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Lo que de verdad se juega Cospedal en CLM: ser la primera presidenta de España
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Alberto Artero

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Lo que de verdad se juega Cospedal en CLM: ser la primera presidenta de España

Hay cosas de las que no le interesa hablar a nadie. El tiempo político es lo que tiene. Medirlo mal, por exceso o por defecto, puede

Hay cosas de las que no le interesa hablar a nadie. El tiempo político es lo que tiene. Medirlo mal, por exceso o por defecto, puede acabar con tus aspiraciones personales. De ello hay buenos ejemplos en la Comunidad de Madrid. La locuacidad de Alberto Ruiz Gallardón a la hora de postularse cercenó temporalmente su salto a la política nacional, pucheritos incluidos. La excesiva cautela de Esperanza Aguirre en el famoso Congreso del PP de Valencia, bravata va, bravata viene, también. De ahí que sea fundamental andarse con pies de plomo y, por seguir con las figuras pedestres, no asomar la patita antes de lo estrictamente necesario. De esto sabe mucho María Dolores de Cospedal, cuya particular hoja de ruta ha cumplido en Castilla la Mancha un hito más en el camino hacia su verdadero deseo personal: la presidencia del Gobierno de la Nación.

Un recorrido que cumple ahora 20 años. Primero fue la aprobación de las oposiciones a Abogado del Estado en 1991; después el paso por distintos puestos de responsabilidad en los dos gobiernos de José María Aznar; entre medias, sendas estancias en Estados Unidos y Estrasburgo lo que hace suponer en ella un cierto conocimiento de lenguas foráneas. Sin embargo, la primera designación de importancia se produce con su nombramiento como Consejera de Transportes de la Comunidad de Madrid en 2005 donde alcanza notoriedad pública y, por cierto, frena mientras puede los presuntos desmanes de López Viejo y sus amigos de la Gurtel. No contenta con ello, pone de inmediato la vista en el siguiente paso. Así, orienta desde el principio la labor de su gabinete madrileño al objetivo de hacerse con la Presidencia del PP de Castilla la Mancha. Tarda poco más de seis meses en lograrlo. Dos por uno.

Una vez montado el campamento base, el ascenso a la cumbre pasa por dominio de la técnica y acumulación de experiencia, esto es: control del partido y acreditación de capacidad de gestión. El primero lo logra, de una manera un tanto sorprendente, en 2008, momento en el que se convierte en Secretaria General del Partido Popular, designación realizada por el propio Rajoy. En este tiempo ha sabido ejercer su papel de manera discreta, eludiendo los conflictos, dando cancha  a los distintos portavoces y manteniéndose en segundo plano cuando ha sido necesario. Importante no quemarse. Por lo que respecta al gobiuerno, ahora se enfrenta al reto de probar, en unas circunstancias extraordinariamente difíciles, que es capaz de dar la vuelta a una Comunidad que hereda con un lastre de inicio extraordinario. La derrota de 2007 y el paso por la oposición le han servido para foguearse. Ha llegado la hora de la verdad y en su fuero interno sabe que, a nada que lo haga medianamente bien, se puede llevar el Gato al Agua de mi amigo Antonio Jiménez.

Que nadie espere, por tanto, que renuncie a la Secretaría General. No entra dentro de sus planes. Aún quedan obstáculos por allanar y esa es una plataforma privilegiada que le permitirá, bien reforzar su influencia tras la calma que impondría una potencial victoria electoral a nivel nacional, bien, en caso contrario, ir realizando los movimientos oportunos de cara a la apertura de un previsible proceso sucesorio. Medir los tiempos, medir los tiempos, medir los tiempos. Sabedora de que, en cualquier caso, su Mariano se enfrenta a una legislatura de mucho desgaste que se sabrá bien como comienza pero que puede resolverse de cualquier modo, es momento de tejer la tela para cuando haya que atrapar tan suculenta mosca. La paciencia todo lo alcanza... siempre que pase con nota la prueba de fuego de su región.

No es de extrañar, desde este punto de vista, su invitación al Club Bildelberg de este fin de semana. Al final su íntima determinación y su meteórica carrera política difícilmente pasan desapercibidas. Alguno dirá que esto es una boutade de alguien que no sabía de qué escribir un viernes cualquiera. Allá ellos. Que Maria Dolores de Cospedal jugará un papel clave en el futuro de este país es evidente; que, por tanto, es una persona a seguir con mucha más intensidad que otros susceptibles de ser alternativa dentro del PP, también; que se hace de este modo imprescindible un escrutinio severo tanto sobre sus actitudes como en relación con sus aptitudes, especialmente en el ámbito de la gestión económica, evidente; y que si hay una mujer que en España quiere, veremos si puede, ser la primera Presidenta del Gobierno de España es ella. No lo duden.

Buen fin de semana a todos.

Hay cosas de las que no le interesa hablar a nadie. El tiempo político es lo que tiene. Medirlo mal, por exceso o por defecto, puede acabar con tus aspiraciones personales. De ello hay buenos ejemplos en la Comunidad de Madrid. La locuacidad de Alberto Ruiz Gallardón a la hora de postularse cercenó temporalmente su salto a la política nacional, pucheritos incluidos. La excesiva cautela de Esperanza Aguirre en el famoso Congreso del PP de Valencia, bravata va, bravata viene, también. De ahí que sea fundamental andarse con pies de plomo y, por seguir con las figuras pedestres, no asomar la patita antes de lo estrictamente necesario. De esto sabe mucho María Dolores de Cospedal, cuya particular hoja de ruta ha cumplido en Castilla la Mancha un hito más en el camino hacia su verdadero deseo personal: la presidencia del Gobierno de la Nación.