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El impacto de los nuevos aranceles: un llamado urgente al diálogo y la cooperación
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El impacto de los nuevos aranceles: un llamado urgente al diálogo y la cooperación

Esta política de aranceles no parece sostenible en el tiempo, ni para la economía norteamericana ni para ninguna otra economía

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (EFE)
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (EFE)

La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a productos provenientes de 180 países, y del 20% específicamente para Europa, supone un grave riesgo económico que trasciende fronteras y genera profunda preocupación en el ámbito internacional, particularmente en Europa y España.

Como presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles y vicepresidente de la Confederación Europea de Asociaciones de Comercio Exterior, considero que estas medidas son negativas tanto para los consumidores como para las empresas. Van a perjudicar no solo a Estados Unidos y a Europa, sino a todos los países del mundo. Además, esta política de aranceles no parece sostenible en el tiempo, ni para la economía norteamericana ni para ninguna otra economía.

Los cálculos presentados para justificar esta decisión resultan altamente cuestionables. Se ha mencionado que la administración estadounidense podría haber incluido erróneamente el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) europeo dentro del cálculo de aranceles. Es importante aclarar que el IVA es un impuesto neutro, que se aplica por igual a productos nacionales e importados, y no debería ser contabilizado como parte de una barrera comercial específica. Este error de cálculo acentúa aún más la incertidumbre generada por las decisiones comerciales recientes.

Las consecuencias directas de estos aranceles son especialmente preocupantes para la economía española. Las exportaciones españolas hacia Estados Unidos podrían caer hasta un 25%, generando pérdidas que podrían alcanzar aproximadamente 4.300 millones de euros, afectando directamente el PIB español en casi un 0,3%. Este impacto negativo se reflejará particularmente en sectores estratégicos como la maquinaria y el material eléctrico, la industria química y farmacéutica, la agroalimentación y la industria metalúrgica.

Foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (Reuters) Opinión
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Además, estos aranceles tendrán efectos indirectos no menos preocupantes. Países a los que se han impuesto aranceles incluso superiores a los de la UE, como Vietnam, China o Japón, buscarán mercados alternativos para sus productos. Esta búsqueda podría provocar que dichos productos terminen ingresando en el mercado europeo, generando competencia y desplazando a la producción local europea y, específicamente, española. Además, aumentará la competencia en terceros mercados a los productos que ya exporta España. Por ejemplo, el vino de Sudáfrica se va a enfrentar a un arancel en EE.UU. del 30% (el español del 20%). Es posible que los productores sudafricanos intenten exportar el vino que no venderán en Norteamérica a otros mercados como Inglaterra o Alemania, donde España está exportando vino.

Es cierto que las empresas españolas podrían buscar mercados alternativos para sus productos afectados, pero la realidad es que la competencia es feroz y la competitividad internacional de las empresas españolas está estancada o disminuyendo, fruto de aumentos de costes fiscales, laborales y regulatorios.

Desde una perspectiva más amplia, debo expresar cierto pesimismo respecto a la actual política comercial europea, la cual mezcla temas económicos con cuestiones de valores y normativas medioambientales o laborales. Directivas como la de diligencia debida en cadenas de suministro o mecanismos como el Ajuste en Frontera por Carbono pueden resultar en pérdidas de competitividad de las empresas europeas frente a competidores externos menos regulados, así como en represalias comerciales contra la UE.

Ante esta complicada situación, considero urgente y necesaria la implementación efectiva de un plan de contingencia desde el gobierno español, con medidas concretas. En este sentido, Pedro Sánchez ha anunciado hoy un paquete de medidas por valor de 14.100 millones destinados a facilitar la financiación de las empresas afectadas a través del ICO, así como otras medidas.

Foto: El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia. (Efe)

Desde el Club de Exportadores venimos solicitando expresamente el aumento en la dotación presupuestaria destinada a créditos a la exportación para proyectos de infraestructuras en terceros países. Esta propuesta permitiría a las empresas españolas diversificar sus exportaciones hacia mercados alternativos, aliviando en parte el impacto negativo provocado por estos aranceles.

Ahora bien, echamos en falta que en el mencionado paquete se incluyan medidas destinadas a aumentar la competitividad exterior de las empresas españolas. Los recientes aumentos de costes fiscales y de seguridad social, el aumento del absentismo laboral, las subidas salariales asociadas al aumento del salario mínimo, entre otros, están deteriorando nuestra competitividad exterior. La exportación de bienes lleva un par de años estancada en valor (y posiblemente reduciéndose en volumen). En estos momentos, en los que la competencia en los mercados exteriores va a aumentar considerablemente, es preciso adoptar medidas que atenúen nuestra pérdida de competitividad internacional.

Es imprescindible apostar firmemente por una negociación positiva con Estados Unidos. Desde Europa debemos plantear una reducción mutua de aranceles y explorar acuerdos estratégicos en áreas sensibles como la defensa y la cooperación tecnológica. Asimismo, es necesario reconsiderar políticas específicas, como la "digital tax" o las multas impuestas a grandes tecnológicas estadounidenses, buscando un acercamiento constructivo que permita reducir las tensiones comerciales actuales.

Además, la Unión Europea debe avanzar decididamente hacia una simplificación regulatoria que facilite un entorno favorable para el crecimiento económico y la cooperación internacional. La diplomacia debe asumir un papel clave en estos momentos críticos, por lo que urjo tanto a Bruselas como a los gobiernos nacionales europeos a intensificar esfuerzos diplomáticos para evitar una escalada comercial que podría tener consecuencias aún más graves. En definitiva, desde el Club de Exportadores e Inversores reafirmamos nuestro compromiso con el comercio internacional abierto, justo y basado en reglas claras, rechazando firmemente cualquier política proteccionista que ponga en peligro la estabilidad económica global.

*Antonio Bonet Madurga, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles.

La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a productos provenientes de 180 países, y del 20% específicamente para Europa, supone un grave riesgo económico que trasciende fronteras y genera profunda preocupación en el ámbito internacional, particularmente en Europa y España.

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