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Diario de un transeúnte (VIII): cerramos cinco años difíciles… ¿con esperanza?
Sin el tejido productivo no hay ingresos para financiar el Estado, no hay trabajo para gran parte de nuestra sociedad y no se crea riqueza
A menudo cito una frase que define mi manera de afrontar los temas. Es una frase de Friedrich Nietzsche que habla sobre la esperanza: "La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento de los hombres".
Aquellos que me conocen me han escuchado en muchas ocasiones decir que la esperanza es el enemigo del hombre, pues a ella le fiamos nuestro futuro y no afrontamos la realidad de manera efectiva. No quiero empezar el año 2025 siendo crítico, ni apocalíptico, ni tremendista, ni negativo, pero tampoco quiero apelar a la esperanza para desear que dejemos atrás todos los problemas que arrastramos desde la pandemia.
Por ello, quiero hacer mi primera reflexión del año señalando los aspectos que, a mi juicio, se deben cambiar o al menos acometer para tratar de pintar un verdadero ejercicio con brotes verdes. Aunque tal y como terminamos el año, realmente dudo que a corto plazo nada cambie.
Acabar con la incertidumbre política
Los políticos no se cansan de hablar en nombre de quienes les votamos, justificando que lo que hacen es por nuestro bien. Quizás haya que empezar a mandarles cartas en las que un escueto texto les aclare que muchos de nosotros no nos consideramos bien representados: "No en mi nombre". La incertidumbre, la falta de consensos y las permanentes trifulcas con debates fuera del tono correcto no son actuaciones que pueda reconocer como que se hacen en mi nombre. Yo quiero que se gobierne con sobriedad, seriedad y serenidad. Un ejemplo concreto de cómo esta incertidumbre afecta a la gente es el continuo cambio en las políticas económicas que deja a los ciudadanos y a los pequeños empresarios en un estado de constante ansiedad.
Recuperar el diálogo social
De una vez por todas, los dirigentes políticos deben entender dos cosas básicas: en España hay casi tres millones de dueños de negocios que tienen las mismas dificultades que un modesto trabajador para llegar a fin de mes. Y que el autónomo es un trabajador más que no tiene la suerte de tener patrón al que reclamarle las vacaciones. Es necesario un diálogo sincero y efectivo que incluya a todos los sectores. Según datos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), cerca del 70% de los autónomos tienen dificultades para llegar a fin de mes, lo que resalta la urgencia de este diálogo.
Calidad en la elaboración de las normas
En los últimos años, hemos asistido a la publicación de numerosas fes de erratas en normas muy importantes, cambios en las mismas a los pocos días de publicarse, o a la inconsistencia de algunas normas que han provocado cambios importantes "no buscados" por la propia norma. Por ejemplo, efectos no deseados en el ingreso mínimo vital (IMV) en la Ley de Paridad o en la norma que regula la percepción de prestaciones por desempleo. Cuando se aprobó la Ley 19/2021 de 20 de diciembre, por la que se establece el IMV, ya me pronuncié sobre los problemas que esta tenía y que sería difícil cumplir los objetivos que el Gobierno se había fijado con su promulgación. Hace unos días, la plataforma Renta Mínima de Inserción se manifestó en Madrid criticando duramente la Ley y manifestando que el efecto conseguido es el contrario al deseado.
Revisar las normas con los colaboradores sociales
Es preciso que la Administración, una vez acordados los objetivos de una norma, las revise con los colaboradores sociales para analizar si es factible o no alcanzar los objetivos que persigue. La reciente experiencia con el cambio de criterio de Hacienda en la devolución del IRPF a pensionistas de antiguas mutualidades laborales es un ejemplo de la importancia de una revisión colaborativa antes de implementar cambios.
Analizar nuestro sistema impositivo
La última reforma fiscal aprobada por el Gobierno y la reforma en las cotizaciones a la seguridad social suponen un considerable incremento de los "impuestos" a pagar tanto por empresas como por trabajadores a partir del próximo año. Creo que es necesario hacer un análisis de nuestro sistema impositivo, en un sentido amplio, para valorar la sangría de recursos que se le está originando a los más vulnerables: trabajadores y pequeños y medianos negocios. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2024 se registró un incremento del 15% en los impuestos directos sobre las rentas del trabajo, lo que está afectando gravemente a los hogares con menos recursos.
Como conclusión, para afrontar nuestra realidad, quienes nos gobiernan y su oposición política deberían entender que, sin el tejido productivo, sin las empresas, no hay ingresos para financiar el Estado, no hay trabajo para gran parte de nuestra sociedad y no se crea riqueza. Y no estoy hablando de los grandes empresarios, que también tienen sus derechos y realizan sus esfuerzos, sino de los más pequeños que cuando aparece un viento suave se constipan. No voy a decir aquello de "espero que alguien me lea y se lo tomen en serio". Lo que voy a hacer es seguir levantando la voz allá donde corresponda para ver si el mensaje cala y somos muchos los que exigimos un cambio de rumbo que nos permita afrontar un 2025 realmente saludable.
* Fernando Jesús Santiago Ollero es presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos.
A menudo cito una frase que define mi manera de afrontar los temas. Es una frase de Friedrich Nietzsche que habla sobre la esperanza: "La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento de los hombres".
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