevas fuentes de ingresos fiscales. La esperanza de que el gobierno central se plantee esta gran reforma se desvanece, ya que ni el primer ministro Li Qiang ni la nueva cúpula económica han ofrecido todavía ninguna orientación desde que asumieron el poder hace casi un año.

Con este telón de fondo, revisar nuestras expectativas sobre la economía china es más importante que nunca, por lo que "salir del paso" es el escenario más positivo que podemos considerar para 2024 y solo si se evitan riesgos importantes, especialmente en el ámbito de los gobiernos locales. Otro riesgo clave proviene de la obsesión de China por seguir invirtiendo en el sector manufacturero, cuando el mundo está cada vez menos dispuesto a absorber ese exceso de producción. EEUU ya ha puesto barreras a las importaciones de China y Europa lo está empezando a hacer para los coches eléctricos.

En resumen, deberíamos estar agradecidos si la economía china es capaz de seguir "saliendo del paso" en 2024, ya que los riesgos no hacen más que aumentar.

Los años de alto crecimiento de China son ya parte del pasado, como el mundo aprendió dolorosamente en 2023. A pesar de los enormes vientos de cola derivados de la salida de las políticas covid cero durante 2022, la economía china apenas logró alcanzar el cauteloso objetivo de crecimiento del 5% del PIB establecido por el nuevo primer ministro Li Qiang en marzo de 2022.

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