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¿Por qué los pobres son pobres?: Una nueva mirada para afrontar la pobreza
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Stephanie García Van Gool

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¿Por qué los pobres son pobres?: Una nueva mirada para afrontar la pobreza

No es solo la falta de ingresos lo que define a alguien como pobre, sino un conjunto de carencias que afectan a distintos aspectos de su vida diaria. Es un fenómeno multidimensional

Foto: Dos personas viven en la calle, en Argentina. (EFE/Juan Ignacio Roncoroni)
Dos personas viven en la calle, en Argentina. (EFE/Juan Ignacio Roncoroni)

La pobreza no es un hecho o una condición única, sino más bien un conjunto de elementos: la falta de activos, la carencia en educación o salud, por nombrar solo algunos. Nuestro compromiso es atajarla, en sus múltiples dimensiones, de forma simultánea.

Creemos que somos pobres cuando no tenemos dinero, pero esta afirmación es una visión muy reduccionista del problema. No es solo la falta de ingresos lo que define a alguien como pobre, sino un conjunto de carencias que afectan a distintos aspectos de su vida diaria.

Para poder revertir esta situación, hemos tenido que profundizar en lo que realmente significa ser pobre. Tenemos una visión absoluta de la pobreza, sin embargo, sabemos que dista mucho de esta percepción y la realidad es muy heterogénea.

Una persona puede ser pobre en educación, pero tener una vivienda digna. Otra puede tener trabajo, pero vivir sin acceso a agua limpia o electricidad. La pobreza es, por tanto, un conjunto de desventajas que convergen y se refuerzan mutuamente. En definitiva, es multidimensional.

La pobreza es un conjunto de desventajas que convergen y se refuerzan mutuamente. Es, en definitiva, multidimensional

Si nos fijamos en España, la carencia material y social severa asciende al 9% de la población (2023), esto es a 4,4 millones de personas, según el INE. En particular, sube el número de personas que no han podido mantener una temperatura adecuada en su hogar (20%) y se incrementan (al 6%) los que no pudieron permitirse una comida con carne, pollo o pescado cada dos días. Nuestra situación no es comparable a la de otros países, como por ejemplo Somalia, donde a las dificultades para poner comida en la mesa se suma el tener que caminar kilómetros para conseguir agua (ya no hablemos, de agua potable). Por eso es importante contextualizar la pobreza.

Solo cuando comprendemos la naturaleza profunda de la pobreza podemos encontrar soluciones duraderas. Si realmente queremos abordar el problema, no basta con medir cuántas personas son pobres en función de sus ingresos.

Foto: Una mujer en la puerta de su casa, en Toledo. (EFE/Ángeles Visdomine)

El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), basado en la metodología Alkire-Foster y desarrollado por la Universidad de Oxford y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano (OPHI), revela cuántos hogares son pobres y de qué modo lo son (cuántas privaciones enfrentan de forma simultánea). La Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) es la primera entidad privada en medir la pobreza multidimensional de los hogares de los emprendedores vulnerables a los que atiende en cinco países de América Latina.

Esta metodología es el estándar adoptado por las Naciones Unidas (PNUD), que se ha impuesto en gran parte del mundo, y en particular, en aquellos países donde la Fundación está presente. Ya 84 naciones reportan el indicador sobre pobreza multidimensional, y 43, que albergan a 3.000 millones de personas, reportan IPM nacionales; más de 20 países pronto lo harán.

Aunque las experiencias de los países varían considerablemente, la mayoría de los IPM oficiales se utilizan como una herramienta de diagnóstico, de monitoreo y para dar forma a las políticas de desarrollo. Así, al alinearnos con la metodología global, podemos compararnos con un estándar nacional, ir en sintonía alinearnos con políticas públicas o buscar sinergias con los planes de actuación de las autoridades.

Foto: Imagen de la Gran Recogida de Alimentos del Banco de Alimentos de Madrid. (EFE)

Pero, pongamos cifras a la pobreza. En 2021, hemos realizado encuestas a más de 9.000 de nuestros emprendedores (en Colombia, Perú, República Dominicana, Chile y Panamá) para evaluar sus privaciones más comunes. El número de años de escolarización (42% de los hogares) el acceso a saneamiento (26%) y a agua (20%), seguido de los materiales de la vivienda (19%), son los aspectos más relevantes. Si combinamos, al menos, tres de esas carencias, un 24% de esos hogares eran pobres multidimensionales y muchos se encontraban en entornos rurales.

De hecho, aquellos que tienen mayor pobreza multidimensional son más proclives a sufrir un imprevisto que afecta su progreso. Es muy típico que un emprendedor que apoyamos con financiación tenga un puesto de venta de fruta boyante en el mercado municipal de turno, pero que su vivienda sea una chabola, no tenga baño, ni acceso a servicios médicos mínimos. Si el emprendedor se ve afectado por fuertes lluvias (aspecto no menor con la frecuencia de El Niño) su hogar se inunda, él o su familia enferma, no puede trabajar, y, por lo tanto, no tendría ingresos para su hogar. Lo que explica que cualquier imprevisto genera mayores carencias a las personas en pobreza.

Por eso, además, no se trata solo de reducir las carencias, hay que minimizar los imprevistos. Y debemos hacerlo con precisión. Decía el Premio Nobel Amartya Sen: "No se puede trazar una línea de pobreza y luego aplicarla a todos de la misma manera, sin tener en cuenta las características y circunstancias personales".

Un imprevisto crea más carencias a las personas pobres. No basta con reducir las carencias, también hay que minimizar los imprevistos

Es, por tanto, crucial romper el "círculo vicioso de la pobreza", expresión que acuñó el economista norteamericano Ragnar Nurkse para referirse a "una constelación de fuerzas que, a menudo, actúan en cadena dificultando, o directamente impidiendo, el desarrollo de los más pobres". En efecto, las personas multidimensionalmente pobres tienen más probabilidad de entrar en una privación adicional y menos de salir de una que ya sufren. Por eso, debemos atender las privaciones, todas, en paralelo, pues solo así podremos dirigirnos hacia un círculo virtuoso de salida de la pobreza.

Contar con la capacidad de parametrizarlos y entender los datos en profundidad es crucial para ofrecer una respuesta adecuada. Por eso ahora, ya no hacemos encuestas (una muestra representativa), sino que decidimos medirla, de forma quirúrgica y recurrente: en los seis primeros meses de este año, hemos evaluado 463.228 hogares, lo que representa un 45% del total de hogares a los que atendemos, y esta cifra se actualiza anualmente.

Así, les ofrecemos créditos de vivienda (a los que ya han accedido 23.000 hogares) de saneamiento (ya lo tienen 7.000 hogares) o seguros de salud (con 201.000 asegurados) por mencionar algunas soluciones.

Foto: Una manifestación, en Oviedo. (EFE/Eloy Alonso)

Son productos dirigidos de forma precisa y directa a las familias que más lo necesitan. Y lo hacemos o bien directamente (como ocurre cuando diseñamos un crédito de mejora de vivienda) o a través de alianzas con terceros (como los seguros médicos). Ahora en Panamá, donde la carencia en sanidad era la más alta, nuestro emprendedor puede, por ejemplo, hacerse una analítica en cualquier centro de salud privado de nivel, sin hacer cola, sin dificultades, y en menos de una semana.

Enmarcamos nuestra actividad más allá de los servicios financieros, dando importancia y visibilidad a otros ámbitos esenciales del bienestar. Que una fundación española sea la primera en tomar una iniciativa de tal magnitud para reducir la pobreza es un orgullo, también un reto y una responsabilidad.

La pobreza no es un destino, sino una situación que puede cambiar con las herramientas adecuadas.

*Stephanie García Van Gool, directora de Medición de Impacto y Desarrollo Estratégico, Fundación Microfinanzas BBVA.

La pobreza no es un hecho o una condición única, sino más bien un conjunto de elementos: la falta de activos, la carencia en educación o salud, por nombrar solo algunos. Nuestro compromiso es atajarla, en sus múltiples dimensiones, de forma simultánea.

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