Es noticia
Quedan 15 días de subida de las bolsas... O no
  1. Mercados
  2. Valor Añadido
Alberto Artero

Valor Añadido

Por

Quedan 15 días de subida de las bolsas... O no

Una de las primeras obligaciones que McCoy se autoimpuso al comenzar a escribir de los mercados financieros en general y de las bolsas en particular fue

Una de las primeras obligaciones que McCoy se autoimpuso al comenzar a escribir de los mercados financieros en general y de las bolsas en particular fue el detenerse en su estudio tan sólo una vez por semana. Se trata de un ejercicio extraordinariamente sano que, responsabilidades profesionales aparte, les recomiendo encarecidamente. ¿Por qué? En circunstancias normales permite contemplar las cosas con mucha mayor perspectiva de lo que faculta el vaivén diario de las cotizaciones. En una sociedad como la actual, que quiere respuestas incluso antes de haber formulado las preguntas, esta práctica ayuda a digerir los acontecimientos y a actuar racionalmente sobre ellos, sin las urgencias que muchas veces nos imponemos y que no hacen sino costarnos dinero.

Cuando la volatilidad se dispara, como ha ocurrido en el último año y medio, la aparente parsimonia es un instrumento extraordinario para adivinar las tendencias que se esconden tras los hechos y, por tanto, para construir un árbol de decisión (estar o no estar, de estar en qué y en qué no, y así sucesivamente) que muchas veces nos empeñamos en elaborar de abajo arriba fundando nuestro criterio más en el sentimiento (típico de septiembre: la banca ha caído mucho) que en una argumentación sensata que conduce a una acción inversora oportuna en tiempo y forma.

¿Dónde estamos?

Una de las primeras obligaciones que McCoy se autoimpuso al comenzar a escribir de los mercados financieros en general y de las bolsas en particular fue el detenerse en su estudio tan sólo una vez por semana. Se trata de un ejercicio extraordinariamente sano que, responsabilidades profesionales aparte, les recomiendo encarecidamente. ¿Por qué? En circunstancias normales permite contemplar las cosas con mucha mayor perspectiva de lo que faculta el vaivén diario de las cotizaciones. En una sociedad como la actual, que quiere respuestas incluso antes de haber formulado las preguntas, esta práctica ayuda a digerir los acontecimientos y a actuar racionalmente sobre ellos, sin las urgencias que muchas veces nos imponemos y que no hacen sino costarnos dinero.