Las pymes españolas tiene que convertirse en dymes (digitales y mayores empresas)

"Buscamos en lo pequeño esa fortaleza que precisamos para creer en la serena victoria del vivir, del ir viviendo. Y no se trata solamente de tamaños sino de algo más que tiene que ver con la aparente falta de importancia. Lo pequeño es también lo secundario, lo que no estorba, lo que cada día se hace a un lado para quedarse al margen. Lo que no se enturbiará con nada".

Esta cita está tomada del libro La belleza de lo pequeño, del escritor zamorano Tomás Sánchez Santiago. Tal vez muchas pequeñas empresas pueden verse reflejadas en este pensamiento, que conecta con los valores de la sencillez, la permanencia y, sobre todo, la modestia.

Sin embargo, en la economía “lo pequeño” tiene un menor atractivo por varias razones: capacidad de crecimiento limitada, menor espacio para lograr eficiencias, mayor dificultad para atraer talento, diversidad e innovación y menor resiliencia ante las crisis. Estas limitaciones contrastan con las reglas del juego de un ecosistema político-económico que depende del crecimiento para distribuir progreso y bienestar y que ha convertido la escalabilidad en una de sus palancas más apreciadas.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, a 1 de enero de 2023 en España había 3.207.580 empresas activas. De ellas, más de la mitad (1,71 millones) no tenían un solo empleado en esa fecha y otras 897.786 (el 28 % del total) tenían en nómina solo a uno o dos asalariados. Visto del otro lado, solo el 0,2 % de las empresas españolas tenía más de 250 empleados o facturaba más de 50 millones de euros.

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España es más un país de micropymes que de pymes. Nuestro mercado interior (47 millones de habitantes) representa el 0,58 % de la población mundial. Es fácil concluir que si eres una pyme y tu mercado se circunscribe a España, el horizonte de crecimiento será una solitaria postal en el gigantesco y muy poblado álbum de la competitividad global.

Algunas empresas ya se han dado cuenta de la necesidad de romper las costuras domésticas y atreverse a vender más allá. El comercio electrónico está en el núcleo de la solución. De hecho, el Libro Blanco del Comercio Electrónico Transfronterizo editado por ICEX España Exportación e Inversiones y Adigital recoge que una de cada tres empresas españolas ya utiliza el canal online para sus ventas, diez puntos por encima de la media europea.

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El tamaño juega un papel significativo en esta estadística, ya que las grandes empresas suman el 79 % de las ventas online. Por contrapartida, las pymes apenas son responsables de uno de cada cinco euros facturados online. Además, cuanto menor es el tamaño de la pyme, menor también es el uso del comercio electrónico.

Si miramos hacia el exterior, la actividad exportadora en el canal online ronda el 16 %, pero es cinco puntos inferior a la que exhibe la economía española en su conjunto. Es decir, hay capacidad de crecimiento tanto en lo que se refiere al comercio electrónico como a su versión transfronteriza, y esta segunda es fundamental para un país cuyo mercado interior es modesto.

A partir de estos datos, el Libro Blanco del Comercio Electrónico calcula mediante una simulación cuál sería el impacto de una mayor actividad exportadora a través del comercio electrónico. Su primera conclusión es que “un incremento del número de pymes exportadoras a través del canal online se reflejaría en un notable aumento de la actividad económica y favorecería la creación de miles de puestos de trabajo”. Además, recurrir más al canal online a la hora de exportar no solo beneficiaría a las pymes implicadas directamente en estas actividades, sino que repercutiría positivamente sobre el conjunto de la economía a través de las relaciones sectoriales entre las empresas a lo largo de sus cadenas de valor.

Esfuerzo, tamaño y éxito son palabras importantes cuando hablamos de ventas, crecimiento y competitividad

En concreto, si se consiguiera que el 10% de las pymes industriales y comerciales de España exportaran a través de su web, de su app o de marketplaces, la economía española podría generar más de 1.000 millones de euros de valor añadido, el equivalente al 0,09% del PIB. Además, se crearían casi 20.000 empleos, un 0,11% de la fuerza laboral equivalente a tiempo completo. En el caso de que la cuota de empresas exportadoras online alcanzara el 15% del total, el impacto sobre el PIB rondaría los 3.800 millones de euros, lo que provocaría la creación de casi 74.000 empleos.

Las cifras son concluyentes. España necesita pymes de mayor tamaño, con más músculo comercial y financiero. Y la digitalización es uno de los caminos disponibles. La mejor forma de digitalizar las pymes y potenciar su competitividad internacional es mediante el comercio electrónico. España cuenta con el contexto adecuado para liderar un e-commerce seguro y confiable, que acelere el crecimiento de nuestras pymes y contribuya a consolidar el Mercado Único Digital. Debemos aspirar a ser el hub líder en comercio electrónico del sur de Europa.

El comercio electrónico, especialmente en su versión exportadora, es la mejor palanca para que la belleza deje de ser pequeña. San Francisco de Sales sostenía que “el tamaño de tu éxito será el tamaño de tu esfuerzo”. Esfuerzo, tamaño y éxito son palabras importantes cuando hablamos de ventas, crecimiento y competitividad. En economía, lo grande también puede ser bello si se construye con grandeza.

*Susana Voces. Presidenta de Adigital.